Una mezcla de fatiga e impaciencia generan las sucesivas postergaciones de las negociaciones para crear una zona de libre comercio entre la Comunidad Andina (CA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
El secretario general de la CA, el venezolano Sebastián Alegrett, considera que será necesario modificar los procedimientos de negociación para salir del empantanamiento.
"Los detalles nos han hecho perder de vista el conjunto, tenemos que limpiar el camino quitando las piedras de lo accesorio para concentrarnos en lo fundamental", afirmó.
A fines de septiembre no se pudo alcanzar el acuerdo de Preferencias Arancelarias, que debía regir a partir del 1 de octubre entre los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y de la CA (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela).
La fecha fijada entonces para sentarse de nuevo a discutir, el 21 de este mes, fue postergada sin precisar la nueva.
"La imposibilidad de concluir en los plazos fijados la primera etapa de las negociaciones ha suscitado escepticismo en la opinión pública sobre la viabilidad de (…) de crear una zona de libre comercio entre los dos bloques a partir del año 2000", dijo Víctor Rico, director de la Secretaría General de la CA.
Rico aclaró que "sería un error interpretar la demora como un síntoma de fracaso, sino más bien como índice de la complejidad de las negociaciones entre dos uniones aduaneras aún imperfectas y en vías de consolidación".
Alegrett admitó, por su parte, que existe preocupación por la lentitud de las negociaciones de las preferencias arancelarias en el comercio entre los dos bloques, pero indicó que un cambio en la metodología de discusión podría facilitar las cosas.
"Nos tiene entrampados el tipo de negociación que se ha hecho hasta ahora, a un nivel muy pequeño, producto por producto, sobre un amplio universo arancelario", afirmó.
"No debemos perder de vista los objetivos esenciales del Acuerdo Marco suscrito el 16 de abril, de modo que en la próxima reunión deberíamos limpiar el campo de lo accesorio y concentrarnos en lo fundamental", añadió.
Los representantes de los cinco países de la CA y los cuatro del Mercosur coordinarían actualmente una nueva fecha para continuar la ronda de negociaciones. "No hay seguridad de que se reúnan en noviembre, y se teme que tampoco en diciembre", comentó una fuente vinculada a la CA.
"Los plazos han ido postergándose, y agotándose, con un avance muy leve, a pesar de la declarada voluntad política de los gobiernos de los países del Mercosur y de la CA de hacer avanzar la integración regional", comentó el economista peruano Hugo Aquino.
"Si existe esa voluntad política, hay que suponer que las dificultades para concretarla son de orden técnico", añadió.
Al respecto, Alegrett precisó que el procedimiento de negociación empleado hasta ahora fue la llamada "multilateralización de las preferencias arancelarias", discusión efectuada "con afán perfeccionista, que creó una situación de asfixia en el debate".
La multilateralización implica que los acuerdos bilaterales concertados en la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) entre los naciones que ahora integran alguno de los dos bloques se extiendan a los demás países del otro grupo.
No fue posible poner en práctica automáticamente este esquema, porque que en cada país hay innumerables "productos sensibles", que reclaman tratamientos especiales, de modo que en la reunión realizada en abril pasado en Buenos Aires se decidió dividir en dos etapas la negociación.
En la primera se negociaría un Acuerdo de Preferencias y en la segunda el Acuerdo de Libre Comercio, que comprenderá a los nueve países y los convertirá en un solo bloque. Pero el Acuerdo de Preferencias, que pondrá en marcha la primera etapa, no pudo alcanzarse. (FIN/IPS/al/ag/if/98
