BRASIL: Sólo noticias del exterior animan al mercado bursátil

El conjunto de medidas fiscales anunciado por el gobierno de Brasil no logró superar el pesimismo del mercado, a juzgar por el desempeño de las bolsas, que sólo se recuperaron hoy, impulsadas por noticias del exterior.

La Bolsa de Sao Paulo, la mayor de América Latina, tuvo un alza de 7,78 por ciento este viernes, tras cinco días de bajas en que había acumulado pérdidas de 14 por ciento.

En la víspera había caído 4,22 por ciento, revelando que el mercado no confió de inmediato en el Programa de Estabilidad Fiscal, divulgado el miércoles por las autoridades económicas brasileñas.

La mala acogida inicial se debió a previsiones de que muchas medidas no pasarán en el Congreso, afectando el ajuste fiscal considerado indispensable para que los inversionistas, nacionales y extranjeros, vuelvan a confiar en la economía de Brasil.

La brusca recuperación de este viernes se debió al anuncio del Grupo de los Siete (G-7) países más ricos de que aportará 90.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI), para créditos "de precaución" a naciones en riesgo y que adopten políticas aprobadas por el organismo multilateral.

El alza de las bolsas brasileñas se acentuó al conocerse que el G-7 prometió, en nota conjunta de sus líderes, apoyar el ajuste fiscal anunciado por Brasil. En Río de Janeiro, la bolsa subió 5,4 por ciento.

El efecto positivo se extendió a toda América Latina, también alentada por fuerte alza en la Bolsa de Nueva York.

Otra noticia alentadora fue la disposición del FMI de acordar el crédito a Brasil, que debe alcanzar por lo menos 30.000 millones de dólares con aportes del gobierno de Estados Unidos y de bancos internacionales de desarrollo, sin esperar la aprobación de las medidas fiscales por el Congreso.

El crédito será "preventivo", y no de salvamento como los concedidos a países asiáticos, porque la situación en Brasil es diferente, precisó ministro de Hacienda, Pedro Malán, en entrevista con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro.

Por no tratarse de "una necesidad inmediata" ni de un país que tiene "reservas cambiarias cero", es más difícil definir la suma que se pondrá a disposición de Brasil, indicó Malán.

El ministro dijo que confiaba en la aprobación de las medidas fiscales que dependen del Congreso hasta principios de diciembre. La acogida inicial de los líderes parlamentarios fue "alentadora", evaluó, pese a las manifestaciones de rechazo a varios puntos incluso de parte de políticos oficialistas.

Ya se considera que no prosperará, por ejemplo, el intento de reducir transferencias de recursos a los gobiernos estaduales y será muy difícil aprobar la contribución de funcionarios públicos jubilados para su sistema de previsión social.

El Congreso podrá modificar o sustituir medidas propuestas, si se mantiene la suma total del esfuerzo fiscal y la meta de obtener un superavit primario (ingresos menos gastos, sin incluir el pago de intereses), para interrumpir el crecimiento de la deuda pública, destacó Malán.

El ajuste fiscal definido por el gobierno establece un ahorro de 28.000 millones de reales (23.000 millones de dólares), entre recortes presupuestarios y aumentos tributarios, para 1999. Esto permitirá obtener un superavit primario de 2,6 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Para los años 2000 y 2001, el superavit debe elevarse a 2,8 y tres por ciento del PIB, respectivamente. Algunas medidas son "estructurales", como las reformas de la previsión social y una ley de Responsabilidad Fiscal que impondrá penas a gobernantes que incumplan límites de gastos públicos.

Del éxito de ese programa en sus meses iniciales depende la posibilidad de bajar las tasas de interés brasileñas, que están por encima de 40 por ciento. Para el próximo año, el gobierno espera su caída a un promedio de 22 por ciento, como referencia, "no como una meta", señaló Malán.

La asistencia financiera externa es también importante para apurar una baja de intereses y la consecuente recuperación de la economía brasileña, reconoció el ministro.

La hipótesis gubernamental es que el PIB sufra una cada de uno por ciento en 1999, un resultado que aumentará el desempleo y extenderá repercusiones negativas especialmente al Mercosur, integrado también por Argentina, Paraguay y Uruguay. Un crecimiento aún moderado sólo ocurrirá en los años siguientes. (FIN/IPS/mo/ag/if/98

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