BRASIL: Ofensiva de productores de leche contra importaciones

Los productores de leche de Brasil reclaman mayores barreras a la competencia externa, aunque las importaciones cayeron en los últimos meses, a causa de restricciones impuestas por el gobierno.

Reunidos en la exposición de ganado lechero Expomilk, en Sao Paulo, los productores decidieron realizar el mes próximo una marcha sobre Brasilia, para exigir nuevas medidas contra la leche subsidiada del exterior y mejores condiciones de producción.

Es necesario "imponer cuotas a la importación", dijo Jorge Rubez, presidente de Leche Brasil, una asociación de productores que espera reunir 15.000 personas en la manifestación de protesta en la capital.

Las importaciones de leche sumaron 273.300 toneladas de enero a agosto, 18,5 por ciento más que en igual período de 1997, según Leche Brasil. El costo fue de 367 millones de dólares.

Pero las importaciones se redujeron a partir de agosto, porque el gobierno intensificó el control sanitario, y este mes se agregó la exigencia de licencia previa y habilitación de los proveedores externos.

La importación ya había bajado de 53.400 toneladas en julio, un volumen que asustó los ganaderos, a 32.400 en agosto. Las restricciones impuestas respondieron más a la crisis financiera, que obliga a recortar el déficit comercial, que a los reclamos de los empresarios del sector.

Los productores aseguran que leche subsidiada procedente de Europa ingresa en Brasil por Argentina, aprovechando el libre comercio en el Mercosur.

Muchos productos lácteos no tienen una protección común en el Mercosur. Mientras Brasil aplica un arancel de 33 por ciento desde febrero, Argentina cobra 19 por ciento.

Esa diferencia de 14 puntos porcentuales estimula la triangulación, al convertir en lucrativo negocio importar a Argentina y reexportar a Brasil, explicó Paulo Bernardes, quien preside una comisión de leche de la Confederación Nacional de Agricultura (CNA).

La CNA pidió hace algunas semanas al ministro de Agricultura, Francisco Turra, negociar en el Mercosur un arancel externo común de 23 por ciento para los productos lácteos, para poner fin al comercio triangular, que daña la producción brasileña.

Además, reclamó medidas sanitarias e inspección aduanera más rigurosas, especialmente en las importaciones desde el Mercosur. Brasil absorbe un tercio de la producción láctea de Argentina y 70 por ciento de la uruguaya, según los ganaderos brasileos.

El Centro de la Industria Lechera de Argentina rechaza las acusaciones de triangulación, argumentando que la productividad en su país es 20 veces superior a la brasileña. Las exportaciones se explican por la competitividad en precios y calidad.

El alto arancel cobrado en Brasil a las compras fuera del área del Mercosur aumenta las ventajas de la leche argentina respecto de la oferta de otros proveedores, como Europa, Australia y Nueva Zelandia.

Con la apertura del mercado en esta década, la ganadería lechera de Brasil enfrenta una fuerte competencia, debido a los grandes excedentes en varias regiones del mundo. Además, la estabilización de la moneda nacional desde 1994 determinó el aumento del consumo interno.

La intención de aumentar la producción y reducir costos exige un rápido aumento de la productividad, por mejoras tecnológicas, y la organización de una producción dispersa en más de un millón de productores.

Las presiones promueven una acelerada concentración de los negocios en la industria láctea, incluso con el avance de transnacionales como la italiana Parmalat, que adquirió varias pequeñas empresas en Brasil.

La producción brasileña de leche creció 30,6 por ciento en los últimos cuatro aos, hasta 20.359 millones de litros en 1997, según Leche Brasil. Algunos derivados, como el queso y el yogur, figuran entre los productos de mayor aumento de consumo desde 1994. (FIN/IPS/mo/ff/if/98

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