Unos 3.000 campesinos de varias regiones de Bolivia iniciaron hoy en esta ciudad el reclamo de títulos de tierras y expresaron su rechazo a una ley de aguas, en una movilización denominada "Por el agua, la tierra y la vida".
Los campesinos -los más pobres del país- llegaron a La Paz la tarde del miércoles tras 17 días de marcha desde Cochabamba, Sucre, Potosí y Oruro, y este jueves comenzaron a protestar con marchas en las calles y avenidas de la ciudad.
Los trabajadores de las áreas rurales rechazan la próxima aprobación de un proyecto de Ley de Aguas.
"Con la Ley de Aguas, el gobierno quiere que paguemos. Por eso estamos marchando. Pero cómo vamos a pagar, si ni siquiera tenemos agua para regar ni para nuestros animales. El agua del río Desaguadero está contaminado y hace mal a nuestras ovejitas y vaquitas", dijo Esteban Flores, un campesino marchista.
El Superintendente de Aguas, Luis Uzín, expresó que los campesinos están mal informados, porque creen que la Ley les obligará a pagar patentes por el uso del agua, cuando la Ley de Aguas respetará los derechos tradicionales de los campesinos y de los pueblos indígenas.
"Los que van a pagar son los empresarios que darán usos industriales al agua, pero no se cobrará a los usos de supervivencia", puntualizó Uzín este miércoles.
Pero los campesinos también exigen atención inmediata del gobierno a las comunidades rurales afectadas por el fenómeno de El Niño, que provocó agudas sequías en el oeste del país.
En el campo "no hay agua, nuestras ovejas se están muriendo, no hay pasto, y la poca agua que llega por los ríos está contaminada con cianuro", dijo en aymara, su idioma nativo, el campesino Juan José Callisaya, quien marchó desde el departamento de Oruro, a 230 kilómetros de La Paz.
En cuanto a los títulos de las tierras, los dirigentes de la marcha aseguran que sólo el cinco por ciento de los campesinos tienen su documentación en orden, mientras el resto no tiene derecho de propiedad de sus tierras.
Los campesinos aspiran entrevistarse en La Paz con el presidente Hugo Banzer, pero analistas políticos consideran poco probable que el mandatario les reserve un lugar en su agenda.
Y se preocupan en marcar las diferencias con la anterior marcha de 500 cocaleros que hasta el sábado último estuvo en La Paz para protestar contra los planes de erradicación de cultivos excedentarios de coca.
"La diferencia es que nuestra marcha engloba a todos los intereses de los trabajadores más pobres del campo", dijo Alejo Véliz, principal organizador de la movilización de los 3.000 campesinos en La Paz, quien aseguró que "el movimiento cocalero no es sinónimo de movimiento indígena-campesino".
Los campesinos que cultivan coca, que luego es utilizada en la fabricación de cocaína, tienen ingresos tres veces superiores al resto, como los que protestan en La Paz y no quieren irse con las manos vacías, como les ocurrió a aquellos, cuya movilización fue descalificada por el gobierno como "narcomarcha".
La marcha actual de los 3.000 campesinos goza de mayor simpatía, aunque los habitantes de La Paz se manifiestan cansados con las movilizaciones que a diario agita a la ciudad, provocando congestionamientos.
"Nosotros no vinimos a violentar nada, pero si no hay respuesta, vamos a adoptar otras medidas", advirtió Véliz. (FIN/IPS/jcr/ag-mj/ip dv/98
