Cuatro de cada cinco inversionistas en Venezuela suspendieron sus desembolsos a la espera del resultado de las elecciones de fin de año, reveló un estudio del Consejo Nacional de Promoción de Inversiones (Conapri).
Luis Soto, director ejecutivo de Conapri, estimó en 35 por ciento el atraso en las inversiones esperadas en 1998, de acuerdo con corrientes de captación de entre 700 y 1.000 millones de dólares anuales en inversión extranjera directa.
Venezuela acumulaba hasta 1997 unos 16.000 millones de dólares en inversión extranjera directa y, tras el plan de ajustes y aceleración de las privatizaciones que el presidente Rafael Caldera lanzó en 1996, Conapri previó captar unos 15.000 millones de dólares en 10 años.
Ahora, el registro de la desaceleración de inversiones se muestra marcado por el clima político, según una encuesta de Conapri entre 40 empresarios, de los cuales 55 por ciento son inversionistas extranjeros y el resto nacionales.
Para 43,8 por ciento de los encuestados, el clima para invertir en Venezuela es negativo, para 34,4 por ciento es regular, y solo para 12,5 por ciento es bueno.
Venezuela efectuará el 8 de noviembre comicios regionales y parlamentarios y el 6 de diciembre escogerá a un nuevo presidente de la República, con expectativas de cambios en las instituciones políticas que rigen al país desde que se restableció la democracia representativa hace 40 años.
El candidato presidencial mejor ubicado en las encuestas, con cerca de 40 por ciento de intenciones de voto, es el teniente coronel retirado Hugo Chávez, de 44 años, quien encabezó una cruenta asonada golpista en febrero de 1992.
Le siguen el empresario Henrique Salas, de 62 años, con entre 20 y 30 por ciento de simpatías, y, rezagados, la ex alcaldesa caraqueña Irene Sáez (37), del partido socialcristiano Copei y otros grupos, y Luis Alfaro (76), jefe del partido socialdemócrata Acción Democrática.
Acción Democrática y Copei se alternaron en el poder con transiciones tranquilas desde 1958, hasta que en 1992-1993 se desató una crisis política y militar tras la cual fue elegido, como candidato suprapartidista, el ex líder socialcristiano Rafael Caldera (1994-1999).
Desde entonces, figuras independientes dominaron las preferencias de la población y, al acelerarse la campaña electoral en abril, Chávez desplazó a Sáez como favorito para ganar los comicios de fin de año.
Chávez ofrece convocar una asamblea constituyente que redefina el poder político, mientras en el terreno económico pasó de un discurso claramente populista apoyado en banderas de izquierda a uno moderado pero de bordes difusos.
La encuesta de Conapri pidió a los empresarios calificar los factores que influirán sus futuras inversiones, con un punto a los más positivos y cuatro a los más negativos.
El triunfo electoral de una opción populista recibió la más alta calificación, de 3,68 puntos, seguido de "reversión del régimen de libertades políticas", con 3,58 puntos.
La medida más positiva deseada es el mantenimiento de la apertura petrolera al capital privado, con 1,58 puntos. Sobre esta cuestión, Chávez cambió su inicial discurso duro, de revisión del proceso, hasta uno blando de mantenimiento.
En el medio, figuran demandas netamente económicas de los empresarios, como ajustes en las tasas de interés, control del gasto público y de la inflación, reformas en los regímenes laboral y tributario, y aumento de la seguridad jurídica.
Mayorías cercanas a 90 por ciento de los encuestados dijeron que la paz social y el mantenimiento del régimen democrático son indispensables para invertir, y repondieron "falso" a la pregunta de si su interés inversor se mantendrá inalterado con el resultado de los comicios.
Al calificar una lista de 11 naciones latinoamericanas según su interés para invertir, la encuesta estableció el siguiente orden, de mejor a peor: Chile, Brasil, Argentina, México, Colombia, Perú, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Cuba y Uruguay. (FIN/IPS/jz/mj/ip if/98