Venezuela aventuró que la Comunidad Andina (CA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) lograrán una desgravación parcial en su comercio antes de concluir el año, pese al fracaso de la última ronda negociadora.
El ministro de Industria y Comercio, Héctor Maldonado, aseguró que existieron avances notables en la ronda negociadora que se realizó la semana pasada entre los dos bloques, en Lima.
"Pero la velocidad a la que los bloques se están aproximando no es la que esperábamos", dijo Maldonado el martes pasado durante la celebración en Caracas de la IV Ronda de Negociaciones entre Ecuador y Venezuela, socios de la CA junto con Bolivia, Colombia y Perú.
"Las negociaciones culminarán a más tardar en diciembre y la fecha definitiva del cierre se anunciará en los próximos días", anticipó el ministro.
Los técnicos de los cinco países andinos y los cuatro del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) fijaron una quinta cita negociadora para el 21 de octubre en Montevideo, ya que no pudieron cumplir la meta de cerrar esta etapa negociadora antes del 1 de octubre, como se les instruyó.
La discusión actual se centra en la extensión a los nueve países de las preferencias bilaterales mutuas concedidas entre miembros de cada bloque, al amparo de los acuerdos de alcance parcial de la Asociación Latinomericana de Integración.
La extensión del llamado patrimonio histórico en el intercambio comercial entre ambos bloques debe ser el piso para pasar a negociar de inmediato una zona de libre comercio, que se pretende entre en vigor el primer día del año 2000, según lo establecido por los gobiernos de los nueve países.
La negociación en dos fases fue establecida en un acuerdo marco suscrito por los cancilleres de los dos bloques el 16 de abril en Buenos Aires, como una salida ante el fracaso en pactar directamente una zona de libre comercio al cierre de 1997.
Pero la voluntad política sigue sin concretarse en concesiones técnicas, pese a que la negociación está limitada a decidir cuántas partidas arancelarias que gozan de un descuento bilateral pasarán a tener esa preferencia a nivel multilateral.
Maldonado dijo que el Mercosur "ha comprendido la necesidad de fijar preferencias arancelarias diferentes" dependiendo del país integrante de cada bloque, tal como planteaba la CA.
Los técnicos del Mercosur han basado su propuesta en extender las preferencias a los nueve en forma uniforme y única en productos y porcentajes y eliminar las preferencias bilaterales sobre las que no hubiera un acuerdo colectivo.
La oferta de la CA, en cambio, se fundamenta en que ningún país pierda alguna preferencia obtenida con un miembro del otro bloque para impulsar el intercambio, y que si no es aceptada su extensión interbloques, se mantenga a nivel bilateral como hasta ahora.
También se planteó que exista una lista restringida de productos especialmente sensibles a los que uno u otro país no conceda temporalmente acceso preferencial, lo que para el Mercosur desnaturaliza el objetivo trazado en esta primera fase.
Pero según Maldonado, "el Mercosur comprendió que cada país tiene su sensibilidad en cuanto a ciertos productos y que se deben otorgar preferencias disímiles".
"Realmente comenzamos a ver un cambio y posturas beneficiosas para los dos bloques en las últimas dos rondas", añadió el ministro venezolano.
La CA y el Mercosur reúnen un producto interno bruto de 1,2 billones (millones de millones) de dólares, un mercado conjunto de 311 millones de personas y un intercambio bloque a bloque que en 1997 totalizó más de 300 millones de dólares, según cifras oficiales.
Ambos grupos operan como unidades aduaneras y en parte la dificultad para avanzar hacia una desgravación bloque a bloque se origina en sus diferentes concepciones de la integración, aparte de sus asimetrías y del hecho de que hay un sensible sector competitivo y no complementario en sus exportaciones.
Desde que surgió en 1989, el Mercosur se convirtió en el referente de la integración latinoamericana, no sólo por su peso específico sino por un un enfoque regido por la inflexible unificación en sus relaciones económicas frente a terceros.
En cambio, la integración andina, iniciada en 1969, se basa en la flexibilidad y en el regionalismo abierto, en que se permiten relaciones preferenciales con terceros países, siempre que no horaden la plena desgravación del grupo y su unidad aduanera. (FIN/IPS/eg/ml/if/98