El gobierno de Sri Lanka exhibió ante los medios de comunicación a jóvenes rebeldes del grupo guerrillero Tigres para la Liberación de Tamil-Eelam, algunos hasta de 13 años de edad, para confirmar que la organización separatista recluta a niños por la fuerza.
El gobierno pretendía dejar al descubierto a los Tigres, que en mayo aseguraron a un enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el grupo armado no reclutaría a niños con fines bélicos.
Pero organizaciones de derechos humanos aseguran que el gobierno de Chandrika Kumaratunga también es responsable de utilizar a los adolescentes en su guerra de propaganda contra los rebeldes.
"La exhibición frente a la prensa traumatizó a los adolescentes. La actitud del gobierno es deplorable", protestó una activista.
Los adolescentes fueron obligados a "condenar a un grupo de captores y elogiar a otro", declaró. Sri Lanka es signataria de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que promete "medidas factibles para asegurar la protección y el cuidado de niños afectados por conflictos armados", recordó.
Los 18 muchachos, entre 13 y 17 años de edad, exhibidos por el gobierno se rindieron a las fuerzas gubernamentales en combates librados durante la primera semana de este mes en zonas del norte, los que causaron la muerte o desaparición de 717 rebeldes y 975 soldados, según cifras oficiales.
Poco después de su captura, los niños, con aspecto nervioso y cansado, fueron exhibidos ante la televisión estatal y entrevistados por un grupo de periodistas.
El día 7 aparecieron nuevamente en conferencia de prensa a la que asistieron diplomáticos extranjeros. Los militares solicitaron a los medios que no identificaran a los niños por temor a las represalias contra sus familias, una recomendación que resulta paradójica porque ya habían aparecido en televisión.
Catorce jóvenes, entre ellos cuatro de sexo femenino, respondieron a las preguntas. Algunos reconocieron haber disparado contra los soldados, pero no podían confirmar si habían dado en el blanco.
Un joven de 16 años explicó que se unió a los rebeldes en noviembre. "Dos hombres vinieron a buscar a un vecino que se había fugado de los Tigres. Entraron por error a mi casa, me atacaron y me secuestraron. Me entrenaron durante dos meses y me dijeron que luchábamos por un país propio", reveló.
Otro adolescente dijo que los rebeldes acudieron a su escuela en la localidad nordoriental de Mullaitivu y lo secuestraron junto a tres de sus amigos. "Me puse a llorar cuando me dijeron que no podría ver más a mi familia", comentó.
El joven explicó que se le dio una cápsula de cianuro, llevada por todos los rebeldes, y se le dijo que la tragara para evitar la captura. Pero cuando los soldados rodearon su unidad, la semana pasada, cerca del pueblo de Mankulam, él y otros optaron por rendirse en lugar de ingerir el veneno.
Durante más de una década, organizaciones de derechos humanos acusaron a los rebeldes de utilizar a adolescentes en los combates. La guerra civil, iniciada en 1983, costó la vida a más de 50.000 combatientes y civiles.
La guerrilla y el gobierno aseguraron que los niños no serían utilizados en los combates, durante una visita que realizó en mayo a este país Olara Ottuni, representante especial del secretario general de la ONU, Kofi Annan.
El gobierno sostiene que las fuerzas armadas no utilizan soldados menores de 18 años y la insurgencia aseguró a Ottunu, ex canciller de Uganda, que tampoco emplearía a menores en los combates.
Algunos de los menores de 18 años que fueron presentados a la prensa en Colombo dijeron que se unieron voluntariamente a la guerrilla para escapar a las dificultades de la vida en el territorio controlado por los rebeldes.
Una joven de 14 años dijo que se unió a los rebeldes tras escuchar discursos de la guerrilla. "Ahora no puedo volver porque me castigarían. Me gustaría estudiar en Colombo y ser doctora algún día", comentó.
El portavoz de las fuerzas armadas, general Suni Tennekoon, dijo a los medios que los ex soldados serán sometidos a programas especiales de rehabilitación.
Durante la visita de Ottunu también se decidió que grupos dirigidos por la ONU serán creados para vigilar el cumplimiento de la promesa de ambos bandos de no utilizar niños en el conflicto bélico.
Pero estos grupos no fueron designados aún y los funcionarios justifican la demora por problemas burocráticos. (FIN/IPS/tra-en/fs/an/aq/hd ip/98