El respaldo para el destituido y encarcelado viceprimer ministro Anwar Ibrahim crece en Malasia, mientras el primer ministro Mahathir Mohamad recurre a la represión para aplacar a la oposición.
Mahathir se pregunta cómo hacer frente al creciente respaldo que tiene la oposición y a los cada vez más fuertes pedidos de "reformasi" (reformas), porque sus viejas fórmulas, sobre todo la aplicación de la severa Ley de Seguridad Interna (LSI), no parecen funcionar.
Alarmado por el creciente apoyo que recibe Anwar, el gobierno aplicó LSI en las últimas semanas para detener a más de una docena de sus principales partidarios.
El propio Anwar fue arrestado el 20 de septiembre y retenido bajo la LSI, que permite la detención indefinida sin juicio. Anwar fue liberado la semana pasada del régimen de detención de la LSI y trasladado a una cárcel común.
Anwar, que también fue destituido del cargo de ministro de Finanzas el 2 de septiembre, calificó su puesta en libertad como una "treta" de Mahathir, quien teme la ira popular y la reacción de la comunidad internacional, aseguró.
"Deploro el uso irresponsable de los instrumentos del gobierno, incluso de la policía, para seguir arrestando a la gente bajo la LSI con el pretexto de defender la seguridad nacional", dijo en una declaración enviada a la prensa.
El uso de la LSI para acallar a los opositores puso en evidencia a Mahathir, quien como ministro del Interior tiene la facultad de firmar las órdenes de detención.
Las críticas de la comunidad internacional no se hicieron esperar cuando Anwar apareció ante el tribunal el 29 de septiembre con un ojo negro y moretones en el brazo.
A Mahathir no le faltan leyes antidemocráticas que pueda aplicar para acallar la creciente intranquilidad en este país sobre sus últimas acciones.
La última novedad es que la policía convocó a los editores de Harakah, el periódico del opositor partido islámico, para explicar por qué venden el órgano de prensa a personas ajenas al partido, en violación de su licencia de publicación. En las últimas semanas, la venta de la publicación aumentó drásticamente.
Pero el dilema al que se enfrenta Mahathir es que cada vez que recurre a este tipo de leyes socava la credibilidad del gobierno e impulsa a las fuerzas que piden reformas.
En las últimas semanas, el gobierno liberó a la mayoría de los detenidos desde el 20 de septiembre, cuando Anwar fue arrestado.
Con el fin de aplacar la creciente oposición, el gobierno advirtió a los empleados públicos que podrían perder sus empleos si participan en manifestaciones opositoras.
El principal secretario del gobierno, Abdul Halim Ali, dijo a los empleados públicos que la ley les exige respaldar al gobierno y "si sus actos ilegales provocan consecuencias graves, pueden ser destituidos".
Por ahora, el movimiento de reformas de Anwar quedará sin su líder, pero el vacío lo ocupó rápidamente el nuevo Movimiento de Justicia Popular de Malasia, conocido como Gerak.
Gerak es una alianza de partidos opositores y más de una docena de organizaciones no gubernamentales que congregó a grandes multitudes en manifestaciones por todo el país.
El gobierno prohibió las manifestaciones públicas en el país, pero Gerak utilizó encuentros de oración y de "información" como pretexto para organizar los mitines políticos.
Cuando se le negó el permiso policial para celebrar un encuentro el domingo 16, Gerak siguió adelante y congregó a una multitud de 10.000 personas en la localidad de Kepala Batas, en Penang.
Kepala Batas es la circunscripción electoral correspondiente al canciller Abdullah Badawi, considerado sucesor de Anwar como viceprimer ministro.
El problema de Mahathir es que las personas que asisten a las manifestaciones ignoran las advertencias del gobierno y concurren de todas maneras para escuchar las críticas que condenan las injusticias en este país.
Las consignas más escuchadas en las manifestaciones son "reformasi", "Mahathir Undur" (Renuncia Mahathir) y "Benaskan Anwar" (Liberen a Anwar). Las multitudes también exigen la anulación de la LSI.
En 1987, el gobierno aplicó la LSI para detener a más de cien opositores en un momento en que Mahathir se enfrentaba a la disidencia interna de su propio partido.
La LSI se presentó en 1960 con el propósito declarado de controlar las amenazas de la guerrilla comunista, explicó Syed Husin Ali, presidente del minúsculo Partido Popular Malasio, que asegura que esa amenaza ya no existe.
"La LSI se utiliza periódicamente para realizar arrestos masivos y arbitrarios sin juicio, con el fin de reprimir el surgimiento de una oposición creíble mediante la detención indefinida de muchos dirigentes opositores, activistas de ONG y otros", sostuvo Syed Husin, él mismo encarcelado en los años 70.
Mahathir es consciente de las críticas, pero no estaba preparado para las críticas de sus socios en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
El presidente de Filipinas, Joseph Estrada, y el de Indonesia, B.J. Habibie, expresaron públicamente su desagrado por el tratamiento que el gobierno brindó a Anwar. (FIN/IPS/tra-en/an/ral/aq/ip/98