Los altos picos nevados de las montañas concentran un peligroso nivel de acumulación de contaminantes tóxicos industriales y pesticidas agrícolas, reveló la última edición de la revista Nature.
Desde los Alpes suizos hasta la Sierra Madre en México, las regiones montañosas de zonas templadas, que tienden a recibir altos niveles de lluvias o nieve y a la vez estßn cercanas a fuentes de contaminación, son propensas a grandes concentraciones de componentes químicos peligrosos.
Estas sustancias son llamadas contaminantes organoclorados persistentes.
Al estudiar las montañas templadas del oeste de Canadß, científicos descubrieron que la concentración de contaminantes aumenta con la altura, indicó el estudio de Nature divulgado el miércoles pasado.
Aunque científicos en todo el mundo descubrieron rastros de sustancias organocloradas en ßreas remotas, por ejemplo en las ballenas Beluga del Artico, el estudio publicado por Nature es el primero sobre la acumulación de estos contaminantes como resultado de alturas elevadas.
Algunas de estas sustancias químicas son pesticidas y productos industriales, otras, los subproductos químicos de procesos manufacturados, incluyendo dioxinas y furanos creados durante la incineración o mediante la producción de cloros.
Estas sustancias organocloradas tienen en común que permanecen en el ambiente durante años después de haber sido liberadas, a menudo viajando grandes distancias a través del aire, el viento y el agua.
Debido a su capacidad para imitar hormonas naturales, estas sustancias han sido responsabilizadas de causar cßncer, defectos de nacimiento, desórdenes inmunológicos, defectos neurológicos, anomalías reproductivas y bajo número de espermatozoides.
"Estas sustancias químicas socavan el desarrollo del cerebro, y la inteligencia de los niños estß en peligro", dijo Theo Colborn, científico de la Fundación Mundial de la Vida Silvestre.
Los contaminantes organoclorados también se "bioacumulan", dado que al ser consumidos no se excretan y permanecen en los tejidos grasosos. En la cadena alimenticia, los animales que comen grandes cantidades de otros animales retienen altas dosis de esas sustancias.
Estos contaminantes han sido encontrados en focas en el mar Negro de Turquía y en osos polares en el Artico. Ademßs, aparecen en altas concentraciones en regiones frías como el Artico debido al fenómeno llamado "condensación fría".
Los químicos se evaporan en climas cßlidos y se condensan cuando llegan a un sitio mßs frío. Dado que estas sustancias viajan bien, el contaminante que se originó en una parte cßlida del mundo podría ser encontrado en una región mßs fría a miles de kilómetros de distancia.
El estudio de la revista Nature expandió la teoría de la "condensación fría" al probar que, al menos en las observaciones realizadas en Canadß, alturas elevadas también frías tienden a tener mßs contaminantes organoclorados persistentes que altitudes menores.
Tomando muestras de nieve caída en montañas del oeste de Canadß en 1995 y 1996, David W. Schindler, de la Universidad de Alberta, Canadß, y otros científicos, encontraron que la concentración de contaminantes persistentes revelan un aumento de entre 10 y 100 veces entre 770 y 3.100 metros de altura.
Ademßs de encontrarse en altas concentraciones en alturas elevadas, los químicos también son mßs abundantes a mayor altura debido al aumento de las precipitaciones en esas altitudes.
El estudio indicó que los niveles de los químicos pueden aumentar a medida que crece la altura, aunque para probarlo son necesarios nuevos estudios.
A la vez, el artículo de Nature sostuvo que mßs investigación debe hacerse para descubrir lo que sucede a los contaminantes cuando la nieve se derrite.
Muchas ßreas urbanas cercanas a las montañas obtienen su agua potable de ríos y cursos de agua de nieve derretida de montañas cercanas que probablemente tienen altas concentraciones de estos químicos, dijo el estudio.
"Definitivamente vale la pena hacer estudios porque algunas ciudades, como Denver y Ciudad de México, obtienen su abastecimiento de agua de nieve derretida en montañas de mßs de 3.000 metros de altura", dijo Schindler a IPS.
Mientras los investigadores presionan por nuevos estudios, ambientalistas urgen a los gobiernos a prohibir las sustancias dañinas a nivel mundial, ya que viajan largas distancias.
En respuesta a estas presiones, en 1995 unos 100 países acordaron negociar un tratado mundial para reducir y eliminar la "docena sucia" de sustancias tóxicas, entre ellas DDT, dioxinas, furanos y heptacloro.
Las negociaciones que comenzaron con la conferencia en Montreal deberßn finalizar en el 2000, aunque aún hay muchos obstßculos en el camino a la implementación del tratado, el primer intento por controlar este tipo de químicos sintéticos a nivel mundial, según afirman ambientalistas y autoridades de gobierno.
Ambientalistas sostienen que los países en desarrollo no tienen las estructuras legales en su sitio, ni los recursos económicos, para implementar las normas de regulación química.
A la vez, las alternativas a las poderosas sustancias químicas, utilizadas en programas de salud pública para erradicar mosquitos que transportan enfermedades en países en desarrollo, son muy caras.
Los gobiernos, la industria química y los defensores del ambiente no se ponen de acuerdo para definir si los contaminantes organoclorados persistentes deben ser prohibidos o limitados en su uso. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/98)