ASIA MERIDIONAL: El satélite aniquila la televisión estatal

Los habitantes de Asia meridional tenían hace poco sus costosos televisores siempre sintonizados en un solo canal, el estatal, pero desde la aparición de las antenas satelitales todo cambió.

Los canales del estado afrontan ahora el desafío de la supervivencia.

Las pequeñas antenas de recepción vía satélite con forma de disco que empezaron a aparecer por esta región desde los primeros años 90 permiten acceso a películas, deportes y noticias. Mientras eso ocurría, según los expertos, la televisión estatal no se preocupó por elevar el nivel de su programación.

Especialistas en el mercado televisivo de Asia meridional revisaron la escena regional en una conferencia sobre medios audiovisuales convocada en Katmandú por el Panos Institute, organización no gubernamental con sede en Londres.

En los debates quedó claro que, excepto el caso del estado de Doordarshan, en India, que comienza a disputar televidentes al satélite, en el resto de la región no se ha hecho nada para afrontar el desafío.

En países como Nepal, los telespectadores rara vez sintonizan la televisión pública, a menos que sea para ver a los populares comediantes de Santosh Pant o alguna entrevista de interés nacional.

El problema, dijeron los analistas convocados por Panos, es que la pérdida de audiencia se la televisión estatal lleva a que numerosos programas de servicio público sean ignorados por los televidentes, cautivados por las grandes dosis de entretenimiento del satélite.

Los canales privados, mientras, no parecen comprometidos con la emisión de programas de servicio público.

"La difusión de programas de servicio público es muy necesaria. La proliferación del satélite satisfizo una demanda y muchas necesidades, pero deja un vacío que solo puede ser llenado por un canal de servicio público", comentó Kiran Karnik, director de Discovery Channel en India.

Karnik observó que este tipo de programas se ven afectados por fenómenos como la intención de los gobiernos a "cortar gastos, reducir subsidios y comercializar todo".

La respuesta del gobierno de Nepal a la llegada del satélite fue arrendar segmentos de programación a productores privados, tanto en su canal de televisión como en sus radios de frecuencia modulada.

Los expertos reunidos en Katmandú comentaron que esa fórmula no serviría de impulso a una televisión de servicio público, pues los canales privados solo transmiten programas que pueden generar un retorno económico en los avisadores.

Frente a esta situación, se argumentó que los gobiernos de la región deberían asumir un papel activo en la promoción de programas de servicio público, incluso mediante la subvención de su producción.

"Los gobiernos de Asia meridional tienen el deber de entregar financiamiento y subsidio a los canales públicos, que no deben ser abandonados a merced de las fuerzas de mercado", planteó Javed Jabbar, ex ministro de Información de Pakistán.

Pero esa posibilidad también fue puesta en cuestión por algunos especialistas, quienes argumentaron que la intervención del gobierno en el sector puede prestarse a manipulaciones.

"Deberíamos redefinir el papel del Estado en los medios. Los gobiernos entran y salen, pero el Estado sigue allí. Es necesario encontrar mecanismos para entregar programación de calidad sin intervención de estos gobiernos", admitió Jabbar.

Pero David Page, ex productor de la BBC que realiza para la Universidad de Sussex una investigación de los medios de Asia meridional, planteó que, en definitiva, la presión capaz de generar un cambio sólo puede proceder de una fuente: la teleaudiencia.

Una emisora de radio es el único medio de Nepal que consigue captar la atención con programación de servicio público. Se trata de Sagarmatha, una estación respaldada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que emite programas destinados a las comunidades del valle de Katmandú.

Pero la falta de fondos y la indiferencia del gobierno limitan su crecimiento.

Sin embargo, el ejemplo da radio Sagarmatha es observado con interés por otros grupos con proyectos de comunicación. El gobierno ya entregó al menos siete licencias para el establecimiento de estaciones privadas de frecuencia modulada. (FIN/IPS/tra-en/sp/rdr/lc-mj/cr dv/98

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