El gobierno de Argentina negocia contra reloj la refinanciación de su deuda ante organismos internacionales, aunque confía en el triunfo de Fernando Henrique Carodoso en las elecciones de este domingo en Brasil y en su capacidad para salvar a su país de la crisis mundial.
El viceministro de Economía, Pablo Guidotti, aseguró que se esperan "buenas noticias de Brasil" porque ese país, socio principal de Argentina en el Mercosur, asumirá medidas de ajuste y porque la comunidad financiera tiene voluntad de ayudarlo.
"En el primer trimestre de 1999, los mercados de Argentina y Brasil van a repuntar", vaticinó Guidotti.
Cardoso pondrá este domingo su gobierno a una prueba y, según las encuestas, será elegido presidente por segundo mandato consecutivo.
Pero la gran expectativa de los mercados se centra en el día posterior a los comicios, cuando se prevé el anuncio de un severo ajuste fiscal que permita hacer frente a la crisis internacional sin devaluar el real.
Cardoso se comprometió ante el electorado a no modificar su política cambiaria. El presidente del Banco Central de su país, Gustavo Franco, afirmó que no aceptará una ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) que obligue al gobierno a devaluar, con severas consecuencias para los vecinos.
Argentina envía más de 30 por ciento de sus exportaciones a Brasil. La interdependencia de ambas economías es de tal magnitud que la caída del consumo en Brasil, que comenzó a insinuarse este año, provocó la suspensión de miles de obreros en las fábricas de automóviles de Argentina.
Este sábado comenzó la suspensión de 3.200 trabajadores de Fiat, que envía 60 por ciento de su producción a Brasil. El sindicato anticipó que esa medida afectará también a otros 1.800 obreros de fábricas de piezas de vehículos. Algo parecido ocurrió en las fábricas de Ford, Renault e Iveco.
El ex ministro de Economía argentino Domingo Cavallo admitió que el gran peligro para las economías latinoamericanas radica en Brasil, pero manifestó su esperanza en que tras el eventual triunfo de Cardoso se clarifique la política económica de ese país y se pueda sobrellevar la crisis sin sobresaltos.
De todos modos, para hacer frente a una posible corrida cambiaria en Brasil, Argentina ya emprendió una estrategia de sutil diferenciación de su socio.
En este país, las reservas no disminuyeron, como sí sucedió en Brasil, y los vencimientos de la deuda externa, a diferencia de la apremiante situación del socio mayor del Mercosur, son a mediano y largo plazo.
El ministro de Economía de Argentina, Roque Fernández, viajó esta semana a Washington para participar de la asamblea conjunta del FMI y el Banco Mundial.
Allí mantuvo una serie de reuniones con directivos de los organismos a fin de poder anunciar antes del martes la concreción de préstamos que permitan al país hacer frente a los compromisos de 1999.
Argentina necesita alrededor de 16.000 millones de dólares para el próximo año, de los cuales 14.000 deberían destinarse a cancelar vencimientos de la deuda externa.
Por el momento, el país tiene el respaldo del FMI para un crédito de 4.500 millones de dólares, y sabe que podrá colocar con cierto éxito una emision de bonos por 2.000 millones más.
Pero también tiene esperanzas de obtener la venia del Banco Mundial para un préstamo de 8.000 millones que le permita eludir a la banca privada de crédito, que mantiene muy altas las tasas de interés debido a la desconfianza que se apoderó este año del mercado mundial respecto de las economías emergentes.
También se gestiona la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo y del Eximbank de Japón.
El viceministro de Economía tampoco descartó la posibilidad de vender 2.000 millones de dólares en acciones de la petrolera YPF en poder del Estado y destinar la mitad de lo recaudado por la venta del estatal Banco Hipotecario a cumplir con las deudas.
Las gestiones del equipo económico con el fin de asegurarse el financimianto externo para los próximos meses comenzaron a mediados de septiembre, pero se aceleraron este fin de semana en el marco de la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington.
En un hecho inusual en este tipo de reuniones, el presidente Carlos Menem asistirá este martes a asegurar que Argentina está a salvo de una crisis financiera y que su economía no corre riesgos.
El director gerente del FMI, Michel Camdessus, ya destacó que Argentina logró sortear la crisis hasta ahora, aplicando los ajustes sugeridos.
Camdessus presentó a Argentina como una "experiencia ejemplar" de cómo debe enfrentarse la crisis, pero al mismo tiempo admitió que, si Brasil tiene un "accidente", arrastrará consigo a su socio en el bloque regional. (FIN/IPS/mv/mj/if ip/98