El Congreso de Estados Unidos reclamó el recorte de la emisión de gases invernadero de los países en desarrollo, pero grupos ambientalistas creen que se trata de una excusa para eludir el Protocolo de Kyoto sobre recalentamiento global.
Los senadores y congresistas republicanos afirman que no ratificarán el acuerdo logrado en la ciudad japonesa de Kyoto a menos que los países en desarrollo se comprometan a limitar su emisión de los gases causantes del recalentamiento de la Tierra,
Los estados parte de la Convención de Cambio Climático se reunirán el mes próximo en Buenos Aires para discutir detalles del Protocolo de Kyoto, firmado para enfrentar el llamado efecto invernadero.
"Esta actitud del Congreso se basa en supuestos falsos. Los países en desarrollo deben estar exentos de las obligaciones del tratado, pues no son responsables de la mayor parte de los gases invernadero que están en la atmósfera", dijo Agus Sari, del equipo de India en las negociaciones sobre el clima.
"¿Por qué van a aceptar las naciones en desarrollo límites obligatorios a las emisiones, cuando quienes más contaminan no las reducen?" reflexionó Atiq Rahman, director del Centro para Estudios Avanzados, de Bangladesh.
La mayoría de los científicos coinciden en que la causa del recalentamiento global son las emisiones de dióxido de carbono y otros gases invernadero liberados por la quema de combustibles fósiles como carbón, petróleo y gas.
Si no se reducen esas emisiones, la temperatura seguirá en aumento en todo el mundo, con el consiguiente peligro de tormentas, inundaciones, olas de calor y sequías, indican los expertos.
La consecuencia más grave podría ser el derretimiento de los hielos polares. Eso ocasionaría el aumento del nivel de los oceános y la sumersión de islas y zonas costeras bajas.
El Protocolo de Kyoto fue reconocido por casi todos los países que participaron en la reunión ralizada en diciembre de 1997 en esa ciudad para buscar soluciones al efecto invernadero.
Los países del Norte industrial acordaron disminuir seis por ciento su emisión de gases invernadero respecto de los niveles de 1990 entre los años 2008 y 2012.
Pero los legisladores republicanos de Estados Unidos, haciéndose eco de una campaña de compañías petroleras, anunciaron que no aprobarán el Protocolo de Kyoto, porque no compromete a los países en desarrollo y dañará a la economía estadounidense.
El Congreso sostiene que la emisión total de los países del Sur en desarrollo serán iguales a las del Norte en un plazo de 15 o 20 años.
De ese modo, en el momento en que Estados Unidos y otros países del Norte cumplan con el Protocolo de Kyoto, las emisiones de los países en desarrollo serán tales que ese esfuerzo hará sido inútil, según la versión de los republicanos.
"Eso no es correcto. El cambio del clima es un problema a muy largo plazo", arguyó Nancy Kete, directora del programa de clima del Instituto de Recursos del Mundo, de Washington.
"La forma correcta de determinar cuándo se igualará la responsabilidad del Norte y el Sur en materia de emisiones es observar los gases acumulados en la atmósfera desde la revolución industrial", señaló Kete.
Agregó que, si se toman en cuenta las emisiones desde 1850 a la fecha, más las futuras, se concluye que Estados Unidos y otros países industrializados seguirán siendo los principales focos contaminantes de la atmósfera en los próximos 30 o 50 años.
Los congresistas que se oponen al tratado sólo toman en cuenta las emisiones anuales.
"Además, creo que nadie fuera de Estados Unidos cree que este país fuera tratado injustamente porque el Sur en desarrollo no está obligado a cumplir con los compromisos (del protocolo)", opinó Kete.
Estados Unidos alberga sólo cuatro por ciento de la población del mundo, pero "emite 21 por ciento del total de dióxido de carbono", ilustró.
Rahman dijo que muchos países en desarrollo están dando pasos por su propia voluntad para limitar sus emisiones. China redujo los subsidios al petróleo hasta 55 por ciento en los años 80, y Brasil, India y Sudáfrica también los recortaron y promovieron activamente la eficiencia energética y el uso de fuentes renovables.
"Es hora de dar vuelta la mesa y que los países industrializados asuman responsabilidades", declaró Agus Sari.
Se espera que las emisiones del Norte sigan en aumento, pese a haberse comprometido en la Convención de Cambio Climático a reducirlas.
La cantidad de gases contaminantes producida por Estados Unidos en el 2000 será 13 por ciento superior a la de 1990, según proyecciones.
"La única forma en que los países en desarrollo se sentirán cómodos ingresando en el sistema es mediante la confianza. Si los países industrializados dan el primer paso y demuestran su compromiso, se romperá el hielo", opinó Atiq Rahman.
Pero la crisis financiera actual puede afectar las nuevas negociaciones. "Dada la gravedad de la situación en Asia, la población está menos dispuesta que el año pasado a aceptar medidas de austeridad para reducir la contaminación", advirtió Al Troner, de la consultora Asia Pacific Energy, de Kuala Lumpur.
Mientras el Norte no cumple su compromiso de reducción de emisiones, tampoco se atiende el problema del cambio climático, y los más pobres sufren las consecuencias más graves del recalentamiento del planeta, observó Kete, del Instituto de Recursos del Mundo.
"Cada año que estos intereses industriales logran demorar los cambios de políticas y la implementación del Protocolo de Kyoto, cuesta miles de millones de dólares en atención sanitaria, y miles de vidas", agregó. (FIN/IPS/tra-en/dk/di-ff/en/98