Una agencia de las Naciones Unidas expresó hoy su alarma por el gran descenso en la población de tiburones, fuente barata de proteínas para millones de personas que viven en zonas costeras y que dependen de la pesca de subsistencia.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló, una semana antes de una conferencia internacional que abordará el asunto, que muchas variedades de tiburón se encuentran diezmadas en todo el mundo.
La agencia expresó que, a menos que se tomen medidas urgentes para contener las cada vez más frecuentes capturas, el futuro del tiburón será desolador, expresó. Muchas especies de tiburones pueden verse diezmadas en casos de excesiva explotación, afirmó la FAO.
Entre los días 26 y 30 concurrirán a la sede de la FAO en Roma representantes de más de 70 países, entre ellas las principales naciones pesqueras, para aprobar un plan internacional de acción para la conservación de los tiburones y de ordenamiento de su explotación.
Del tiburón se utiliza la carne y las aletas como alimento, el hígado para la elaboración de aceite, y la piel, los dientes y los cartílagos para distintos usos.
El lento proceso de crecimiento, la larga vida, la tardía madurez y la baja fecundidad de este pez se traducen en un aumento de los riesgos y consecuencias de la sobrepesca.
Se necesitan muchos años para que las poblaciones de tiburones se recuperen de graves episodios de reducción.
La explotación comercial de los tiburones aumentó en todo el mundo de manera espectacular en el último medio siglo. Las capturas anuales de tiburones pasaron de 272.000 toneladas de 1950 a 760.000 en 1996, según estadísticas de la FAO.
La mayor parte de las capturas de tiburón en el mundo ocurren fuera de las zonas establecidas y de forma incidental.
Los países donde se pesca el mayor número de tiburones son Indonesia, India, Estados Unidos, Pakistán, México, Taiwan, Japón, Argentina, Sri Lanka, Brasil, Malasia, Francia, Gran Bretaña, Corea del Sur, Tailandia, España, Nueva Zelanda y Maldivas.
La pesca del tiburón se halla en proceso de expansión en todo el mundo debido al incremento del mercado de las aletas, muy apreciadas en la cocina oriental y uno de los productos pesqueros más caros del globo.
Gran número de tiburones son capturados de forma incidental en las zonas de pesca de especies como el atún, el pez espada y los calamares. Los tiburones muertos se arrojan por lo general al mar después de habérseles cortado las aletas.
A la pesca con palangres en Japón, Corea del Sur y Taiwan se debe la mayoría de ese tipo de capturas.
La captura incidental de peces elasmobranquis, grupo integrado entre otros por tiburones y rayas, se calculó a fines de la década del 80 entre 260.000 y 300.000 toneladas, lo cual representa entre 11,6 y 12,7 millones de peces, sobre todo tiburones azules.
Después del increíble aumento de la explotación de tiburones en todo el mundo, se estima que muchas variedades corren peligro de extinción.
Hay señales que una veintena del centenar de variedades que son objeto de explotación están en riesgo de extinción, según la FAO.
La agencia señala que no hay ningún tratado internacional ni estrategia en la materia. Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Estados Unidos (en su costa oriental) han fijado criterios de ordenamiento para la explotación del tiburón en sus aguas territoriales.
En la actualidad hay restricciones solo en Sudáfrica, Australia, Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos, Brasil e Israel.
En la conferencia en Roma se prevé la aprobación de un plan internacional de acción para la reducción de las capturas incidentales de aves marinas en la pesca con palangres, además de elementos para un convenio internacional para el ordenamiento de la capacidad pesquera.
Las estrategias de ordenamiento y conservación deberían aspirar a mantener una mortalidad de peces lo suficientemente baja para que cada especie o población pudiera mantenerse por sí sola.
Cada estado deberá establecer un estatuto para la defensa y ordenamiento del tiburón y establecer un plan nacional.
Los diversos países deberán publicar además informes periódicos al respecto. (FIN/IPS/jp/mj/en/98