El despido de todos los médicos de un hospital y pacientes atendidos bajo amenaza armada de sus familiares son expresiones de la radicalización de una huelga médica en Venezuela, al cumplirse su primera semana.
La paralización de la atención sanitaria en el sector público comenzó en el Distrito Federal y se extiende ahora a cinco estados, con unos 6.000 médicos en huelga y unos 35 hospitales y 500 ambulatorios cerrados o en caos.
Este martes cerca de 20 asociaciones conectadas por el área de la salud indicaron que estudian sumarse a la huelga, mientras en varios hospitales los pacientes se niegan a abandonar los centros hasta recibir atención, sin acatar el alta médica.
La huelga se convirtió también este martes en tema de la campaña para las elecciones presidenciales de diciembre, con posiciones de los principales candidatos frente a la crisis.
Dirigentes que respaldan al candidato favorito en las encuestas, Hugo Chávez, apoyaron la protesta, pero pidieron la mediación de la Iglesia Católica, mientras el segundo en las encuestas, Henrique Salas, la calificó de "huelga mata pueblo".
Los médicos exigen la duplicación de sus salarios, pero sus dirigentes gremiales se han mostrado dispuestos a negociar esta exigencia a cambio de que se excluya de una reforma integral de la seguridad social la proyectada eliminación del colapsado Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS).
"Se está impulsando una escalada ascendente del odio, que está incitando a algo muy grave en este país y que desborda los fines de una protesta gremial", dijo con pesadumbre el médico Eduardo Villasmil, uno de los pocos que atienden el servicio de emergencia en otro hospital de Caracas.
El gobierno decretó el viernes la llamada "reanudación de faena", que fuerza el retorno al trabajo de los huelguistas en servicios esenciales. Pero la medida fue desacatada por los médicos e incrementó la adhesión al paro.
Casi 70 por ciento de los 23 millones de habitantes de Venezuela viven en pobreza, según cifras oficiales, y dependen de la salud pública, deteriorada por falta de insumos y de equipos y por la virtual inoperancia del IVSS, criticado por su corrupción a todos los niveles.
La decisión del gobernador de Caracas, el general retirado Moisés Orozco, de despedir a los 142 médicos de uno de los mayores hospitales capitalinos, terminó por radicalizar el conflicto, mientras los pocos médicos que se mantienen en los centros sanitarios se declaran desbordados por la crisis.
Este lunes, un hijo desesperado apuntó con una pistola a médicos de un centro hospitalario que se negaban a atender a su madre, quien presentaba signos aparentes de ataque cardiaco.
La Federación Médica Venezolana rechazó la huelga, pero fue desbordada por la iniciativa del colegio que agrupa a los médicos del capitalino Distrito Federal. Tampoco la Central de Trabajadores de Venezuela, la mayor del país, apoya la protesta "porque atenta contra la población más humilde".
Lo que analistas independientes calificaron este martes de "punto de no retorno" en las posiciones, se produjo con el despido de los médicos del hospital del Lidice, por abandonar en bloque sus puestos durante cinco días, sin la comprometida atención del servicio de emergencias y otras áreas esenciales.
El presidente del Colegio de Médicos del Distrito Federal, Fernando Bianco, indicó que la medida logró "compactar la respuesta del gremio médico" y que el mismo gobierno que dice no tener recursos para un incremento salarial, parece tenerlos para despedir a los profesionales de medicina.
El ministro de Planificación, Tedoro Petkoff, explicó que los recursos para cerrar la relación laboral con los médicos despedidos saldrá de un fondo especial para reducción de personal en la administración pública.
Petkoff acusó a Bianco de actitud "mafiosa" cuando ofrece limitar las exigencias salariales a cambio de que no apruebe en forma definitiva la eliminación del IVSS en el 2000.
"En el código de Vito Corleone (protagonista de la película "El Padrino") eso se llama chantaje o extorsión", afirmó Petkoff, quien ya se enfrentó a Bianco cuando éste condujo a todos los médicos del país a otra dura huelga nacional, en enero de 1997.
El ministro afirmó que Bianco debería explicar por qué defiende una de las entidades del Estado más rechazadas por la población, como el IVSS, y denunció que unos 2.300 médicos cobran en esa institución sin trabajar o sin cumplir su horario. (FIN/IPS/eg/ff/lb he/98