VENEZUELA: Chávez se define como un bisturí contra la corrupción

El candidato favorito a la Presidencia en Venezuela, Hugo Chávez, aseguró hoy que no se considera un mesías, pero si gana las elecciones será "un bisturi que extirpará la podredumbre" del país.

Chávez, un teniente coronel retirado que protagonizó un abortado golpe de Estado en 1992, afirmó en una entrevista radial que "el país está quebrado y la República se perdió", por lo que la respuesta no puede limitarse a planteamientos reformistas.

"El Estado ya no tiene salida con una reforma, hay que transformarlo, porque el Estado está podrido", subrayó el candidato del Polo Patriótico, conformado por grupos de izquierda, militares que participaron en las dos cruentas asonadas de 1992 y sectores empresarios proteccionistas.

Chávez, de 44 años, líder del Movimiento V Répública, aparece como favorito por amplio margen en todos los sondeos sobre los comicios del 6 de diciembre, aunque los encuestadores precisan que también hay un alto nivel de rechazo a su eventual triunfo, por ahora atomizado en su apoyo a otros candidatos.

La transformación del "cuerpo institucional venezolano" se hará mediante su propuesta convocatoria a una Asamblea Constituyente en 1999, iniciativa que cuenta con 61 por ciento de apoyo popular.

Esa Asamblea tendría como primera labor la restructura del Poder Judicial, "que está en manos mayormente de la corrupción", comentó en Radio Capital.

Hasta ahora, su oferta consiste en reemplazar el Congreso bicameral, que será elegido el 8 de noviembre, por una Asambla Constituyente, sin cumplir los requisitos contemplados en la actual Constitución, y de intervenir el Poder Judicial.

Juristas y opositores a su candidatura califican este mecanismo para establecer una Asamblea Constituyente como un "fujimorazo", en alusión a la disolución del Congreso y la internvención del Poder Judicial que realizó el presidente de Perú, Alberto Fujimori, en abril de 1992.

"Hay que comenzar por extirpar, como hace el médico con el cáncer, el Poder Judicial", dijo Chávez, quien añadió que también deberá transformarse el Poder Legislativo y la estructura misma del Estado, que pasaría por un gobierno de 10 ministerios en lugar de los más de 20 actuales.

"No soy un mesías, soy un instrumento de un proceso y una moral", aseguró el carismático candidato, que ahora cita a la Biblia como antes salpicaba sus planteamientos de frases del libertador Simón Bolivar y otros próceres de la independencia latinoamericana del dominio español.

Chávez desmintió que haya ofrecido la expropiación de tierras y casas en actos proselitistas en zonas marginales de Caracas y de otros puntos del país, y calificó este tipo de rumores como parte de "una campaña del miedo" en su contra.

Algunos adversarios del candidato lo catalogan como "el nuevo (Fidel) Castro" y otros consideran que se disfraza con un lenguaje izquierdista y populista pero llevará al país a una dictadura de derecha. Mientras, el niega las etiquetas y se define como "un soldado de Venezuela".

Henrique Salas, un empresario de 62 años ex gobernador del industrial estado de Carabobo al que las encuestas adjudican la segunda opción, busca capitalizar "el voto anti Chávez". Este martes aseguró en un programa internacional de televisión que si Chávez llega al poder se transformará rapidamente en un dictador.

Salas, postulado por el Proyecto Venezuela, fuerza creada para impulsar su candidatura al margen de los grupos establecidos, dijo que "Chávez es sencillamente un pichón de dictador, un candidato a dictador", cuya intentona golpista de febrero de 1992 "ya costó muchas vidas y mucho atraso a Venezuela".

Sobre las versiones de expropiaciones durante su gobierno, Chávez replicó que, por el contrario, su proyecto consiste en "devolverle sus propiedades y sus derechos" a los venezolanos.

El militar retirado dijo que la clase media cayó en un año en 20 por ciento, engrosando el sector marginal, mientras amplios sectores sobreviven vendiendo la segunda casa y el segundo automóvil que habían logrado adquirir, ante la brutal caída de su ingreso.

En tanto, la pequeña y mediana empresa se ha visto también forzada en un alto porcentaje a cerrar "por este sistema de economía salvaje, que es el que ha venido expropiando poco a poco a la clase media, a los pobres y a los pequeños productores".

Aseguró que la corrupción se lleva en la actualidad 15 por ciento del presupuesto anual, por lo que el Estado expropió "derechos básicos como los de la salud, la educación y la vivienda".

Chávez negó que su eventual triunfo vaya a traer la violencia a Venezuela, después que en 1992 detonó una crisis institucional aún no superada con el primero de los dos intentos militares por derrocar al entonces presidente Carlos Andrés Pérez.

La figura a la que un sector de la población percibe como "vengador" contra una agotada clase política, la corrupción, la violenta pérdida del poder adquisitivo y el colapso de los servicios, recurrió al libro del Eclesiastes para ratificar su evolución de líder golpista a forjador de una nueva democracia.

"Hay un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz", expresó Chávez, pero a su juicio ésta no es sólo ausencia de violencia, porque "sin justicia no puede haber paz".

El candidato del Polo Patriótico aseguró que se considera la figura necesaria para "con mano muy firme, tomar las decisiones que necesita un proceso de reconstrucción de este país".

Chávez citó al asesinado líder negro estadounidense Martin Luter King, para decir "yo también tengo un sueño" y al escritor uruguayo Eduardo Galeano para indicar que es político porque se preocupa de los demás, lo que completó con una mención del primer mandamiento: "amarás al prójimo como a ti mismo". (FIN/IPS/eg/ag/ip/98

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