El gobierno de Venezuela vendió hoy la empresa de distribución eléctrica del insular estado de Nueva Esparta, en un exitoso inicio de la privatización del sector que alivia el sonoro fracaso en el intento de traspasar el aluminio.
Enelmar, un grupo encabezado por la compañía estadounidense CMS Electric, ganó la subasta al ofertar 90 millones de dólares por el sistema eléctrico del estado donde se sitúa la turística isla de Margarita, conocida como "la perla del Caribe".
"Finalmente, una buena noticia", dijo el ministro de Inversiones, Luis Alvaray, cuando culminó el acto de privatización de 70 por ciento del Sistema Eléctrico de Nueva Esparta con una prima de 158 por ciento sobre el precio base.
El gobierno debió renunciar en agosto a vender cuatro empresas del sector del aluminio y comenzar la búsqueda urgente de alternativas para evitar su cierre, al fracasar por tercera vez la subasta del grupo, en un traumático proceso iniciado en marzo.
Alvaray aseguró que la privatización es una buena señal para los inversores externos e internos, después del huracán financiero de agosto, que afectó frontalmente a este país, sobre el que se cierne la desconfianza por el desplome de los precios petroleros y la incertidumbre electoral.
El ministro dijo que el éxito de este martes "nos da el impulso" para acelerar los planes de privatización de los sistemas eléctricos de los orientales estados de Delta Amacuro y Monagas, que podrían realizarse antes de concluir octubre.
Venezuela, además de ser un país petrolero, tiene un potencial de generación de energía hidroeléctrica excedentario, con una capacidad de 11.000 megavatios que se elevará a 13.000 a comienzos de la próxima década y a 25.000 en 20 años.
Pero confronta agudos problemas en la distribución de electricidad en sus 900.000 kilómetros cuadrados y para superarlo se requiere una inversión de 5.700 millones de dólares, indicó este martes Luis Rojas, presidente del consorcio eléctrico estatal Cadafe, que agrupa a las empresas regionales.
Rojas explicó en rueda de prensa que la privatización brindará a Margarita, situada en el nordeste costero, un mejor futuro y un buen servicio eléctrico, cuya falta afectaba su desarrollo.
Enelmar tendrá la concesión por 60 años de la distribución de electricidad en Margarita y las colindantes isla de Coche y Cubagua, que suman 1.150 kilómetros y están habitadas por 350.000 personas.
La adquisición de 70 por ciento del sistema obliga a una inversión mínima de 210 millones de dólares en 10 años, buena parte de los cuales serán destinados al transporte de energía desde tierra firme, a una distancia de 60 kilómetros.
Rojas indicó que si el problema se solventa mediante el tendido de un gasoducto o de un cable especial será una decisión del grupo concesionario, en el que participan también empresarios venezolanos y franceses.
Voltz Petzold, representante de CMS, aseguró que la empresa estadounidense está deseosa de potenciar el desarrollo de Margarita mediante el suministro de un buen servicio, lo que explica que se aseguraran el triunfo con una oferta superior en 33 millones de dólares a la de su único competidor.
Del 30 por ciento de las acciones no transferidas en la subasta, 20 por ciento será entregado en condiciones especiales a los empleados de la empresa privatizada y el otro 10 por ciento se destinará a la participación del público, a través del mercado bursátil.
El final de la subasta fue ensombrecido por la protesta de un pequeño grupo de trabajadores que criticaron a gritos la venta.
El resultado de la operación solventa el revés recibido por las autoridades cuando la principal compañía de distribución en el país, la privada Electricidad de Caracas (EleCar), desistió de participar en la subasta la semana pasada, lo que Alvaray calificó de "acción inexplicable".
EleCar arguyó que no encontró financiamiento para participar en la privatización, pero esa razón fue considerada una excusa, dado que en agosto, la empresa ganó la subasta de la distribución eléctrica de tres departamentos de Colombia, con una inversión de 542 millones de dólares.
La reacción de la empresa se debería al rechazo legislativo del proyecto de Ley Orgánica del Servicio Eléctrico, que aumentaba la desregulación del sector y se había convertido en un "punto de honor" para los empresarios privados y en particular para EleCar, que controla 34 por ciento de la distribución nacional.
Los venezolanos pagan por el servicio eléctrico más que los habitantes de Estados Unidos o Brasil. El costo del servicio aumentó 1.793 por ciento entre 1992 y 1997, pese a que sólo en Caracas mantiene un nivel satisfactorio para los consumidores.
En 1997 se consumieron en Venezuela 76 millones 275.000 kilovatios hora, y en los primeros ocho meses del año el consumo aumentó ocho por ciento respecto del mismo lapso del año previo, según la Cámara de los industriales privados del sector.
Pero la falta de inversiones ha hecho de las tinieblas, los apagones y el racionamiento parte de la vida cotidiana en muchos de los 23 estados del país, pese a ser una potencia energética, y se espera resolver ese problema con la rapida privatización en las zonas más deterioradas. (FIN/IPS/eg/ff/if/98