TAILANDIA: Controles monetarios de Malasia prueban fe en FMI

La decisión de Malasia de revertir políticas económicas inspiradas por el FMI e introducir controles monetarios para evitar especulaciones atrae a economistas y medios de prensa en la vecina Tailandia.

Las autoridades de Tailanda, consideradas hasta ahora los mejores alumnos de las ajustadas políticas monetarias doctrinarias del Fondo Monetario Internacional (FMI), naturalmente descartaron cualquier posibilidad de seguir los pasos de Malasia.

Pero muchos economistas tailandeses, académicos y editoriales de prensa alabaron abiertamente la audacia de la medida malasia, y urgieron al gobierno a emularla de ser necesario.

Introducidos en la primera semana de septiembre, los controles malasios eliminarán el comercio exterior en la moneda del país, el ringgit.

La medida es vista como un paso hacia la creación de un sistema de cambio fijo que permita a las autoridades inyectar dinero en la economía y evitar la recesión sin tener que preocuparse por la volatilidad de la tasa de cambio.

Hasta ahora, Malasia había seguido una política monetaria del tipo de las prescritas por el FMI, aunque se negó a tomar préstamos de la institución financiera.

La devaluación de la moneda rusa y las últimas medidas de control de capitales de Malasia sólo ayudarán a "aumentar la credibilidad de Tailandia entre los inversores extranjeros", dijo el ministro de Finanzas tailandés, Tarrin Nimmanahaeminda, tras la decisión de Kuala Lumpur.

El primer ministro, Chuan Leekpai, dijo a los periodistas que Tailandia y Malasia intentan encontrar soluciones diferentes a la crisis económica debido a las diferentes condiciones en ambos países.

Aunque Malasia tenía suficientes divisas, más de 20.000 millones de dólares, para respaldar su medida de control monetario, Tailandia depende del FMI para apuntalar sus reservas extranjeras, dijo el primer ministro.

Al frente de la campaña para que Bangkok imponga controles monetarios está el ex ministro de Finanzas y reconocido economista Virabhongsa Ramangkura, quien alegó que se deberá recurrir a tales medidas para evitar una mayor caída de la economía tailandesa.

Un editorial en el diario en inglés The Nation sostuvo que "las autoridades no deben descartar (los controles monetarios) demasiado rápido sobre la base de que serían vistos como una reversión de la política y causantes de una posible crisis de confianza entre prestamistas extranjeros que entregaron 70.000 millones de dólares a bancos y empresas tailandeses".

Al igual que el gobierno malasia, muchos intelectuales tailandeses han sido influidos por recientes sugerencias del conocido economista estadounidense Paul Krugman de que los países asiáticos deben reconsiderar el uso de controles monetarios para escapar de una profunda recesión.

Los controles monetarios son utilizados por varios países asiáticos como China, India y Vietnam, los que lograron escapar de la caída monetaria que golpeó a otras economías con cuentas de capitales convertibles.

Para muchos tailandeses, la posición ideológica de Mahathir de negarse a someterse a las condiciones del FMI también es tentadora.

Mahathir ha acusado a especuladores, en general basados en Estados Unidos, de "saquear" el dinero de la gente asiática e intentar reestablecer el "colonialismo" utilizando las finanzas internacionales como herramienta.

No es difícil ver el motivo por el que esta retórica encuentra eco en Tailandia. Hasta ahora, a pesar de seguir las prescripciones del FMI, todo lo que Bangkok ha logrado son más y más noticias económicas deprimentes.

La última estimación es que la economía tailandesa se contraerá entre siete y ocho por ciento este año, y que el próximo crecerá sólo 0,05 por ciento.

Dada la agitación en los mercados internacionales de valores en las últimas semanas, muchos economistas tailandeses también descartan el rápido retorno del capital extranjero a los mercados de valores o la inversión.

"Si Japón se mete en mayores problemas, si Hong Kong se hunde en ataques especulativos, y si la crisis del rublo ruso se extiente en los mercados emergentes, Tailandia no tendrá posibilidades de recuperarse", dijo un analista económico en Bangkok.

Críticos del FMI afirman que la institución financiera no tomó en consideración la inminente recesión mundial, que de materializarse dejará a la economía tailandesa completamente indefensa.

En el corto plazo, lo que preocupa al gobierno de Tailandia es el impacto de los controles monetarios de Malasia sobre el comercio y el turismo.

El comercio bilateral representó más de 2.000 millones de dólares, mientras las empresas malasias ganaron aprobación para 13 proyectos en la primera mitad de 1998. Un gran problema será reconciliar la tasa fija de cambio del ringgit a 3,8 por dólar, ante tasas anteriores más bajas.

El comercio fronterizo entre Tailandia y Malasia es voluminoso, y las provincias tailandesas del sur registrarán una caída en el comercio y el número de visitantes malasios.

Otra preocupación en Tailandia es la incertidumbre que reina en Malasia tras la destitución del viceprimer ministro, Anwar Ibrahim, la cual podría aumentar el enfrentamiento entre grupos pro y antigubernamentales. (FIN/IPS/tra-en/bs-ss/js/lp/ip/98

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