La guerra civil en República Democrática de Congo (RDC, ex Zaire) es el centro de la atención en la 12 cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Noal) que se desarrolla hasta el viernes en esta ciudad de Sudáfrica.
El presidente de RDC, Laurent Kabila, se presentó en forma sorpresiva este miércoles en Durban, para asistir a la ceremonia de inauguración de la cumbre de Noal, organización que agrupa a 113 países. Reuniones de ministros y expertos comenzaron el 29 de agosto.
"Seguimos preocupados por la grave situación en RDC", dijo durante la ceremonia el nuevo presidente de Noal, el jefe de Estado sudafricano, Nelson Mandela.
"Es importante que la cumbre comprenda que los gobiernos del sur, centro y este de Africa y la Organización de Unidad Africana están trabajando juntos" para lograr la paz en RDC, agregó.
Kabila también participará en reuniones sobre su país, junto al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, y a gobernantes africanos con el fin de negociar el cese del fuego.
Los funcionarios mantienen silencio sobre la naturaleza de las conversaciones, luego de varios intentos fallidos de lograr la paz.
Pero ahora se iniciaron varias consultas políticas. El vicepresidente sudafricano Thabo Mbeki se reunió con miembros de la cancillería de Zimbabwe, y el canciller sudafricano Alfred Nzo recibió a una delegación de RDC.
La presencia de Kabila incentivó las conversaciones de paz. Todas las fuerzas involucradas en los combates -Angola, RDC, Ruanda, Uganda y Zimbabwe- están presentes en la cumbre de Noal. Informes extraoficiales indican que también asistirá el insurgente Movimiento Congoleño para la Democracia.
"Los representantes de Africa central y oriental se reunirán entre sí. El secretario general de la ONU pidió reunirse con países de la región para discutir problemas de seguridad en general", declaró Mbeki.
"El proceso de hallar soluciones pacíficas para RDC existe desde hace cierto tiempo y seguirá en el futuro", agregó Mbeki.
Pero no será fácil encontrar terreno en común. Las fuerzas opuestas a Kabila aseguran que quieren la paz, pero con sus propias condiciones, y exigen la creación de un gobierno de transición.
"La guerra en RDC es deplorable y es por eso que el gobierno de Ruanda exhorta a los congoleños a cooperar para lograr una solución pacífica", declaró el canciller ruandés Anastase Gasana.
"Solicitamos el inmediato cese del fuego, seguido de una conferencia multipartidaria y la creación de instituciones de transición con la participación de todos", agregó.
Pero estas condiciones son inaceptables para el gobierno de Kabila. Kinshasa, que aparentemente está repeliendo el avance rebelde y cuenta con la garantía de la ayuda de Angola y Zimbabwe, sostiene que nadie le debe indicar cómo manejar sus asuntos internos.
El conflicto "no tiene nada que ver con nadie más salvo el pueblo congoleño. Jamás permitiremos que alguien nos imponga sus condiciones", aseguró el ministro de justicia de RDC, Mwenzi Kongolo.
"El cese del fuego sólo tendrá lugar con el retiro inmediato e incondicional de las fuerzas extranjeras", agregó el canciller congoleño Jean Charles Okoto.
Okoto acusó nuevamente a Sudáfrica de proporcionar armas a los insurgentes. Ante la prensa, declaró que Kinshasa tiene información de que más de 2.000 soldados ruandeses y ugandeses en las zonas orientales de RDC tienen bombas de mortero y municiones para mantener la guerra durante seis meses.
En la cumbre también se encuentra el Consejo para la República Democrática de Congo, que no integra la delegación oficial de Kinshasa y asegura que el pueblo congoleño no necesita una invitación oficial para resolver sus problemas.
"En los 40 años desde la independencia, nuestro país nunca pudo expresar su voluntad a través de eleccioens. Queremos cambiar esta situación. La corrupción sigue muy presente en RDC. Nos oponemos a las detenciones arbitrarias. Todos los congoleños añoran el Estado de derecho", dijo el presidente del Consejo, Raphael Amiki.
Aunque sin informar dónde tiene su base o quienes lo financian, el Consejo tiene sus propias ideas para un gobierno democrático en RDC.
La organización pide que los representantes de las provincias de RDC se reúnan para designar a un presidente y primer ministro no partidarios que supervisen la transición y el establecimiento de un gobierno de transición.
"Kabila no es un líder legítimo, se autoproclamó", dijo Amiki.
Las gestiones para lograr la paz en RDC comenzaron el 7 de agosto cuando Sudáfrica envió una delegación ministerial a Kinshasa para buscar una solución política.
El 8 de agosto, la cumbre regional realizada en la localidad de Cataratas Victoria, en Zimbabwe, decidió enviar una misión investigadora a la región de los Grandes Lagos.
El día 18, varios ministros de defensa de los países de la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC) decidieron el envío de soldados para ayudar a Kabila.
Desde entonces, Sudáfrica apoya la solución política a la crisis, que comenzó el 2 de agosto, mientras Angola y Zimbabwe se oponen, lo que empantanó la situación en la SADC.
El conflicto en RDC también amenaza con dividir la SADC en dos. Sudáfrica preside la agrupación de 14 países, mientras Zimbabwe encabeza el Organo de Defensa y Seguridad de la organización regional.
"Por desgracia, algunos estados miembros de SADC decidieron apoyar al presidente Kabila y no al pueblo congoleño al enviar fuerzas militares en su ayuda", sostuvo el canciller ruandés Gasana.
Existe la sensación de que SADC no es la única organización que puede mediar en el conflicto, ya que países vecinos como Burundi, República Centroafricana, Congo, Ruanda y Uganda, que no integran la organización regional, tienen mayor interés en la estabilidad de RDC que la mayoría de los países miembros.
Pero SADC asegura que seguirá activa en la búsqueda de la paz en RDC y Noal, bajo la presidencia del Mandela, también participará en el proceso. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/aq/ip/98
