La oposición de Panamá, que creía tener asegurado el triunfo en las elecciones de mayo de 1999, vio debilitarse sus posibilidades al dividirse con la postulación del banquero Alberto Vallarino a la presidencia.
El conservador Vallarino había sido superado este año en las elecciones internas del opositor Partido Arnulfista (PA) por la centroderechista Mireya Moscoso, que en los comicios de 1994 se ubicó en segundo lugar a sólo dos puntos porcentuales del actual presidente, Ernesto Pérez Balladares.
A pesar de su derrota, Vallarino procuró y obtuvo el domingo la postulación de otro partido, el centrista Democrata Cristiano (PDC), como candidato a la presidencia de una llamada tercera fuerza electoral de oposición.
Los partidos opositores negociaron durante varios meses una fórmula que incluyera a Moscoso, Vallarino y a la alcaldesa de la capital Omayra Correa, derechista independiente, como candidatos a la presidencia y las dos vicepresidencias de Panamá.
Pero la postulación de Vallarino como candidato presidencial del PDC complicó las gestiones ante Moscoso, que no admite otra postulación que a la presidencia, así como ante Correa, enemiga declarada de los democristianos.
Luego de la postulación de Vallarino, Correa anunció que propondrá la constitución de una cuarta fuerza electoral con los partidos que aún no formalizaron sus candidaturas.
El diario La Estrella indicó el lunes que la fórmula de la cuarta fuerza podría estar formada por Correa, el músico Rubén Blades, del centroizquierdista Movimiento Papa Egoró, y el industrial Ricardo Martinelli, del Partido Cambio Democrático, como candidatos a primer y segundo vicepresidentes.
Papa Egoró, la sorpresa electoral en 1994, se mantuvo como fuerza independiente. Pero Cambio Democrático es aliado del gobierno de Pérez Balladares.
La nueva situación se asemeja a la de 1994, cuando los cuatro principales partidos de la oposición decidieron participar con tres diferentes candidatos a la presidencia, a pesar de que poco antes todos respaldaban al gobierno de Guillermo Endara.
En esa ocasión, Pérez Balladares obtuvo la presidencia con 34 por ciento de los votos, Moscoso llegó en segundo lugar con 32 por ciento, Blades logró 18 por ciento, el economusta Rubén Darío Carles 14 por ciento y Eduardo Vallarino, del PDC, poco más de uno por ciento.
La situación creada por la postulación de Vallarino dividiría nuevamente las fuerzas opuestas a Pérez Balladares en al menos tres grandes bloques que deberñan disputarse aproximadamente 65 por ciento de los votos no oficialistas.
En las elecciones presidenciales de 1994 y en el referendo del 30 de agosto el gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD), de orientación socialdemócrata, obtuvo los votos de alrededor de 35 por ciento del electorado.
Existe un 35,5 por ciento de los encuestados que aún no hicieron su opción, según la firma encuestadora Ditcher y Neira.
La división de las fuerzas de oposición molestó a Moscoso y sus aliados políticos, que acusan a Vallarino de "traidor" y de "llevar agua al molino del PRD". El fiscal del PA, Alvin Weeden, inició el lunes un proceso destinado a expulsar "por traidor" a Vallarino de esa organización política.
El diputado del opositor Partido Liberal Autentico, Alberto Cigarruista, afirmó que el banquero "por donde pasa va sembrando la semilla de la división".
Cigarruista indicó que "con la irrupción de este niño rico (Vallarino) en la política, el ganador va a ser el PRD pese a que fue derrotado en el referendo del 30 de agosto".
En esa ocasión dos tercios del electorado rechazaron un proyecto de reforma constitucional para permitir la reelección de Pérez Balladares por otros cinco años.
Endara acusó a los dirigentes del PDC de haber "vendido" ese partido para propiciar la candidatura presidencial de Vallarino.
"El PDC es un partido político que fue vendido por Ricardo Arias Calderón y comprado por Vallarino", afirmó Endara al analizar el respando dado por esa organización a la candidatura del banquero.
Arias Calderón justificó este martes el paso dado por el PDC en la necesidad de contar con una propuesta política y un plan de gobierno que haga viable el triunfo de la oposición en mayo de 1999.
"La decisión de respaldar a Vallarino la tomamos considerando que Mireya Moscoso no ha logrado la consolidación de una unión opositora que logre hacerle frente al oficialismo" y porque "el plan que nos presentó (Vallarino) es en pro de la revisión de la actual política económica del país", subrayó Arias Calderón.
Hasta ahora, Vallarino se a limitado a señalar que su programa de gobierno va a estar orientado a "darle trabajo y techo" a la población de menores recursos económicos.
Pero Cigarruista aduce que en el fondo lo que se propone Vallarino es "profundizar el proyecto neoliberal" del actual gobierno, que, a su juicio, "ya está fuera de época". (FIN/IPS/sh/mj/ip/98
