Los militares amotinados en Lesotho, cuyo alzamiento motivó la intervención de Sudáfrica y Botswana, resistieron hoy los ataques de tropas enviadas por ambos vecinos.
Este miércoles, tropas sudafricanas intentaron superar la resistencia cerca de un complejo militar en Lesotho, y soldados de Botswana se desplegaron en las montañas del reino. Mientras, autoridades militares en Sudáfrica anunciaron que las tropas en Lesotho utilizarán mayor poderío militar contra los insurgentes.
La intervención de Sudáfrica en Lesotho marcó un cambio en la política exterior de Pretoria, que semanas atrás regañaba a otros paises de Africa austral por enviar tropas a República Democrática de Congo (RDC).
El pequeño reino montañoso de Lesotho, completamente rodeado por Sudáfrica, dio a Pretoria su primera experiencia de guerra desde 1994, cuando finalizó el régimen segregacionista del apartheid.
El líder del Partido Democrático (DP) de Sudáfrica, Tony Leon, se opuso a la medida, y dijo que el operativo sentará un peligroso antecedente y llevará a la participación en otras iniciativas militares en el continente.
"La intervención cancela el anterior compromiso del gobierno con las soluciones pacíficas para situaciones de conflicto en el continente", sostuvo el portavoz del Partido Nacional (NP) Hennie Smit.
El presidente Nelson Mandela no se sumó a la asistencia militar entregada al gobierno de República Democrática de Congo (RDC) por Angola, Namibia y Zimbabwe.
Las diferencias de enfoque en la crisis de RDC estuvieron a punto de dividir a los 14 miembros de la Comunidad para el Desarrollo de Africa Meridional (SADC), que Mandela preside.
Ahora, Pretoria debe explicar su intervención en Maseru a pedido del gobierno legítimo de Lesotho y SADC en medio de la condena generalizada del pueblo de Lesotho y los partidos opositores sudafricanos.
"Este es un operativo de SADC y no de Sudáfrica para restaurar el orden en Lesotho", dijo el presidente sudafricano en funciones Mangosuthu Buthelezi. "SADC dejó claro que los golpes de Estado no pueden admitirse en la región".
Sin embargo, cuando Angola, Namibia y Zimbabwe entraron en RDC para defender al gobierno del presidente Laurent Kabila, fue en respuesta a una "invasión extranjera" en RDC. Pero Sudáfrica interfiere en un asunto interno, indican los críticos.
Durante los últimos meses, se registraron en Lesotho violentas protestas por el resultado de las elecciones celebradas entre el 24 y el 26 de mayo, ganadas por el Congreso para la Democracia de Lesotho (LCD).
Las protestas forzaron la creación de la Comisión Langa de SADC para la investigación de acusaciones de fraude hechas por la oposición.
La Comisión, presidida por el juez Sudafricano Piud Langa, presentó los resultados la semana pasada, admitiendo inconsistencias en los comicios, pero el órgano no hizo un llamado a nuevas elecciones, lo cual indignó a la oposición, que sostiene que la paz no volverá hasta que haya otra votación.
Más de 50 personas murieron desde que tropas de Botswana y Sudáfrica entraron a Lesotho el lunes, tras rumores de un golpe de Estado y pérdida de control del gobierno del primer ministro Pakalitha Mosisili.
Una carta fechada el 16 de septiembre a los presidentes Mandela de Sudáfrica, Robert Mugabe de Zimbabwe, Festus Mogae de Botswana y Joachim Chissano de Mozambique, solicitó la intervención con carácter urgente.
"La única i.tervención que se puede pedir es de naturaleza militar", dice la carta. "La mayor tragedia es que la policía y el ejército actúan como espectadores, en el mejor de los casos".
El jefe del ejército de Lesotho, teniente general Makhule Mosakheng, se vio obligado a renunciar bajo presión de subordinados, y junto a otros 28 militares buscó refugio en Sudáfrica.
El ministro de Seguridad sudafricano, Sydney Mufamadi, quien entregó la semana pasada el informe de la Comisión Langa a Lesotho, dijo que la pelota ahora está en el campo de Maseru, para decidir cuándo la fuerza de intervención de SADC debe retirarse para dar a paso a negociaciones entre las partes involucradas.
El gobierno de Mosisili se ha negado a hablar con la oposición, según la cual hubo fraude en las elecciones de mayo, cuyos resultados anunciados dieron 79 de los 80 escaños en la Asamblea Nacional al gobernante LCD.
Analistas políticos indican que la intervención militar en Lesotho recuerda las incursiones de Sudáfrica a países extranjeros durante la era del apartheid.
La asimetría entre la fortaleza de la economía sudafricana y la debilidad del resto de sus vecinos favorecen a Pretoria para asegurar el logro de sus intereses, agregan los analistas.
Desde que Mandela llegó a la presidencia en 1994, Pretoria había intentado poner fin a la imagen de intervencionista ganada durante la supremacía blanca.
En la era del apartheid, la desestabilización militar involucró ataques a través de fronteras, y Lesotho fue uno de los estados que sufrieron pérdidas de más de 60.000 millones de dólares como resultado. (FIN/IPS/tra-en/gm/mn/lp/ip/98