La eliminación del cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras y el traspaso de sus atribuciones al poder civil generó una grave crisis en la institución armada, con denuncias de conspiración y purgas selectivas, reconoció hoy el máximo jefe militar, Mario Hung.
"Hubo el fin de semana pequeños roces con algunos oficiales que aspiraban a convertirse en próximos líderes de la institución armada, algo que ya no sucederá, porque las reformas legislativas eliminan la Comandancia en Jefe y el control pasa a poder de un ministro de Defensa, que presumo será un civil", dijo Hung.
El nivel de desconfianza entre los oficiales que aspiraban a la promoción llegó al extremo de formarse pequeñas células para espiarse y amenazarse entre ellos, según un informe hecho público este martes por la radioemisora HRN, que en términos generales fue confirmado por Hung.
El jefe militar, quien llamó a la emisora para desmentir partes del informe sobre la participación de las Fuerzas Armadas en el financiamiento de la campaña electoral del opositor Partido Nacional, reconoció que "los cambios efectuados por el Congreso, lógicamente generan tensiones y dudas al interior del gremio".
"Pero puedo decir que todo está bajo control", añadió.
Los cambios ordenados en las últimas 24 horas son parte de las medidas para "demostrar que el timón del barco lo tengo yo", dijo Hung. "Somos una institución de mando vertical y a esos oficiales disconformes veré donde los ubico para tenerlos cerca".
Hung indicó que los mayores enfrentamientos se dieron con el general Efraín Gutiérrez, quien acusó a Hung de negociar con el poder civil a espaldas de la institución militar.
El fin de semana pasado, Hung se comprometió con Gutiérrez a nombrarlo agregado militar en Guatemala, pero al trascender el informe, el máximo jefe militar anunció: "ya no va para ese país, porque no es un hombre de mi confianza".
Según Hung, existe dentro de las Fuerzas Armadas cierto malestar por lo que se consideran excesivas concesiones al poder civil, al perder autonomía y privilegios concedidos por los gobiernos en las últimas tres décadas.
A partir de 1999, los militares ya no gozarán de inmunidad, se podrá fiscalizar y controlar su presupuesto, así como investigar los negocios en que han incurrido y las denuncias sobre corrupción y enriquecimiento ilícito.
El fiscal del Estado, Edmundo Orellana, comentó: "los hondureños estábamos acostumbrados a tocar las puertas de los cuarteles para resolver los problemas. Eso se acabó y fue bien para la democracia".
"He explicado a las promociones que no hemos perdido nada, que lo sucedido es lo mejor, porque nos estábamos quedando aislados de los cambios mundiales y las Fuerzas Armadas debemos ser visionarias y redefinir el nuevo rol que debemos jugar en defensa de la soberanía y la democracia", dijo Hung.
Pero "obviamente mucha gente no lo entendió y empezaron a conspirar contra el alto mando, formaron células para espiarse entre ellos mismos, y yo, en calidad de capitán del barco, no podía darme el lujo de permitir que fracasara y se hundiera la nave", añadió.
Según el informe revelado este martes, los oficiales implicados en la conspiración contra Hung se reunieron en el Estado Mayor Conjunto en Tegucigalpa, donde lo increparon y lograron reducir las sanciones previstas por el alto mando.
La eliminación del cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas concluye una nueva etapa del proceso de desmilitarización iniciado hace cuatro años, cuando el ex presidente Carlos Reina eliminó el servicio militar obligatorio, lo que le costó dos atentados, en 1994 y 1995, según informes procedentes de Estados Unidos. (FIN/IPS/tm/ag/ip/98