La organización separatista vasca ilegal ETA firmó su testamento, con lo que acabará la violencia en el País Vasco, afirmó hoy José Antonio Ardanza, presidente del gobierno autónomo de esa región.
Ardanza respondió así a los que desconfían de las intenciones de ETA al disponer una tregua indefinida y unilateral, que entró en vigor a partir las 00.00 hora de este viernes.
Entre los que expresaron desconfianza y reclaman hechos más que palabras se encuentran el jefe del gobierno español, José María Aznar, y el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Las reivindicaciones políticas que ETA expuso en un largo comunicado en el que anunció la tregua, están en la base que genera esa desconfianza: reivindica la independencia y unión de un País Vasco que hoy tiene tres encuadres institucionales distintos.
Tres provincias (Alava, Vizcaya y Guipuzcoa) integran el País Vasco, organizado como una región autónoma dentro de España. Otra provincia, Navarra, está organizada como otra región autónoma española, después de haber resuelto en un referendum no integrarse en el País Vasco.
Y, finalmente, otras tres provincias pertenecen al Estado francés, en el que no gozan de autonomía.
En el País Vasco el idioma euskara (vascuence) es cooficial con el castellano y está en vigorosa recuperación. En Navarra también es cooficial, pero presenta diferencias gramaticales y ortográficas con el del País Vasco, y en las provincias francesas no es cooficial y está en desuso.
Con esos antecedentes, es difícil imaginar que en un plazo previsible las siete provincias vascas puedan independizarse de España y Francia, y constituirse en un Estado soberano.
Según Ardanza, esa reivindicación de ETA, así como el recuento de sus acciones durante tres décadas, "es un testamento", un justificativo de quien dice "un adiós a las armas". El presidente vasco se manifestó confiado en que "se está dando un paso irreversible" hacia la paz en su región.
El documento de ETA es interpretado de la siguiente forma: "esto hemos intentado y hecho nosotros, ahora corresponderá a los políticos mostrar qué son capaces de hacer ellos".
Esta es la primera vez desde que comenzó sus acciones armadas tres décadas atrás, bajo la dictadura del general Francisco Franco, que la organización separatista vasca dispone una tregua unilateral, sin condiciones y por tiempo indefinido.
Varios elementos explican su decisión. Un factor externo es el acuerdo de paz en Irlanda del Norte, que influye a modo de ejemplo, acerca de que es posible conciliar el independentismo con la pertenencia a un estado multinacional e, incluso, a una unión de estados, como es la Unión Europea.
Otro elemento es la expulsión de miembros de ETA hacia España desde México y Francia, dos países que tradicionalmente sirvieron de asilo a los independentistas vascos.
En el plano interno influyen varios hechos: la eficacia policial que desmanteló comandos de ETA, liberó a un secuestrado e intervino y puso a disposición judicial al entramado legal de apoyo financiero a la organización.
Un factor determinante es también la reacción popular, que masivamente ha condenado los atentados y ha respondido con frialdad a los llamados en solidaridad con sus presos y sus representantes políticos, también encarcelados.
En su comunicado, ETA hizo un llamado público "a partidos políticos, sindicatos, agrupaciones culturales, agrupaciones sociales y a todos los ciudadanos vascos", para que la fase política que tenemos delante sea la de la soberanía, para que tomen los compromisos necesarios y adopten los pasos concretos".
Ardanza pidió "que todos se suban al carro" del diálogo de paz que, insistió, debe incluir a todos los partidos políticos del País Vasco, lo que comprende al gobernante Partido Popular (PP) y al PSOE, pero también a Eusko Herretariak (HS, que incluye a Herri Batasuna) un conglomerado próximo a ETA.
Aznar, quien al conocer el anuncio de tregua expresó su profunda desconfianza desde Perú, donde se encuentra en viaje oficial, después anticipó un día su regreso y anunció que el lunes iniciará contactos con los demás partidos democráticos para ocuparse de este tema.
Los obispos vascos se reunieron este viernes y en un comunicado pidieron a los políticos "altitud de miras" para encarar el proceso de pacificación.
El portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Asenjo, se mostró esperanzado en que la tregua sea el paso previo a una paz estable, en declaraciones a Radio Nacional.
El candidato socialista a la jefatura del gobierno, José Borrell, opinó también este viernes que no se debe perder la oportunidad que ofrece la tregua y que se ha dado un paso hacia la paz. "La tregua no se debe a la fortaleza de ETA, sino de la democracia", puntualizó.
Por último, el portavoz del moderado y mayoritario Partido Nacionalista Vasco (PNV), Iñaki Anasagassti, dijo que la tregua "es importante, definitiva, muy pensada, muy trabajada y sobre todo con mucho consenso interno, para que esto se lleve a la práctica".
El testamento, así, puede ser el prólogo de una paz largamente esperada. (FIN/IPS/td/ag/ip/98