EEUU: Congreso abre puertas a técnicos de computación extranjeros

La cámara baja de Estados Unidos aprobó esta semana un proyecto de ley que permitirá aumentar en casi 80 por ciento la cuota de visas de ingreso para programadores e ingenieros de computación extranjeros en los próximos dos años.

El proyecto consiste en una propuesta negociada con la Casa Blanca para aumentar a 115.000 en los años 1999 y 2000 el límite de visas especiales H-1B que se conceden con este fin. En la actualidad la cantidad se limita a 65.000.

Las visas H-1B permiten a los trabajadores especializados trabajar en Estados Unidos por un plazo no superior a seis años, bajo el amparo de la compañía que los contrata.

En el 2001, la cuota bajará a 107.500 visas, según el proyecto de ley que sería aprobado por el Senado la próxima semana. En el 2002 la cuota volverá al límite actual de 65.000 visas.

La aprobación el jueves de la Cámara de Representantes representa la culminación de una campaña de tres años de la industria informática para preservar y aumentar su capacidad de reclutar programadores e ingenieros de computación extranjeros.

Los profesionales extranjeros ocupan un lugar importante en la industria informática estadounidense. Un tercio de los ingenieros residentes en la localidad californiana de Silicon Valley, uno de los centros de alta tecnología de este país, son extranjeros, reveló un estudio.

Representantes de la industria, como Bill Gates, fundador de la empresa de computación Microsoft, arguyen que la contratación de trabajadores extranjeros es vital para que Estados Unidos mantenga su dominio mundial en el sector.

Los opositores al incremento de las visas sostienen que las compañías abusan de esta posibilidad. Muchas son propiedad de inmigrantes o firmas extranjeras que emplean a trabajadores del exterior para evitar los mayores salarios que reciben los programadores e ingenieros estadounidenses, aseguran.

Está en juego el futuro de las visas H-1B. Muchos de los receptores de este tipo de visas finalmente se convierten en residentes permanentes.

Casi la mitad de los trabajadores que solicitan visas H1-B proceden de India, cuyas industrias de computación en el estado de Bangalore constituyen un importante centro de reclutamiento para las compañías estadounidenses.

En el primer semestre de este año, la mayoría del resto de los solicitantes procedían de China (nueve por ciento), Gran Bretaña (cinco por ciento), Canadá y Filipinas (tres por ciento cada uno), y Alemania, Francia, Japón, Pakistán y Taiwan (dos por ciento cada uno), según cifras del gobierno.

La demanda de las visas H1-B va en aumento. La cuota de 65.000 visas para este año ya se cubrió a principios de mayo y ahora existen 30.000 solicitudes pendientes.

Los mayores defensores de estas visas son compañías propiedad de inmigrantes indios o subsidiarias de firmas de India, según un artículo del diario The Washington Post. Estas empresas le pagan menos a sus trabajadores que lo que estipulan las leyes nacionales para sus colegas estadounidenses, afirmó el diario.

Los trabajadores extranjeros de la industria informática de este país ganan entre 15 y 30 por ciento menos que sus colegas estadounidenses, reveló un estudio.

El representante demócrata Ron Kling argumentó en la discusión del jueves que muchos trabajadores extranjeros de la industria de alta tecnología son utilizados como "esclavos" con el fin de reducir los salarios del sector y obstaculizar el acceso a los empleos a los trabajadores especializados estadounidenses.

Un congresista republicano de California, donde la industria informática es más fuerte, sostuvo que el aumento de la cuota procura tranquilizar "los intereses de poderosas compañías que intentan conseguir mano de obra extranjera barata".

Pero la industria insiste en que hay escasez de trabajadores especializados y que debe recurrir al exterior para compensarla.

El principal grupo de presión de la industria, la Asociación de Tecnología de la Información de Estados Unidos, informó que existen casi 350.000 vacantes para programadores, ingenieros y analistas de sistemas. La cifra representa casi 10 por ciento de los empleos del sector informático.

Pero no todos comparten esa estimación. El profesor de informática de la Universidad de California en Davis, Norman Matloff, aseguró en julio ante el Congreso que las compañías sólo contratan a dos por ciento de los programadores estadounidenses que solicitan empleo.

Si la industria hubiera tomado a los trabajadores estadounidenses disponibles, entonces los salarios habrían aumentado sensiblemente, sostuvo.

De hecho, la suba de los salarios fue relativamente modesta, aunque las universidades siguen produciendo profesionales de computación a un ritmo récord.

"Las estimaciones que indican una escasez de trabajadores de alta tecnología están infladas", afirmó John Reinerg, director del Instituto de Ingenieros de la Electricidad y la Electrónica- Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/jl/kb/aq-ml/sc-lb/98

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