EE.UU.: Pobreza desciende levemente y aumenta el ingreso

La pobreza en Estados Unidos afectó en 1997 a 35,6 millones de la población total de 268 millones de habitantes y descendió de 13,7 a 13,3 por ciento, según un informe publicado hoy por la Oficina del Censo.

Aunque el número absoluto de pobres no cambió en 1997 con respecto al año anterior, el porcentaje se redujo con respecto al año anterior debido al incremento de la población, puntualiza el informe.

El ingreso medio de los hogares aumentó 1,9 por ciento en términos reales a 37.005 dólares por año, lo que elevó nuevamente el ingreso de la mayoría a los niveles de 1989, el punto más alto alcanzado antes y después de la recesión que afectó a este país entre 1990 y 1991.

La línea de la pobreza se fijó en 16.400 dólares para una familia de cuatro y en 12.802 dólares para una familia de tres, pero no hubo cambios respecto a la desigualdad del ingreso en Estados Unidos. La brecha entre los más ricos y los más pobres sigue siendo la más amplia del mundo industrializado.

A pesar de que el ingreso real y la pobreza volvieron a sus niveles de 1989, la cantidad de pobres aumentó 3,1 millones más que en ese año, cuando la pobreza afectaba a 13,1 por ciento de la población.

Los niños, que representan 26 por ciento del total de la población, constituyen 40 por ciento de los pobres, la tasa de pobreza más alta de cualquier grupo de edad.

Veinte por ciento de los niños estadounidenses viven en la pobreza, un porcentaje que se mantiene desde principios de los años 80, durante la presidencia de Ronald Reagan.

La pobreza afecta a 26,5 por ciento de los afro-estadounidenses y 27,1 por ciento de los hispano-estadounidenses, dos por ciento menos para cada grupo que en 1996.

En total, en 1997 había 400.000 familias pobres menos que en 1996, y 60 por ciento de los que mejoraron su situación eran afro- estadounidenses, según el informe del Censo.

Los asiáticos y los isleños del Pacífico tuvieron el mayor ingreso medio por hogar, con 47.249 dólares en 1997. Pero como sus familias son más grandes, el ingreso por habitante de este grupo étnico decayó frente al de los blancos.

El ingreso por habitante de los blancos ascendió a 20.425 dólares en 1997, el de los asiáticos a 18.226 dólares, el de los afro-estadounidenses a 12.351 dólares y el de los hispanos a 10.773 dólares.

El presidente Bill Clinton aseguró que las cifras, sobre todo las referidas a la reducción de la pobreza y el aumento de los ingresos, comprueban el éxito de su política económica.

El hecho de que la desigualdad no haya cambiado representa una victoria frente a la creciente desigualdad que caracterizó a los 20 años previos a 1997, manifestó.

No obstante, el mandatario reconoció que la "desigualdad sigue siendo demasiado alta y significa que hay demasiadas familias estadounidenses que trabajan mucho, hacen todo lo que les podemos pedir y siguen con dificultades para salir adelante".

El informe del Censo apareció mientras un grupo de legisladores y organizaciones independientes intentan persuadir al gobierno de redoblar la lucha contra la pobreza, en parte mediante el reconocimiento de la importancia de los derechos económicos incluidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos.

"El artículo 25 de la Declaración Universal expresa con gran claridad que todo ser humano tiene el derecho a un nivel de vida adecuado para su salud y bienestar. A uno de cada ocho estadounidenses se les niega ese derecho básico", dijo John Cavangh, director del Instituto de Estudios Políticos, de Washington.

El informe salió a la luz 24 horas después de que el Senado, dominado por el opositor Partido Republicano, rechazara un aumento de un dólar en el salario mínimo estadounidense.

Una docena de testigos comparecieron en una audiencia ante el Congreso el miércoles y declararon sobre las dificultades económicas que padecen, sobre todo a raíz de los recortes que sufrió el sistema de seguridad social a partir de 1996.

"Me encuentro aquí para decirles que el salario que recibo no alcanza para mantener a mi familia", dijo Carmen Cabrera, madre de cuatro hijos que trabaja como cajera en un restaurante de cómidas rápidas, con un sueldo de 5,25 dólares por hora.

"Cuando no tenía empleo y me mantenía el Estado, en ocasiones pasaba hambre porque el dinero que recibía no alcanzaba para pagar las cuentas. Tendré que pasar más hambre ahora que trabajo porque me quitarán el subsidio de alimentos y el seguro médico, y mi sueldo no alcanza para pagarlos", aseguró.

La audiencia, coauspiciada por el Instituto de Estudios Políticos y el Instituto para la Política de la Alimentación y el Desarrollo, fue celebrada por los 58 integrantes de la Asamblea Progresista del Congreso para instar al gobierno a reconocer los derechos económicos definidos por la Declaración Universal.

"Se ha dicho que fue la Unión Soviética la que incorporó los artículos sobre los derechos económicos. Pero son valores auténticamente estadounidenses que reflejan la opinión del ex presidente Franklin Roosevelt y la primera dama Eleanor Roosevelt", dijo el representante demócrata George Miller.

En Estados Unidos por lo general se presume que los derechos humanos se limitan a los derechos políticos y civiles y al derecho de no padecer torturas y otros abusos contra la integridad de la persona.

El Congreso ratificó el Convenio Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, pero no hizo lo mismo con el Convenio Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, firmado por el ex presidente Jimmy Carter.

Los derechos a la vivienda decorosa, el empleo y la nutrición adecuada -reconocidos por la Declaración Universal- son tratados en este país como asuntos de caridad y no como derechos que el gobierno debe respetar y hacer cumplir.

"Si los reconociéramos como derechos, podríamos comenzar a repensar las prioridades nacionales", comentó Cavanagh.

"Aunque Estados Unidos tiene el ingreso promedio más alto del mundo, se encuentra en el último lugar en el índice de la pobreza entre los países industrializados", explicó en la audiencia del miércoles Miloon Kothari, representante del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq-ml/dv/98

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