CUBA-EEUU: Espionaje, nuevo obstáculo para el acercamiento

La detección de una supuesta red de espías del gobierno de Cuba en territorio de Estados Unidos se convertirá en un nuevo obstáculo en cualquier proceso de acercamiento entre ambos países.

Analistas en la isla estiman que el caso presentado este lunes por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) estadounidense podría tener un efecto similar al que provocó la crisis de las avionetas de 1996.

"Los hechos son totalmente diferentes, pero las condiciones en que suceden son demasiado similares", dijo a IPS un profesor de la Universidad de La Habana que reclamó reserva de su identidad.

El 24 de febrero de 1996, fuerzas aéreas del gobierno de Fidel Castro derribaron dos avionetas civiles de la organización de exiliados cubanos Hermanos al Rescate, que sistemáticamente realizaba incursiones al espacio aéreo de la isla con fines propagandísticos.

Este lunes, una corte federal del estado de Florida acusó a dos mujeres y ocho hombres, todos cubanos residentes en Estados Unidos, de transmitir a Cuba información sobre instalaciones militares estadounidenses y grupos anticastristas.

De acuerdo con el informe, estas diez personas tenían entre sus objetivos el Comando Sur del Ejército estadounidense y las actividades de los grupos de exiliados Hermanos al Rescate y Movimiento Democracia y la Fundación Nacional Cubano-Americana.

En su momento, el "avionazo" puso punto final a un incipiente proceso de distensión entre La Habana y Washington que se inició con la firma de los acuerdos bilaterales sobre migración de septiembre de 1994 y mayo de 1995.

El presidente Bill Clinton impulsó a finales de 1995 el llamado "carril dos" que establecía el aumento de los contactos entre académicos y expertos de ambos países como vía de fortalecer a la sociedad civil cubana y el tránsito hacia la democracia.

El intercambio, que incluyó las visitas a la isla de delegaciones de militares retirados, empresarios y congresistas, alcanzó un nivel tal que algunos analistas llegaron a hablar a inicios de 1996 de la cercanía del fin del bloqueo.

Pero la situación dio un giro de 180 grados con la crisis de las avionetas. Clinton promulgó entonces la ley Helms-Burton, que endurece las sanciones económicas, suspendió los vuelos entre los dos países y el envío de remesas hacia la isla.

Pasados dos años, La Habana y Washington viven un nuevo proceso de acercamiento, motivado por el pedido de apertura hacia Cuba efectuado por el papa Juan Pablo II durante su visita en enero a este país socialista.

Aunque se mantienen serias restricciones, Clinton aprobó la reanudación de los vuelos directos, el envío de remesas y de ayuda humanitaria a la isla, y la posibilidad de entregar licencia de exportación de medicamentos y equipos médicos a la isla.

Académicos de uno y otro lado se reúnen para trazar escenarios de una era postbloqueo, musicos cubanos triunfan en Estados Unidos, un grupo de teatro de exiliados y una compañía de ballet estadounidense anuncian su intención de actuar en La Habana y científicos estadounidenses intentan importar una vacuna cubana.

En medios de prensa y académicos de Estados Unidos ocupa cada vez mayor espacio la polémica alrededor de la validez del bloqueo como la política para derrocar el régimen socialista, que en unos meses cumplirá 40 años.

Para cerrar el círculo, en abril un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), dependiente del Pentágono (Departamento de Defensa en Washington) concluyó que "Cuba no representa una amenaza militar significativa para Estados Unidos u otros países de la región".

El documento incluía, sin embargo, el peligro que podía significar una emigración masiva desde la isla, el posible desarrollo de armas biológicas y el uso de Cuba como base de actividades de inteligencia contra Estados Unidos.

Asi y todo, a juicio de entendidos, el informe echó por tierra la justificación de la "amenaza castrista" y puso en crisis uno de los principios fundamentales sobre los que se basa el mantenimiento del bloqueo impuesto en 1962 por Washington.

El desmantelamiento por el FBI de la red de espías, que, según las investigaciones en Estados Unidos, eran agentes de los servicios de inteligencia cubanos, contradice las conclusiones del Pentágono e intenta probar que Cuba sigue siendo una amenaza.

Uno de los más firmes defensores de la política de mano dura contra la isla, el congresista republicano Lincoln Díaz-Balart, dijo que este arresto "demuestra la verdadera naturaleza del estado terrorista de La Habana".

Por su parte, un sacerdote católico en La Habana opinó que "cada vez que existen las premisas para un mejoramiento en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, algo sucede que hace que todo vuelva a su punto de partida".

Los cubanos acusados enfrentan cargos de "conspiración y fraude contra el gobierno", violación de la ley que obliga al registro de "agentes de un país extranjero" y "envío de información relacionada con asuntos de defensa a un gobierno extranjero".

Mientras el escándalo se mantiene ignorado por la prensa cubana, el rumor corre de boca en boca entre las pocas personas que tienen acceso a Internet y de aquellos que escuchan la emisoras de radio que se transmiten hacia la isla desde Miami.

Como es usual en estos casos, se espera algún editorial en el órgano oficial del gobernante Partido Comunista o una intervención del propio Castro, que hace sólo unos días reconoció a la cadena de televisión CNN que "Estados Unidos ganó la guerra fría".

"Ni afirmo ni desmiento, simplemento escucho para opinar después. Lo que sí advierto es que ese tipo de campaña, de maniobra, de orquesta, de fanfarria, es la especialidad de la prensa norteamericana", dijo el canciller cubano Roberto Robaina.

"En su momento Cuba dirá la respuesta que tiene que decir. No es la primera vez que se levantan acusaciones. Si de información se trata, han sido centenares los que ellos dicen que son espías", aseguró.

Esta sería la primera vez que autoridades de Estados Unidos desarticulan dentro de su territorio una red de espías cubanos, aunque en ocasiones anteriores La Habana ha revelado resultados de sus actividades de inteligencia en ese país.

En julio de 1987 el gobierno de Castro presentó a la opinión pública a 24 agentes de contraespionaje cubano que estuvieron infiltrados en la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), uno de ellos durante más de 20 años.

Cuba asegura que sus actividades de espionaje están dirigidas a detectar atentados contra altos funcionarios de su gobierno, sabotajes contra enclaves económicos y cualquier tipo de acción hostil organizada por grupos anticastristas del exilio. (FIN/IPS/da/mj/ip/98

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