La ley estadounidense Helms-Burton no detuvo el flujo de capital extranjero hacia Cuba, donde funcionan 340 empresas mixtas y otras 120 están en proceso de formación, informó el gobierno.
El ministro de Inversión Extranjera y Colaboración Económica, Ibrahim Ferradaz, afirmó que la tercera parte de las asociaciones económicas con empresas extranjeras fueron constituidas después de la promulgación de la ley Helms-Burton.
"No se ha logrado" el objetivo de la ley, que era "detener el proceso de la inversión extranjera", aseguró el funcionario al diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista (PCC), en el gobierno.
La ley de 1996 endureció las condiciones del embargo económico impuesto por Washington contra La Habana hace casi 40 años y estableció sanciones contra empresas de terceros países que mantuvieran negocios en la isla.
El presidente Bill Clinton ha aplazado hasta ahora cada seis meses la aplicación del Título III de la ley, que otorga el derecho de llevar ante tribunales estadounidenses a empresas que negocien con antiguas propiedades de ciudadanos de ese país en la isla.
Pero el resto de lo establecido por la ley está vigente, como la prohibición de entrada a Estados Unidos de empresarios que "trafiquen" con las propiedades nacionalizadas.
Ferradaz reconoció que, aunque el flujo inversionista se mantuvo, la presión que genera la ley estadounidense hace casi imposible calcular "cuántas asociaciones más podrían existir en un futuro".
Entre las empresas mixtas constituidas se produjeron "las bajas naturales que ocurren en cualquier parte, no atribuibles a la Helms-Burton", aseguró el ministro.
El funcionario no reveló el número de empresas extranjeras que se retiraron, pero aseguró que las causas responden al vencimiento del plazo de las operaciones, incumplimiento de las condiciones de financiamiento o de mercado o a la crisis financiera mundial en curso.
Cuba abrió sus puertas a la inversión extranjera a comienzos de esta década como una vía para buscar financiamiento externo, en momentos en que desaparecían sus viejos socios del antiguo bloque socialista.
El Ministerio de Inversión Extranjera y Colaboración Económica informó de la presencia en la isla de capital de 40 países. Los mayores inversionistas son Canadá, España e Italia, seguidos de cerca por Gran Bretaña, Francia, Holanda y México.
Las empresas mixtas funcionan en 34 ramas de la economía, pero la mayoría se concentra en la prospección y extracción de petróleo, níquel y otros minerales, telecomunicaciones y turismo.
El capital extranjero está presente también en las industrias alimenticia, ligera, sideromecánica, electrónica, de materiales de la construcción y, en los últimos tiempos, en los sectores inmobiliario y energético.
Ferradaz afirmó que el gobierno de Fidel Castro tiene interés en atraer capital hacia el sector energético para responder a los requerimientos de las instalaciones existentes y en aras de obtener nuevas tecnologías de generación eléctrica.
En el sector inmobiliario se aprobó la creación de ocho empresas y 40 nuevos proyectos se encuentran en distintas etapas de gestación. Se prepara una legislación que deberá regular las inversiones en ese sector.
El ministro aseguró que surgieron nuevos espacios para la inversión extranjera en la misma medida que se produjo la recuperación de la economía nacional tras un descenso en 34,8 por ciento del producto interno bruto entre 1990 y 1993.
Cuba tiene suscritos acuerdos de promoción y protección mutua de inversiones con 34 países y en estos momentos se negocia con otros diez países.
De acuerdo con los documentos rectores del PCC la apertura al capital extranjero se mantendrá sobre la base del predominio de la propiedad estatal y solamente en aquellos sectores que sean de interés para este país caribeño.
La Ley de Inversión Extranjera, aprobada por el parlamento en 1995, establece la posibilidad de crear asociaciones donde el capital extranjero sea mayoritario, pero esto es considerado sólo para algún caso excepcional. (FIN/IPS/da/mj/if/98