Violentos incidentes caracterizaron hoy en Chile el 25 aniversario del golpe de Estado de 1973, en medio de críticas al gobierno por el despliegue policial en torno al palacio de La Moneda para impedir desfiles de homenaje al presidente Salvador Allende.
Los enfrentamientos de manifestantes con fuerzas especiales de la policía de Carabineros en La Moneda y en otros puntos de Santiago dejaron un saldo de 46 detenidos y al menos tres heridos, según los primeros informes de las autoridades.
En este último feriado del 11 de septiembre se volvieron a evidenciar los dos rostros de un país dividido en torno a un hecho que cambió radicalmente la historia de Chile y dejó heridas aún no cerradas en materia de derechos humanos.
Los partidarios de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90) bajaron este año el tono de sus celebraciones, mientras las Fuerzas Armadas recordaron la fecha con misas y otros actos castrenses internos.
Los partidos de izquierda y las organizaciones de derechos humanos desfilaron una vez más hasta el Cementerio General para rendir homenaje a Allende y a las 2.500 víctimas dejadas en el país por la represión dictatorial.
Una vez más, militantes comunistas intentaron desfilar por un costado de La Moneda para recordar la muerte en ese lugar de Allende, pero la policía se los impidió, de acuerdo a la prohibición ordenada por el gobierno del presidente Eduardo Frei.
Esto dio lugar a los primeros incidentes violentos de la jornada, que luego se repitieron en las cercanías de la Estación Mapocho, donde fue saqueada una tienda comercial, y en los alrededores del Cementerio General.
La secretaria general del Partido Comunista (PC), Gladys Marín, sostuvo que hubo provocaciones policiales contra unos 100 manifestantes que llegaron hasta La Moneda y acusó al gobierno de "autoritarismo y falta de criterio".
"Esta es la demostración más clara de que en Chile hay que cambiarlo todo. Esto es una guerra contra el pueblo al que se le impide rendir homenaje a su presidente mártir. Aquí no se respetan los derechos ciudadanos", señaló Marín.
El senador Ricardo Núñez, presidente del cogobernante Partido Socialista, criticó a las autoridades por impedir los desfiles junto al palacio presidencial, lo cual proyecta, dijo, la imagen de que en Chile hay una "democracia cercada".
El senador Jaime Gazmuri, también socialista, dijo que la prohibición del gobierno había sido un gran error y fustigó el despliegue represivo en torno a las manifestaciones que hicieron parecer a Santiago "una ciudad militarizada".
El viceministro del Interior, Belisario Velasco, respondió que esa crítica era una "caricatura" y sostuvo que los incidentes en torno a La Moneda justificaban las medidas dispuestas por el gobierno a través de la policía.
Velasco calificó de menores los incidentes frente al palacio presidencial, así como los disturbios registrados en la noche del jueves en Santiago y en Valparaíso, puerto situado 120 kilómetros al oeste de la capital.
El presidente Frei se abstuvo de participar en una misa que se celebró en la mañana en La Moneda y permaneció en su hogar, en una decisión que, según fuentes de gobierno, respondió a su afán de "no dividir al país".
Pinochet, en cambio, asistió a la misa en la Escuela Militar, aunque no concurrió a un acto público de homenaje frente a su antiguo domicilio de Santiago que le organizó la fundación que lleva su nombre, aduciendo motivos de salud.
Desde 1999, según un acuerdo negociado en el Senado por el propio ex dictador, se eliminará el feriado del día 11, instituído en 1974, para reemplazarlo por el Día de la Unidad Nacional, que se celebrará el primer lunes de septiembre.
El simbolismo de este aniversario número 25, unido al hecho de que este fue el último feriado en recuerdo del golpe, hizo abrigar esperanzas de que se autorizaría el paso de las marchas de homenaje a Allende por La Moneda.
El gobierno sólo autorizó la colocación de ofrendas florales en La Moneda por parte de pequeñas delegaciones, lo cual hicieron esta mañana los socialistas y un grupo de sobrevivientes de la escolta personal de Allende.
La oficialista Concertación por la Democracia, que integran cuatro partidos de centro e izquierda, hizo un pedido expreso al gobierno para que esta vez levantara la prohibición que se aplica desde 1990, año de restablecimiento de la democracia.
La negativa de las autoridades contribuyó a exacerbar los ánimos y motivó los incidentes, según organizaciones de izquierda, pero la policía y el gobierno culparon de los actos de violencia a "subversivos" infiltrados entre los manifestantes.
Los socialistas realizaron su propia marcha hasta el Cementerio General, en tanto los comunistas, otros grupos de izquierda y las agrupaciones de familiares de víctimas de la represión desfilaron bajo el rótulo de la Asamblea Nacional de los Derechos Humanos.
En el marco de esta segunda marcha se produjeron incidentes, tanto en las cercanías de La Moneda, como en la Estación Mapocho, donde hubo un acto público, y en la culminación del desfile en el Cementerio General. (FIN/IPS/ggr/ag/ip-hd/98
