Más de 60.000 personas rindieron homenaje al presidente Salvador Allende en un recital a 25 años de su muerte, mientras arreciaban en Chile las críticas al ex dictador Augusto Pinochet, el hombre que en 1973 llegó al poder con un cruento golpe de Estado.
"Vosotros sois la prueba de que Allende vive", dijo el cantautor catalán Joan Manuel Serrat a la multitud que en la noche de este viernes colmó el Estadio Nacional de Santiago para rendir tributo a la memoria del mandatario socialista.
Durante seis horas desfilaron por el escenario artistas de la talla de los españoles Ana Belén, Víctor Manuel y María del Mar Bonet, los argentinos Piero y León Gieco y los grupos chilenos Inti-Illimani y Congreso, entre muchos otros.
El recital, organizado por la Fundación Salvador Allende, recordó la fecha de 1970 en que el candidato de la Unidad Popular ganó las elecciones presidenciales para abrir paso a la efímera experiencia de la "vía chilena al socialismo".
El próximo viernes se conmemorará el 25 aniversario del golpe del 11 de septiembre de 1973, que puso fin al gobierno de Allende, quien se suicidó en el palacio presidencial de la La Moneda tras una heroica e infructuosa resistencia ante los militares golpistas.
Pinochet, nombrado por Allende comandante del ejército sólo 19 días antes, pasó a presidir una junta militar que persiguió a los partidos de izquierda y a los sindicatos, clausuró el Congreso e intervino el Poder Judicial.
El veterano general de 82 años, que el 10 de marzo dejó el mando del ejército para asumir al día siguiente como senador vitalicio, abrió un nuevo frente de polémica esta semana, cuando demandó a la izquierda un "gesto" de reconciliación.
Según Pinochet, el "gesto" de la izquierda sería en reciprocidad por el acuerdo que él negoció el 19 de agosto con el presidente del Senado, Andrés Zaldívar, para suprimir desde 1999 el feriado del 11 de septiembre, que la dictadura instauró en 1974.
Desde el próximo año se conmemorará, el primer lunes de septiembre, el Día de la Unidad Nacional, según el acuerdo que el Senado aprobó por unanimidad y que puso en evidencia el poder negociador de Pinochet y su liderazgo en la derecha chilena.
Las agrupaciones de familiares de víctimas de la represión y los partidos de izquierda repudiaron el protagonismo de Pinochet en la derogación del "11" y criticaron a Zaldívar, precandidato presidencial de la Democracia Cristiana, el partido del presidente Eduardo Frei.
Cuando Pinochet demandó este jueves un "gesto de reciprocidad" de la izquierda, no hizo más que atizar la polémica, para recibir críticas incluso de altos funcionarios del gobierno, tanto democristianos como socialistas.
El arco de organizaciones políticas, sociales y humanitarias de centro e izquierda coincidió en que la abolición del feriado del 11 de septiembre es una reparación insuficiente de los traumas dejados por la represión practicada por la dictadura.
Las agrupaciones de familiares de unas 2.500 víctimas de crímenes contra los derechos humanos recordaron que Pinochet y los militares jamás pidieron perdón y, aún más, se niegan a revelar el paradero de los restos de unos 1.200 detenidos-desaparecidos.
La sistemática negativa del ex dictador a colaborar con las investigaciones judiciales y su insistencia en que se aplique sin abrir procesos la ley de amnistía que expidió en 1978 impiden la reconciliación, dijeron los familiares de las víctimas.
La respuesta más dura desde el gobierno a las últimas declaraciones de Pinochet provino del ministro de la Secretaría General de Gobierno, el socialista Jorge Arrate.
"No se le puede pedir el mismo gesto al torturador que al torturado, al familiar del desaparecido que al responsable de la desaparición, al familiar del ejecutado que al que tuvo el poder de vida o muerte en el país para determinar una ejecución", dijo el ministro.
La diputada socialista Isabel Allende, hija de Salvador Allende, calificó de "arrogante" al ex dictador y dijo que sus palabras "revelan que nunca ha conocido los sentimientos profundos de dolor y sufrimiento de los familiares de los detenidos- desaparecidos y de los ejecutados políticos".
La parlamentaria insistió en que los militares informen la suerte de las víctimas de desapariciones forzadas para abrir paso así a una real unidad nacional y reconciliación.
"Que (las Fuerzas Armadas) muestren al país que de verdad son capaces de ese gesto humano que hasta ahora jamás lo he visto", subrayó Isabel Allende. (FIN/IPS/ggr/ff/ip hd/98