El gobierno de Venezuela llamó a una rebelión latinoamericana contra las calificadoras de riesgo, mientras esas firmas internacionales anticipan una nueva evaluación a la baja del país, pese al fortalecimiento del bolívar.
El director del Banco Central, Armando León, precisó el martes pasado que las calificadoras de riesgo están desorientadas por el comportamiento positivo del bolívar, cuya devaluación dieron por segura en agosto, con lo que hubo una corrida especulativa hacia el dólar.
Pero, por quinta jornada consecutiva, la divisa estadounidense fue la que retrocedió este martes ante el bolívar, porque las empresas que primero se ampararon en la divisa en espera de la anticipada devaluación, no tienen ahora recursos suficientes en moneda local para hacer frente a sus pagos.
Desde el 15 de este mes, cuando el bolívar se transó a 589,25 unidades por dólar, la moneda local se apreció en el mercado cambiario en 7,25 unidades, después de que los agentes económicos tuvieron claro que el gobierno evitará devaluar a toda costa este año, pese a los pronósticos contrarios.
El ataque contra el bolívar comenzó el 11 de agosto y ese mes, en el mercado de futuros de Nueva York, los inversorse vendieron la moneda venezolana hasta 48 unidades por debajo del mínimo nivel que llegó a tener.
Pero la moneda venezolana detuvo su caída e incluso recuperó terreno, y quienes creyeron en las prdicciones devaluacionistas sufrieron fuertes pérdidas.
"No los hemos complacido devaluando y están bravos" (molestos), dijo el ministro de Planificación, Teodoro Petkoff, ante el anuncio este lunes de Standard and Poor's de que evalúa una nueva revisión a la baja de la deuda venezolana, tras la corrección negativa que ya efectuó en agosto.
Petkoff dijo a emisoras radiales que "si todos los países latinoamericanos empezamos por descalificar a las agencias calificadoras de riesgo por su falta de profesionalidad", los inversores se fijarán mejor en la situación de la región y buscarán realizar su propio análisis sobre "nuestra realidad".
La ministra de Hacienda, Maritza Izaguirre, reiteró lo que ya dijo el viernes en una dura carta a la otra gran calificadora estadounidense, Moody's.
Venezuela tiene asegurados los fondos para hacer frente a sus compromisos de la deuda externa este año y esa situación no variaría aún en el supuesto negado de que siguieran cayendo los precios del petróleo, aseguró Izaguirre el martes.
León e Izaguirre coincidieron en explicar que, justamente estos días, se realizan importantes desembolsos para cumplir con el servicio de la deuda externa de 22.000 millones de dólares, y eso explica la caída de las reservas internacionales por debajo de los 13.000 millones de dólares.
Petkoff afirmó que Standard and Poor's y Moody's mantienen informes sesgados, que forman parte de presiones devaluacionistas no sólo sobre Venezuela, sino también sobre Brasil. El gobierno de Fernando Henrique Cardoso "no les ha complacido tampoco", comentó el ministro venezolano.
En una implicita crítica a la decisión del nuevo gobierno de Andrés Pastrana de devaluar el mes pasado la moneda colombiana, Petkoff comentó que con ello, ese país "complació" a las calificadoras, con el resultado de que nadie creyó en la medida y ahora se acentuaron las presiones sobre el peso.
Izaguirre dijo el viernes a Moody's que sus enfoques y análisis dejaron de estar basados en una revisión cuidadosa de las variables económicas, para regirse por "una mentalidad de rebaño" y por el simplismo de tratar con la misma medida a todos los mercados emergentes.
La ministra venezolana, hasta junio alta funcionaria del Banco Interamericano de Desarrollo en Washington, dejó en el aire la idea de que Moody's no actúa de buena fe con sus apresuradas e indiscriminadas rebajas de la calificación de los países.
Según Izaguirre, la espiral de descenso de los mercados emergentes es provocada por la incertidumbre que causan los analisis y degradaciones de las calificadoras, que ante la nueva realidad que crearon vuelven a bajar la puntuación.
Se trata de lo que analistas venezolanos y de otros países latinoamericanos llaman "el circulo vicioso de las profecías autocumplidas", provocadas por el gran peso de las firmas de riesgo.
El economista Alcides Villalba, que ha tenido cargos técnicos importantes en diferentes gobiernos locales, dijo este martes en un artículo en el diario El Universal que sería pertinente investigar los vínculos entre los agentes informativos, las clasificadoras de riesgo e inversores y operadores bursátiles.
Para el ministro Petkoff, hay elementos para ser suspicaces sobre cómo se toman las decisiones de las calificadoras de riesgo y el error es que los agentes financieros y productivos dejaron que esas firmas adquirieran un perfil de infabilidad que no tienen, más aún cuando las percepciones subjetivas mandan sobre los datos objetivos.
El empresario Carlos Dorado comentó en otro artículo en El Universal algo que ha reiterado el gobierno local: las firmas calificadoras emiten juicios de gran rigidez sobre América Latina para lavar la excesiva permisividad con que actuaron cuando detonó la crisis asiática, 14 meses atrás.
La mayor calificadora de riesgo de Europa, Fitch IBCA, ha admitido en un informe especial sobre la crisis asiática que tanto ella como sus competidoras estadounidenses no lograron predecir la situación, pese a las señales existentes.
De hecho, la descalificación de los países involucrados en la crisis tardó cuatro meses en producirse desde su estallido.
Ahora, según el gobierno venezolano y otros criticos a su actuación, esas firmas anticipan situaciones de insolvencia que no existen y con el peso de sus predicciones terminan por hacerlas realidad. (FIN/IPS/eg/ff/if/98