La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) señaló que América Latina tendrá este año una pronunciada baja en su crecimiento y planteó mecanismos de salvaguardia ante el impacto de la crisis mundial.
Estos mecanismos apuntarían a corregir los efectos financieros de la crisis en economías sometidas a ataques especulativos y comprenderían, como pilares, acuerdos de congelación de las deudas externas y creación de controles a las salidas de capital.
En la sede en Santiago de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la UNCTAD presentó el miércoles a nivel regional el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 1998, descrito como el análisis más profundo de la crisis hecho hasta ahora por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El informe de 260 páginas fue comentado por el consultor de la ONU y catedrático de la Universidad de Bolonia, Jan Kregel, y por Manuel Agosín, director del Centro de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad de Chile.
Ambos expertos destacaron las conclusiones de la UNCTAD en cuanto a que la llamada crisis asiática no es un hecho aislado, sino parte de los desajustes sistémicos que viene sufriendo la economía internacional desde la década de los 70.
Las turbulencias financieras y cambiarias no son exclusivas del mundo en desarrollo, sino que se manifiestan también en los países industrializados, aunque los impactos son mucho más fuertes en los países del Sur, según el documento.
En el caso específico de América Latina, el informe ratifica que la región "está en proceso de sufrir este año una pronunciada baja en su crecimiento", luego de que en 1997 tuviera sus mejores resultados de los últimos 25 años.
Las perspectivas, ya anticipadas por CEPAL, son de un incremento del producto interno bruto regional este año del orden de tres por ciento, en un cuadro en que el mundo en desarrollo en su conjunto crecerá apenas 2,5 por ciento, la mitad de 1997.
Los crecientes déficit de cuenta corriente en muchos países latinoamericanos muestran la vulnerabilidad de la región ante las bajas en los ingresos de capital, que podrían provocar una contracción aun mayor del PIB, advierte el informe.
Como señaló Agosín, América Latina está ya bajo el contagio de la crisis en lo que respecta a las caídas de flujos de capital, lo cual provoca los problemas de liquidez que repercuten en altas tasas de interés y depreciaciones monetarias.
Las dificultades se concentran mayoritariamente en los flujos de cartera para operaciones bursátiles, ya que en el plano de la inversión productiva de largo plazo no se detectan por el momento grandes cambios, indicó Kregel.
El informe de la UNCTAD subraya sobre todo el "contagio comercial" de la crisis en América Latina, particularmente vulnerable en lo que respecta a 10 por ciento de sus exportaciones, que van a los mercados asiáticos.
En términos particulares, el país más complicado en este sentido es Chile, que colocaba en Asia casi 40 por ciento de sus ventas externas.
El impacto comercial no termina allí, ya que las exportaciones latinoamericanas a los países industrializados nucleados en la Organización de Cooperación y Desarrollo (OCDE) podrán verse perjudicadas por la competencia asiática, añade el informe.
Las condiciones de la globalización financiera, acompañadas por la volatilidad de los flujos de capitales, agravaron el impacto de la crisis en América Latina y en general en los países en vías de desarrollo.
UNCTAD recalca que los problemas se agravan porque "las crisis bancarias suelen ir acompañadas de burbujas especulativas", que redundan en presiones sobre los mercados cambiarios y crediticios.
Agosín comentó al respecto que Chile cuenta con reservas internacionales suficientes para resistir caídas en el precio del cobre, su principal producto de exportación, pero que no las tiene para contrarrestar un pánico en gran escala.
El economista chileno estimó que las medidas de contracción del gasto adoptadas por varios países latinoamericanos son adecuadas, pero advirtió que si Brasil entra en recesión será necesario establecer controles a las salidas de capital.
El informe de la UNCTAD sugiere al respecto la posibilidad de un acuerdo a través del Fondo Monetario Internacional para que países sometidos a ataques especulativos contra sus monedas no caigan en crisis de liquidez que lleven a la insolvencia.
Este acuerdo "permitiría suspender el servicio de la deuda para defenderse de los inversores con afanes predatorios y daría al país un respiro necesario para arbitrar un plan de reorganización de la deuda".
De esta forma, se establecerían controles a las salidas de capital para enfrentar la crisis, plantea la UNCTAD en su informe, que aboga también por la necesidad de regular igualmente las entradas de fondos especulativos a los países en épocas de bonanza.
Kregel y Agosín coincidieron en que las salvaguardias a la crisis en América Latina deben adoptarse fundamentalmente en el plano financiero, y en ese sentido desecharon medidas comerciales que puedan implicar retornos al proteccionismo. (FIN/IPS/ggr/mj/if dv/98
