La decisión de Estados Unidos y Panamá de cancelar las negociaciones para la creación del Centro Multilateral Antidrogas (CMA) abrió el cauce para la desmilitarización real de este país en 1999.
Los gobiernos de los dos países anunciaron en un comunicado conjunto leído simultáneamente en Washington y Panamá en la noche del jueves que "no pudo lograrse un acuerdo para establecer el CMA en Panamá", pese a coincidir sobre la necesidad de luchar unidos contra el narcotráfico.
El presidente de Panamá, Ernesto Pérez Balladares, propuso constituir el CMA hace más de dos años al Grupo de Río y el gobierno de Estados Unidos con la condición de que fuera una entidad multilateral de tipo civil y regida por civiles.
El canciller de Panamá, Jorge Ritter, afirmó luego de leer el comunicado conjunto, que aún es posible que las negociaciones sean reabiertas por el próximo presidente, que asumirá el 1 de septiembre de 1999.
En ese momento faltarán sólo cuatro meses para que Estados Unidos retire su personal militar y entregue las bases militares del área del Canal a la jurisdicción de Panamá el 31 de diciembre de 1999, tal como lo establecen los tratados canaleros firmados por ambos países en 1977.
El CMA iba a instalarse en la base aérea de Howard, donde actualmente Estados Unidos mantiene en funcionamiento un centro de monitoreo de vuelos en América Latina.
Durante la lectura del comunicado, Ritter y el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, se abstuvieron de ofrecer detalles sobre las discrepancias que hicieron fracasar el CMA.
Sin embargo, las negociaciones cayeron en punto muerto en febrero de este año por la demanda de Estados Unidos para que desde el CMA sus tropas pudieran cumplir "otras misiones", ajenas a la detección del tráfico de drogas en terceros países.
Pérez Balladares comentó recientemente que esas "otras misiones" le darían al CMA la apariencia de una "base militar disfrazada" de centro de lucha contra el narcotráfico.
Estados Unidos también aspiraba a establecer al menos 2.000 militares en el CMA, que respondieran exclusivamente a los mandos de su ejército y gozaran de extraterritorialidad diplomática. Además, pretendía que el acuerdo fuera por 12 años, en lugar de los tres que proponía Panamá.
Pero la decisión de cancelar las negociaciones para la creación del CMA no parece haber cerrado la polémica y las críticas de amplios sectores panameños que se oponen a la prolongación de la presencia militar estadounidense en el país luego de 1999.
"Ya no se debe negociar más con los destinos del país", declaró el ex presidente Jorge Illueca, tras reclamarle a Pérez Balladares que informara sobre los pormenores de lo negociado con Estados Unidos.
"Pérez Balladares y su equipo negociador (del CMA) deben darle la cara al pueblo divulgando el documento que pretendía negociar con Estados Unidos", añadió Illueca, quien fue presidente de Panamá durante un breve período en 1984.
Ricardo Bermúdez, dirigente del centroizquierdista Movimiento Papa Egoró, pidió a los candidatos presidenciales para las elecciones de mayo de 1999 que no ofrezcan la continuidad de las negociaciones sobre el CMA con Estados Unidos "para no alimentar esa dependencia enfermiza que aún persiste en nuestro medio".
"Ha muerto el CMA y con él esa arcaica estructura socioeconómica basada en las migajas que se desprendían de la poco productiva presencia militar norteamericana en nuestro país", añadió Bermúdez al celebrar la cancelación de las negociaciones.
Estados Unidos invadió en 13 ocasiones el territorio panameño entre 1855 y 1989, para proteger a sus ciudadanos o las instalaciones civiles y militares que estableció en las riberas del canal en 1903, cuando la naciente República de Panamá le otorgó una franja de tierra para construir la vía interoceánica.
En la última intervención militar, lanzada por Washington el 20 de diciembre de 1989 con el fin de derrocar al general Manuel Noriega, las tropas invasoras mataron a unos 2.200 civiles, hirieron a otros 12.000 y provocaron pérdidas materiales por más de 2.000 millones de dólares.
Illueca cuestionó que Estados Unidos pretendiera mantener tropas en un país como Panamá, que a fines de 1994 abolió al ejército por decisión de su parlamento. (FIN/IPS/sh/ag/ip/98