El Tribunal Penal Internacional de las Naciones Unidas para Ruanda, con sede en Arusha, Tanzania, halló culpable a un ex alcalde ruandés de participar en el genocidio que en 1994 costó la vida hasta a un millón de personas en ese país africano.
Es la primera vez en la historia que un tribunal internacional dicta la culpabilidad de un acusado de genocidio.
Jean Paul Akayesu, ex alcalde de Taba, una comuna de la zona central de Ruanda, fue hallado culpable el martes pasado de al menos nueve de los 15 cargos en su contra, entre ellos crímenes contra la humanidad, asesinato y violencia sexual contra mujeres.
Akayesu, de 44 años, fue acusado de instigar y organizar el asesinato de más de 2.000 personas cuando se desempeñaba como alcalde. Los crímenes fueron cometidos entre abril y julio de 1994, durante el genocidio en el que murieron entre 500.000 y un millón de personas, en su mayoría tutsis y hutus moderados.
El genocidio ruandés se desencadenó tras la muerte en abril de 1994 del entonces presidente Juvenal Habyarimana, en un accidente de aviación.
El tribunal que juzgó a Akayesu celebrará una audiencia para decidir la pena del procesado. La prisión perpetua es la máxima pena que puede imponer la corte.
El veredicto contra Akayesu fue el primero dictado por la corte, formada en 1994 por el Consejo de Seguridad de la ONU para procesar a los responsables del genocidio.
El tribunal tiene en su custodia a 26 ruandeses procesados y cinco imputados. Los 31 pertenecían a las altas esferas de gobierno de Ruanda durante los tres meses en que ocurrió el genocidio, informó el funcionario de la corte, Agwu Okali.
Los sospechosos fueron detenidos en Africa y Europa y deportados al tribunal en Arusha, al norte de Tanzania.
Uno de los cinco acusados que comparece en la actualidad ante el tribunal se habría declarado culpable y su sentencia se hará pública este viernes. Otro sospechoso, Elizaphan Ntakirutimana, clérigo hutu, fue detenido en Estados Unidos y deportado a Arusha el 5 de agosto.
Según una declaración del tribunal, el presidente de la corte, el juez senegalés Laity Kama, se refirió a los testimonios de los testigos de las violaciones, los asesinatos y las torturas perpetrados por Akayesu antes de leer el veredicto.
La corte está convencida "sin lugar a dudas razonables, de que Akayasu es culpable de los cargos de genocidio", dijo Kama.
La corte también halló culpable a Akayesu de incitar "individual y criminalmente" a los residentes del pueblo a cometer genocidio, ordenar los asesinatos de intelectuales y participar personalmente en los crímenes.
La sentencia es una señal de la fuerte cooperación internacional que se necesita para acabar con el "flagelo del genocidio", declaró el secretario general de la ONU, Kofi Annan.
"El éxito que tuvo la corte al juzgar un genocidio representa un hito histórico y un ejemplo que define la capacidad de la ONU para crear instituciones que realizan las mayores aspiraciones de la humanidad", declaró.
El juicio y la sentencia "pondrán en práctica los altos ideales de la Convención contra el Genocidio. Mediante el tribunal, la Convención salió de los códigos para convertirse, 50 años después de su adopción tras el holocausto judío, en testimonio de la renovada resolución del mundo para enfrentar colectivamente al genocidio", sostuvo Annan.
Según diversas fuentes, el tribunal prefiere que los sospechosos cumplan sus condenas en Africa.
El caso también es importante históricamente porque se trata de la primera vez que la violación es definida por el derecho internacional y procesada como un crimen de genocidio, señaló el portavoz del tribunal, Kingsley Moghallu.
Con la sentencia queda "absolutamente claro que el tribunal ha sido y seguirá siendo muy efectivo en el cumplimiento de su mandato, si es que alguien tenía dudas" al respecto, declaró Moghallu.
Las dudas existían sobre todo de parte del gobierno ruandés, dominado actualmente por la etnia tutsi, que cuestionó la competencia y la eficiencia del tribunal.
En abril, Kigali ignoró al tribunal y ejecutó a 22 de las 116 personas halladas culpables de genocidio por las cortes ruandesas. Desde entonces, al menos 300 personas fueron juzgadas en Ruanda por su responsabilidad en la masacre. (FIN/IPS/tra-en/ja/pm/aq-ml/hd/98