/BOLETIN-DD HH/ IRAN-GRAN BRETAÑA: Gobiernos anuncian normalización de vínculos

Irán y Gran Bretaña anunciaron esta semana que normalizarán sus relaciones, más de nueve años después que el gobierno fundamentalista islámico del ayatolá Ruhollah Jomeini sentenciara a muerte al escritor británico Salman Rushdie.

El anuncio fue formulado por el canciller británico Robin Cook y su homólogo iraní, Kamal Jarrazi, luego de reunirse el jueves en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y arreglar sus diferencias sobre el asunto Rushdie.

El presidente de Irán, el moderado Mohammed Jatami, había anunciado el martes pasado la renuncia de su gobierno a ejecutar la sentencia o "fatwa" dictada contra el novelista por "blasfemo".

Jarrazi lo confirmó el jueves tras la reunión, diciendo que "el gobierno de la República Islámica de Irán no tiene intención ni tomará medida alguna para amenazar la vida del autor de 'Los versos satánicos' o de cualquiera asociado con su obra, ni alentará o ayudará a nadie para que lo haga".

"Por lo tanto, el gobierno se desvincula de cualquier recompensa ofrecida para tal fin", agregó.

La novela "Los versos satánicos" contiene pasajes que satirizan hechos de la vida del profeta Mahoma. El difunto ayatolá Jomeini la consideró blasfema contra el Islam y condenó a su autor a muerte el 14 de febrero de 1989, pocos meses antes de su propio fallecimiento.

En los últimos años, el gobierno de Irán arguyó que no podía revocar el edicto porque sólo Jomeini podría haberlo hecho, pero aseguró que no lo aplicaría.

Ahora, continúa la disputa entre los radicales islámicos liderados por el ayatolá Alí Jamenei y los moderados encabezados por el presidente Jatami sobre cómo resolver el asunto de la fatwa.

Por ejemplo, una organización paraestatal iraní era la responsable del ofrecimiento de una recompensa de dos millones de dólares (el año pasado elevada a 2,5 millones) al musulmán que matara a Rushdie.

El estatuto de esa recompensa está ahora en duda, dado el distanciamiento marcado por el gobierno iraní.

De manera similar, aunque Jatami declaró el martes a la prensa que su gobierno "considera terminado el asunto Salman Rushdie", Teherán nunca llegó a declarar que la fatwa ya no está vigente.

Cook, no obstante, quedó conforme con las aclaraciones de Jarrazi.

La promesa de no ejecutar a Rushdie conducirá a "la apertura de un nuevo capítulo en nuestras relaciones. El Dr. Jarrazi y yo acordamos, por consiguiente, que debemos jerarquizar nuestras relaciones diplomáticas" y designar embajadores, declaró.

Cook también se esforzó por apaciguar el encono iraní hacia el libro de Rushdie, y dijo que Gran Bretaña "reconoce el papel fundamental del Islam en la vida iraní y comprende y lamenta la ofensa que el libro 'Los Versos Satánicos' causó a los musulmanes de Irán y todo el mundo".

Los dos cancilleres también acordaron mantener negociaciones sobre la lucha contra el narcotráfico y la entrega de ayuda a los refugiados, y sumaron sus voces a quienes piden un gobierno de "base amplia" en Afganistán.

En las últimas semanas, Irán y Afganistán (gobernada de hecho por el movimiento fundamentalista islámico Talibán) estuvieron a punto de entrar en guerra debido al asesinato en territorio afgano de un periodista y ocho diplomáticos iraníes.

La resolución del caso Rushdie no elimina todas las preocupaciones del escritor, un musulmán nacido en India y nacionalizado británico.

Rushdie, quien escribió mucho en los últimos años sobre el sufrimiento que le causa permanecer en la clandestinidad debido a la fatwa, reconoce en Cook a uno de los pocos políticos británicos que constantemente exigieron la solución de su caso.

Como la fatwa no fue anulada, no queda claro de qué manera Jamenei u otros líderes religiosos interpretarán las declaraciones de Jarrazi de que Irán no participará en el pago de una recompensa por la muerte de Rushdie.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Madeleine Albright, declaró este jueves que Washington aprecia el anuncio de Irán sobre Rushdie, pero que lo estudiará antes de decidir una respuesta.

Albright y Jarrazi no se reunieron esta semana a pesar de que tuvieron la oportunidad de hacerlo en distintos encuentros colectivos, y un encuentro similar se evitó entre Jatami y el presidente estadounidense Bill Clinton.

No obstante, el acuerdo sobre el asunto Rushdie y el tono cordial de las conversaciones británico-iraníes remataron una buena semana para el nuevo gobierno iraní, mientras Jatami y Jarrazi ofrecieron un tono más moderado que sus antecesores religiosos.

La comunidad internacional apoyó en gran medida el pedido de Irán de que se investiguen los asesinatos de iraníes perpetrados en agosto por las fuerzas de Talibán, en la ciudad afgana de Mazar- e-Sharief.

También fue respaldado el pedido iraní de que se proteja a la minoría hazara de Afganistán que, como la mayoría de los iraníes, pertenece a la secta musulmana chiíta.

En su discurso ante la Asamblea General el lunes pasado, Jatami pidió un mayor diálogo entre Islam y Occidente, al igual que otros líderes, como Cook y Clinton. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml-aq/ip-hd/98

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