/BOLETIN-DD HH/ ESTADOS UNIDOS: Tierras vírgenes entregadas a firmas petroleras

El gobierno de Estados Unidos considera arrendar a firmas petroleras un gran predio en la mayor extensión de tierras vírgenes estatales de América del Norte, lo que devastará millones de hectáreas, alertaron ambientalistas.

La Reserva Nacional de Petróleo del Artico alberga numerosas especies de fauna y se encuentra próxima al Refugio Nacional de Fauna del Artico, aunque no se la considera una reserva de animales oficial.

"Es un gran negocio para las grandes compañías petroleras, pero pone en peligro a muchos de los tesoros biológicos de Alaska, como los caribúes salvajes, numerosas especies de aves y peces, alces y osos marrones", dijo Bruce Hamilton, de la organización ambientalista Sierra Club.

La zona, cuyas reservas de petróleo se estiman en miles de millones de dólares, es codiciada por compañías petroleras como ARCO, British Petroleum y Exxon. Las firmas aceleraron en los últimos seis meses su labor de exploración en el lugar, anticipándose a la autorización de Washington.

Presionado por las compañías, el secretario del Departamento del Interior, Bruce Babbitt, anunció en agosto que respalda el pedido de arriendo y de explotación industrial por firmas petroleras de 1,6 millones de hectáreas de la reserva.

El plan incluye el arrendamiento de 87 por ciento de la reserva y protege el resto.

Babbitt dijo a los ambientalistas que habían manifestado su inquietud que se limitó el desarrollo de los intereses de gas y petróleo en las zonas en torno a un lago y un río que incluyen un importante hábitat de aves acuáticas y caribúes.

"Es un buen plan, basado en datos científicos sólidos y en un proceso de intercambio público. No todos obtendrán lo que quieren porque cuando se logra un equilibrio, siempre hay desconformes", declaró Babbitt.

Organizaciones ambientalistas de Alaska sostienen que no puede haber una solución de transacción entre la preservación de la fauna y el desarrollo petrolero.

"La tierra virgen es valiosa y cada vez más rara, mientras el petróleo es barato y abundante en la actualidad", dijo Sylvia Ward, directora del Centro Ambiental de Alaska del Norte.

"No hay un centímetro cuadrado de la reserva que quede protegido en forma permanente de los oleoductos, las carreteras, la perforación de pozos petroleros o la contaminación, lo que condena a cientos de miles de hectáreas de tierra virgen y hábitat natural de la fauna", sostuvo.

Los ambientalistas temen que derrames accidentales de petróleo dañen las frágiles zonas de la reserva y el vecino refugio de vida silvestre.

En 1985 y 1986, el estatal Departamento de Conservación de Alaska registró más de 900 derrames de petróleo y otros productos contaminantes.

Un estudio del no gubernamental Foro de Responsabilidad Ambiental de Alaska reveló en 1997 que la compañía British Petroleum inyectó residuos peligrosos a sus pozos de la isla Endicott, uno de los yacimientos más productivos de Alaska.

Los biólogos afirman que la perforación petrolera sería desastrosa para la fauna, sobre todo para los 450.000 caribúes de la zona, la mayor población de esa especie en Alaska.

"Según estudios estaduales y federales, la productividad de los caribúes del Artico central descendió debido al desarrollo de intereses petroleros industriales en la región", indicó David Klein, biólogo de la Universidad de Alaska.

Millones de aves migratorias también se verían perjudicadas por la perforación petrolera, dijo Rod J. King, biólogo de aves acuáticas del estatal Servicio de Peces y Fauna de Estados Unidos. "No tienen otro lugar a dónde ir", dijo.

Kalee Krieder, de la organización Greenpeace Internacional, teme que la explotación de nuevas fuentes de combustible fósil agrave el recalentamiento planetario en un momento en que el gobierno de Bill Clinton procura limitar este fenómeno que se cree provoca el consumo de combustibles, entre otros factores.

"Esto hace pensar seriamente si la mano izquierda del gobierno sabe lo que está haciendo la mano derecha", dijo Krieder.

La población indígena de la zona también expresó su preocupación por la decisión de Babbitt. "Yo cazo y pesco allí. ¿Pero podrán hacerlo mis hijos cuando se desarrolle el lugar?", preguntó Leonard Lampe, ex alcalde de la aldea Nuiqsut.

La reserva de petróleo, creada en 1923, se estableció en un principio para ser explotada en un momento de urgente necesidad nacional. Muchos activistas se preguntan por qué Washington decidió arrendar parte de la zona ahora, mientras existe un superávit mundial de petróleo.

Los precios mundiales del petróleo cayeron desde que la crisis financiera en el sudeste asiático hizo descender la demanda del combustible en esa región.

"No hay razón para sacrificar la singular naturaleza y fauna de la zona. El petróleo es barato y abundante y nosotros tenemos que terminar gradualmente con la explotación y la quema de combustibles fósiles, en lugar de abrir nuevas zonas para que saquee la industria petrolera", dijo Hamilton, de Sierra Club. (FIN/IPS/tra-en/dk/kb/aq-mj/en/98

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