La mayoría de los que aspiran hoy a emigrar de Cuba están apremiados por problemas económicos y por la insatisfacción de aspiraciones individuales postergadas a causa de la crisis económica, según un estudio académico realizado en la isla.
El predominio de los motivos económicos asemeja el flujo migratorio de la isla al de otros países latinoamericanos, aun cuando se mantienen factores como el deseo a la reunificación de las familias o el descontento político.
Económica es también la razón por la que cada día varios miles de salvadoreños, dominicanos o mexicanos, entre otros, intentan con mayor o menor éxito, por vías legales o ilegales, llegar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades.
El investigador Antonio Aja admitió que ese factor predomina cada vez más, aunque insiste en que la emigración cubana responde a múltiples causas y en que el componente económico siempre estuvo presente.
En el caso cubano se hace más ruido en la emigración por factores político-ideológicos porque son noticia, pero Cuba no es el principal emisor de emigración en América Latina y el Caribe, añadió Aja.
Un estudio académico sobre el asunto calcula entre 490.000 y 733.000 personas el potencial migratorio cubano en un período de cuatro a cinco años, hasta 1999. Cuba tiene unos 11 millones de habitantes.
El Centro de Estudios de Políticas Alternativas (CEAP), adjunto a la Universidad de La Habana, tomó en consideración a quienes decidieron o podrían decidirse a emigrar y tienen condicionantes ecónomicas, políticas y sociales que aumentan la posibilidad de que concreten su propósito de cualquier manera.
Según la investigación, se trata de personas jóvenes, menores de 40 años, en buena medida desocupados y estudiantes, y con mayor proporción del sexo femenino y mayor nivel profesional o preparación técnica que la del éxodo que partió en 1980 del puerto de Mariel.
"Este potencial estaría influido por factores económicos, de clima social, de política y de reunificación familiar, que pesan en mayor o menor grado y se relacionan con las características de la actual emigración cubana en el exterior y especialmente con la asentada en Estados Unidos", dijo Aja, subdirector del CEAP.
Estados Unidos, donde residen 1,2 millones de cubanos y sus descendientes, fundamentalmente emigrados después de 1959, continúa siendo el principal destino de quienes abandonan la isla, separada por sólo 90 millas náuticas (170 kilómetros) de las costas del estado de Florida.
"Si otros tuvieron suerte, ¿por qué yo no?", se preguntó María Caridad, 40 años, divorciada y con dos hijas, que espera figurar entre los ganadores de la tercera "lotería" de visas, programa migratorio especial surgido tras los acuerdos suscriptos por La Habana y Washington en 1994.
Según fuentes oficiales estadounidenses, en el primer "bombo", como se le llama popularmente, iniciado en noviembre de 1994, se registraron 130.000 solicitudes.
En la segunda lotería, en marzo de 1996, los solicitantes ascendieron a 438.000, en tanto que en la tercera, en junio de este año, los solicitantes sumaron 541.100, de acuerdo con datos oficiales estadounidenses obtenidos por IPS.
Mediante este programa, Estados Unidos otorgó 5.398 visados en 1995, 7.490 en 1996 y 8.704 el año pasado.
El cubano puede también emigrar legalmente a Estados Unidos si es "reclamado" por familiares que ya residen en ese país, que deben demostrar, mediante declaración jurada, que tienen capacidad financiera para encargarse del cuidado de su pariente.
Si prueba que sufre persecución política, resulta más fácil obtener la visa, porque no tiene necesidad de demostrar que puede ganarse la vida, ni que tiene un familiar residente en Estados Unidos que se encargue de sus gastos.
En este último caso las cifras descendieron. En 1995, las visas para refugiados políticos sumaron 6.998, en 1996 sólo fueron 3.831 y un poco menos en 1997 (3.639, sin confirmación oficial).
También son menos las visas para viajes temporales, aspiración de muchas personas que desean visitar a su familia "del norte" o en viaje de intercambio, generalmente de académicos o artistas.
Desde 1994 en adelante se conceden alrededor de 6.000 visas de ese tipo al año, con aprobación de 30 por ciento de las solicitudes, según fuentes estadounidenses.
Aja aseguró que desde 1996 las autoridades migratorias estadounidenses negaron nueve de cada 10 solicitudes de visitas temporales.
"Tal medida, aunque responde a un derecho que tiene todo país de dejar o no entrar a determinado visitante, se convierte en un elemento que desestabiliza el flujo migratorio entre ambas partes y potencia la intención de grupos poblacionales de emigrar", dijo el experto del CEAP.
Los acuerdos de 1994 y mayo de 1995 tienen la finalidad de normalizar al flujo migratorio entre Estados Unidos y Cuba, cuyas relaciones son conflictivas desde que la isla adoptó el socialismo como sistema político y económico.
Sin embargo, y pese a que ambas partes se declaran satisfechas por el cumplimiento de lo acordado, persisten los intentos de salida ilegal, caldo de cultivo para el tráfico de indocumentados, negocio en el cual las tarifas oscilan entre 7.000 y 8.000 dólares por persona.
Cuba confirmó oficialmente el día 10 la detención de seis ciudadanos estadounidenses por tráfico ilegal de emigrantes, cinco de los cuales son de origen cubano.
"Están siendo investigados y serán llevados a juicio", dijo el portavoz de la cancillería cubana, Alejandro González, quien añadió que autoridades migratorias en Washington arrestaron también a otras seis personas por causas similares.
Los acuerdos migratorios comprometieron a Estados Unidos a conceder un mínimo de 20.000 visas anuales para emigrantes y repatriar a toda persona interceptada en un intento de salida ilegal a ese país.
A su vez, Cuba quedó obligada a esforzarse por frenar las salidas ilegales desde su territorio y no tomar represalias contra los repatriados por el solo delito de "salida ilegal".
De acuerdo con ese compromiso, Estados Unidos repatrió a 899 personas en el verano (mayo a julio) de 1997 y a 290 en la temporada estival de este año.
La nueva política migratoria estadounidense hacia los cubanos eliminó el privilegio fundamental que éstos tenían en lo referente a la inmigración ilegal, al tiempo que dificultó los viajes por vías legales.
Sin embargo, el trato a los cubanos sigue siendo diferente que el que se depara a inmigrantes de otros países. Los cubanos tienen garantizada una migración legal mínima de 20.000 personas por año, mientras los demás tienen cuota máxima, pero no mínima.
Además, se mantiene la Ley de Ajuste Cubano, de 1966, que beneficia a los cubanos llegados a Estados Unidos. "Es virtualmente imposible repatriarlos si se les detecta cuando ya tocaron territorio estadounidense", comentó una fuente oficial de ese país.
Esas facilidades, la inmediatez de la solución y la casi certeza de que no pueden cumplir los requisitos para la vía legal hace que aún haya personas dispuestas a cruzar el estrecho de La Florida en precarias embarcaciones.
Ante la crisis económica de los años 90 la población buscó soluciones "que van desde el reacomodo en esferas productivas, de servicios o en sectores emergentes de la economía, pero también está la emigración", comentó Aja.
Además, añadió, encuestas realizadas a balseros señalaron en la determinación de las causas para abandonar el país, "el predominio de motivos diferentes a los políticos".
"Los motivos económicos y los asociados a expectativas de realización personal concentran cerca de 60 por ciento de las respuestas emitidas", alertó.
Aja concluyó que la situación interna de Cuba presenta condicionantes que motivan en diversos sectores la decisión de emigrar por motivos tanto económicos como políticos o la combinación de ambos.
Según el experto, el cambio de ese contexto dependerá del avance en el campo económico, social y de política migratoria, así como del trabajo que se realice para modificar factores internos que llevan a determinados grupos sociales a emigrar. (FIN/IPS/pg/mj/pr hd ip/98