La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, se marchó de China, luego de una visita de 10 días, con promesas del gobierno para mejorar la situación de los derechos humanos.
Robinson, la primera comisionada de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que llega a China, dijo que su misión "marcó un hito" porque abrió el diálogo sobre el tema con Beijing.
El viceprimer ministro chino, Qian Qichen, prometió que Beijing firmará la Convención sobre Derechos Civiles y Políticos de la ONU y continuará estudiando temas relacionados a la ratificación de otros documentos de derechos humanos sobre derechos económicos, sociales y culturales, dijo Robinson.
Al término de la visita de 10 días, el martes pasado, que incluyó viajes a Tibet y Shangai, Robinson dijo que "si se quiere un cambio en un país, es necesario trabajar con los órganos de ese país", y agregó que los temas de derechos humanos deben ser tratados por el pueblo y el gobierno de China".
Pero organizaciones internacionales temen que la visita de Robinson sea otro ejercicio de relaciones públicas para China en sus intentos por evitar críticas a su tratamiento de los derechos humanos.
Por ejemplo, señalan las organizaciones, la visita de Robinson excluyó entrevistas con disidentes o visitas a prisiones en Tibet.
"Sé que hay muchos individuos que quisieron hablar conmigo. Pero veo la meta de esta visita como iniciar el proceso de mejora de los derechos humanos y tomar las oportunidades más adelante para plantear casos individuales", respondió Robinson a la prensa.
Activistas demócratas chinos, antes y durante el viaje de Robinson, firmaron varias peticiones para que la comisionada presionara al gobierno para la liberación de disidentes encarcelados.
También exigieron el desmantelamiento del sistema de reeducación mediante el trabajo forzado, que permite a las autorizades a privar a las personas de su libertad durante varios años sin juicio.
Chu Hailan, esposa del activista encarcelado Liu Hanichun, dijo que los disidentes están "muy desilusionados" con la agenda de la comisionada de la ONU: "Si Robinson sólo quiere hablar con el gobierno, la situación no puede mejorar", alegó Chu.
Chu fue detenida la semana pasada y supuestamente golpeada por policías sin uniforme y guardias del Hotel Hilton, donde aguardaba para entregar una petición a Robinson sobre su esposo encarcelado.
El incidente subraya, según los críticos, la conducta de China, que busca satisfacer a autoridades extranjeras a las que muestra el lado oficial del supuesto avance en derechos humanos, a la vez que continúa violando derechos individuales básicos.
Según el portavoz de Robinson, la comisionada prefirió evitar a los disidentes políticos para maximizar su persuasión sobre la alta dirigencia china.
Las visitas a las prisiones en Tibet no fueron incluidas en la agenda de Robinson para evitar posibles represalias contra prisioneros que desearan hablar con ella, dijo el portavoz.
En la conferencia de prensa, Robinson admitió qeu no todas sus demandas se cumplieron durante el viaje a Tibet.
La comisionada no recibió una respuesta a sus preguntas sobre el paradero del niños designado por el líder espiritual exiliado de Tibet, el Dalai Lama, como la reencarnación del fallecido Panchen Lama, el segundo líder más reverenciado del budismo tibetano.
Tampoco se le permitió reunirse con algunos líderes de la comunidad tibetana, como el monje encarcelado Yulo Dawa Tsering. "Fue muy restrictivo, y muy difícil, al igual que muchas de las oportunidades en este país".
No obstante, Robinson consideró un éxito la disposición de China a reconocer la relevancia de las normas internacionales de derechos humanos.
Durante décadas, Beijing insistió en que el tema de los derechos humanos es un asunto interno. Pero ahora puede verse un cambio que permite el diálogo.
A su regreso de Tibet y Shangai, donde discutió la libertad de religión y conciencia y visitó un centro de educación para trabajadores despedidos, Robinson se reunió en Beijing con el presidente Jiang Zemin y el viceprimer ministro Qian.
Un Memorando de Intención sobre el desarrollo de programas de cooperación técnica para la promoción y la protección de los derechos humanos en China también fue firmado entre la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos y el gobierno chino. (FIN/IPS/tra-en/ab/js/lp/hd ip/98