Senadores de derecha e izquierda de Chile polemizaron sobre el alcance de la intervención de Estados Unidos contra el gobierno de Salvador Allende, derrocado en 1973, al conocerse nuevos documentos secretos sobre el caso.
Parlamentarios de la oposición derechista sostuvieron que las acciones de Estados Unidos no fueron determinantes para las Fuerzas Armadas y que el golpe de hace 25 años contra Allende se habría producido con o sin intervención estadounidense.
Legisladores de las corrientes socialistas de la coalición actualmente en el gobierno dijeron, en cambio, que la acción desestabilizadora de Washington precipitó el sangriento golpe del 11 de septiembre de 1973, que habría podido evitarse.
La difusión de nuevos documentos confidenciales del gobierno de Richard Nixon y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) aportó más antecedentes sobre el papel de Estados Unidos en el golpe militar.
Los documentos, desclasificados por el gobierno estadounidense, fueron publicados en Internet por la organización independiente Archivo de Seguridad Nacional y reseñados este domingo en Chile por el diario La Tercera.
También en el marco del 25 aniversario del golpe, el ex embajador de Estados Unidos en Chile Edward Korry contó a la Radio Televisión Francesa datos desconocidos de la intervención de la CIA en las elecciones presidenciales chilenas de 1964.
En esa oportunidad, el democristiano Eduardo Frei Montalva, padre del actual presidente chileno Eduardo Frei Ruiz-Tagle, derrotó con el apoyo de la derecha a Allende, respaldado por un frente de socialistas y comunistas.
Ese antecedente fue recordado a propósito de la publicación de La Tercera por el senador Francisco Prat, independiente de derecha, quien dijo que la intervención estadounidense en la política chilena tienen antecedentes desde la II Guerra Mundial.
"Sin duda, los actos de intervención para evitar que (en 1970) asumiera Allende y, una vez que estaba en el mando, para actuar en contra de él, son absolutamente creíbles", dijo Prat.
Pero aseguró, a renglón seguido, que "sobre las Fuerzas Armadas (chilenas) no hubo nunca una intervención. Su independencia quedó claramente demostrada en los hechos posteriores (al golpe) em su relación con Estados Unidos".
El senador derechista aludió así a las relaciones del gobierno estadounidense de Jimmy Carter con la dictadura de Augusto Pinochet. Carter incluso dispuso la prohibición de suministro de material bélico de Estados Unidos a los militares chilenos.
Pero Nixon, que gobernó hasta 1974, y su asesor en Seguridad Henry Kissinger, instruyeron a la CIA después del derrocamiento de Allende para que "asista a la junta (militar chilena) para lograr una imagen más positiva, en Chile y el exterior", según los últimos documentos difundidos en Washington.
No fue hasta 1975, de acuerdo con estos archivos desclasificados, que el gobierno de Estados Unidos empezó a revisar su ayuda económica y militar a la dictadura de Pinochet, ante las denuncias sobre violaciones de derechos humanos en Chile.
El senador Ignacio Pérez, del derechista Partido Renovación Nacional, sostuvo que el golpe de 1973 contra el gobierno de la Unidad Popular (UP) se habría producido "de todas maneras", con o sin intervención de los Estados Unidos.
"Las Fuerzas Armadas no necesitaron ningún peso norteamericano para dar el golpe, pero la oposición y las fuerzas gremiales (sindicales) requirieron dinero para financiar campañas, radios y otros baluartes que sirvieron en la lucha contra la UP", señaló Pérez.
Para el senador socialista Carlos Ominami, en cambio, los últimos documentos confirman que "la intervención estadounidense (en Chile) es una verdad histórica, absolutamente bien establecida".
Ominami admitió que la UP cometió errores, pero recalcó que aún antes de que se instalara el gobierno de Allende comenzaron los intentos de Nixon por hacerlo fracasar.
El senador socialista estimó que el golpe pudo haberse evitado, porque "la situación tenía distintas soluciones y los que impusieron finalmente la suya fueron los que optaron por la más violenta y cruel de todas".
Para el senador Sergio Bitar, presidente del Partido Por la Democracia (PPD), sin duda la intervención estadounidense fue determinante en el derrocamiento de Allende, a través de la presión económica y el financiamiento de actos de sabotaje.
"En estos golpes militares intervienen muchos factores. No se puede asignar a un sólo factor lo fundamental. Han pasado 25 años y no hay que olvidarlo: mientras más autónomo es un país y más independiente, tanto mejor", concluyó Bitar.
Los socialistas y el PPD forman el ala izquierda de la gobernante Concertación por la Democracia, que integran también los partidos Demócrata Cristiano y Radical Socialdemócrata. (FIN/IPS/ggr/ff/ip hd/98