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El movimiento fundamentalista islámico Talibán, que gobierna 90 por ciento de Afganistán, masacró a miles de civiles de la etnia hazara en los tres días siguientes a la toma de la ciudad norteña de Mazar-e-Sharif, denunció Amnistía Internacional.

La organización defensora de los derechos humanos, con sede en Londres, afirmó, en base a testimonios de testigos oculares y sobrevivientes, que la gran mayoría de las personas asesinadas eran hazaras residentes en los barrios Zara'at, Saidabad y Elm Arab.

Mazar-e-Sharif, entre varios bastiones de grupos opositores armados del norte de Afganistán pertenecientes a las etnias hazara, tajika y uzbeka, cayó el 8 de agosto en manos de los talibanes, pertenecientes a la etnia pushtun.

"Esta información demuestra una vez más la falta de consideración de Talibán hacia las leyes humanitarias reconocidas internacionalmente sobre el tratamiento de los civiles en conflictos armados", denunció Amnistía el jueves pasado.

"Las víctimas fueron asesinadas en forma deliberada y arbitraria en sus hogares, en las calles, donde sus cuerpos yacieron durante días, o entre Mazar-e-Sharif y Hairatan. Muchas eran civiles, incluidos niños, mujeres y ancianos, muertos a tiros mientras intentaban escapar de la ciudad", agregó.

La masacre podría atribuirse a una combinación de hostilidad étnica y el deseo de Talibán de vengarse de los combatientes que con tanta firmeza defendieron la ciudad.

Los talibanes también podrían haberse vengado de una anterior derrota en la ciudad, en la que 2.000 de sus hombres fueron capturados y masacrados por miembros de la opositora Alianza del Norte, integrada entre otros por hazaras, según informes confirmados por el posterior descubrimiento de fosas comunes.

Un investigador de Amnistía que solicitó reserva declaró que el número exacto de víctimas todavía no pudo determinarse, pero que se sitúa en varios miles.

Las cifras citadas varían entre 7.000 y 16.000, aunque el investigador consideró esta última "demasiado alta". La información se basó en entrevistas realizadas en la ciudad tomada y en otros lugares, con sobrevivientes y testigos presenciales.

"Nuestra política de garantizar la seguridad de nuestros contactos implica que los entrevistamos en un lugar donde puedan sentirse seguros. Esto puede ser en el lugar del hecho si es posible, en otro lugar del país, o fuera del país", explicó.

Como sunitas ortodoxos de la escuela Hanafi, los talibanes, mayoritariamente pushtun, no consideran a los hazaras chiítas como "verdaderos" musulmanes.

A diferencia de los otros seis grupos étnicos principales de Afganistán, los hazaras descienden de los mongoles y se distinguen por sus características faciales del resto de la población.

Los hazaras son el cuarto grupo étnico de Afganistán después de los pushtun, los tajikos y los uzbekos, y constituyen cerca de 12 por ciento de la población afgana, de 20 millones.

Cuando los talibanes tomaron Mazar, su objetivo eran los miembros de la Alianza del Norte. Activistas uzbekos del Frente Nacional Islámico y tajikos de Jamiat-e Islami fueron atacados, pero Talibán fue especialmente cruel con los hazara.

Familias que escapaban de Mazar-e-Sharif afirmaron haber sido detenidas en puestos fronterizos de control por talibanes en busca de hazaras.

"Se llevaban a cualquiera sospechoso de ser hazara. Los hombres y niños fueron llevados a la prisión de Jalalabad, mientras las mujeres y niñas fueron enviadas al campamento de Sarshahi", relataron a Amnistía.

Dado que los hazara son casi 100 por ciento chiítas, tienen una afinidad especial por Irán, y a la inversa. Teherán organizó esta semana ejercicios militares junto a la frontera con Afganistán, en una demostración de fuerza hacia los talibanes.

Un periodista y 10 diplomáticos iraníes fueron capturados y posteriormente desaparecieron cuando Talibán tomó Mazar, y Teherán exige su retorno en buen estado de salud.

Durante la ocupación militar soviética de Afganistán, en los años 80, Irán ayudó a la resistencia hazara, en forma independiente de la ayuda canalizada vía Pakistán bajo la supervisión de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) de Estados Unidos.

En referencia a Pakistán y Arabia Saudita, Amnistía advirtió que los gobiernos extranjeros que "brindan apoyo financiero o militar a Talibán tienen parte de la responsabilidad por no tratar de frenar los peores excesos" del grupo islámico.

Amnistía exhortó a la comunidad internacional a establecer un organismo independiente e imparcial para investigar los peores abusos en Afganistán. (FIN/IPS/tra-en/dds/dh/rj/ml/hd/98

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