/BOLETIN-AMBIENTE/ NIGERIA: Activistas dudan de "nueva visión" de Shell

El anuncio de la compañía petrolera anglo- holandesa Royal Dutch Shell sobre una "nueva visión" del mundo enfrenta el escepticismo de grupos de derechos humanos y ambientalistas, en especial en el caso de Nigeria.

Shell es blanco frecuente de críticas por parte de estas agrupaciones por sus vínculos con el régimen militar nigeriano que lideró el fallecido Sani Abacha. Ahora la multinacional reafirmó su compromiso con la Declaración de los Derechos Humanos y los principios de responsabilidad social.

"Esos principios son confusos", comentó David Love, del Centro de Derechos Constitucionales de Nueva York, quien señaló que "con sus enormes ganancias, la Shell puede pagarse una campaña de relaciones públicas que le lave la cara".

Pero Shell niega esas acusaciones e insiste en la sinceridad de su pronunciamiento.

"Estos grupos creen que nuestra única meta es llenarnos de dinero. Las ganancias son importantes, pero también lo es abordar los problemas que enfrenta la sociedad", declaró Mark Moody- Stuart, directivo de la empresa.

Los nuevos principios de Shell incluyen una norma contra el soborno que ya habría provocado el despido de 23 funcionarios.

También de acuerdo con su nueva imagen, Shell se separó de la Coalición del Clima Mundial, un poderoso grupo de la industria petrolera que ataca los esfuerzos para controlar el recalentamiento del planeta.

Los grupos de derechos humanos y ambientalistas aplaudieron estas decisiones, pero expresaron dudas sobre la aplicación de la "nueva visión" de la empresa en el caso de Nigeria.

"La corporación anunció una nueva política de ganancias y principios, pero no hay pruebas de que su retórica se lleve a la práctica en Nigeria", señaló Love.

Shell, por su parte, continúa desafiando una demanda presentada por el Centro de Derechos Constitucionales debido a la ejecución por el régimen de Abacha del novelista Ken Saro-Wiwa y otros ocho miembros de la minoría ogoni, en noviembre de 1995.

La gigantesca empresa produce casi la mitad de los dos millones de barriles diarios de Nigeria, y parte de ese crudo procede del territorio ogoni. Su actividad en ese país africano le proporciona a Shell ganancias por 300 millones de dólares al año.

Saro-Wiwa lideró el Movimiento para la Supervivencia del Pueblo Ogoni (MOSOP), que realizó una intensa campaña contra la contaminación del territorio donde habita esa etnia, atribuida a las operaciones de Shell.

MOSOP denunció que tres décadas de explotación petrolera en el delta del río Níger causaron la contaminación de las aguas y la desaparición de la pesca. Los cultivos no prosperan en terrenos que antes fueron fértiles y la vida silvestre desapareció, sostiene el Movimiento.

Los enfrentamientos con los militares producidos desde el comienzo de la campaña han causado la muerte de más de 2.000 hombres, mujeres y niños ogoni, de acuerdo con MOSOP. Shell niega haber causado la contaminación y niega toda responsabilidad por la muerte de Saro-Wiwa.

"Nosotros no provocamos la contaminación en territorio ogoni, y además pedimos clemencia para Saro-Wiwa y los otros condenados", afirmó el portavoz internacional de la compañía, Erick Nickson.

Agregó que Shell busca trabajar con la comunidad y mejorar la calidad de vida en Nigeria, y atribuyó los derrames petroleros a sabotajes realizados por los activistas ogoni.

La declaración de principios de la Shell incluye el "respaldo a los derechos humanos fundamentales" y además "la apropiada consideración de aspectos sanitarios, ambientales y de seguridad coherenntes con el compromiso de promover el desarrollo sustentable".

Después de la muerte de Abacha, ocurrida en junio, Nigeria también se embarcó en una campaña para mejorar su imagen. El nuevo jefe de estado, Abdulsalam Abubakar, liberó prisioneros y anunció que entregará el poder a un gobierno civil para mayo de 1998.

Abubakar liberó a "Los 20 de ogoni" que llevaban casi cuatro años presos sin haber sido juzgados, bajo los mismos cargos de asesinato que le achacaron a Saro-Wiwa.

"Nos alegramos de estos cambios en Nigeria y esperamos que Shell también actúe, pero la verdad es que si esta compañía estuviera realmente preocupada por su impacto en el territorio ogoni, hace tiempo hubiera permitido una inspección independiente de sus operaciones", dijo Stephen Mills, del Sierra Club, uno de los principales grupos ambientalistas de Estados Unidos.

"Por desgracia 'Los 20 de ogoni' salieron de una prisión para entrar a otra, ya que regresan a una región ocupada por los militares donde se restringe en forma brutal la libertad de hablar y organizarse", añadió Mills.

Otros analistas consideran que aún si la Shell es sincera en sus propósitos, el cambio no será rápido.

"Es demasiado pronto como para observar cambios en terreno… considero que deberían contar con un período de gracia", opinó la especialista en Nigeria del grupo Human Rights Watch, Bronwen Manby.

"Ellos han reconocido que las grandes empresas tienen responsabilidad social, y ese es un paso muy importante para una corporación multinacional", reconoció Manby. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lc-ml/en-hd/98

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