La escena de padres comprando tiernos juguetes para sus bebés sin darse cuenta de que son tóxicos es cada vez más común en India, donde ni los fabricantes ni los vendedores parecen estar al tanto de la amenaza.
El peligro está relacionado con productos químicos peligrosos contenidos en el cloruro de polivinilo (PVC) blando, de uso común en la fabricación de numerosos juguetes.
El científico residente de Greenpeace International, David Santillo, explicó que los suavizantes del PVC son similares a una esponja en el agua. Cuando los niños succionan o mastican el juguete, los químicos se liberan y son ingeridos.
Experimentos de laboratorio realizados con animales demostraron que los suavizantes causan daños al hígado y los riñones, e incluso emulan hormonas que alteran la actividad metabólica.
Algunos gobiernos de Occidente ya comenzaron a prohibir estos juguetes de PVC y grupos como Greenpeace se preocupan porque los fabricantes podrían colocar sus productos en países sin regulaciones ni conocimientos sobre el tema, como India.
"Es necesario dar una alerta sobre estos juguetes de PVC, porque los fabricantes tratarán de venderlos donde puedan", advirtió el activista de Greenpeace Nityanand Jayaraman.
El peligro representado por los juguetes de PVC fue reconocido el mes pasado por un comité científico de la Unión Europea en Bruselas.
El gobierno austríaco anunció que está listo para prohibir los juguetes con suavizantes de PVC, mientras en Dinamarca, Bélgica, Holanda y Alemania se sugirió el retiro voluntario de esos productos por parte de sus fabricantes.
Las reacciones de la industria fueron diversas. Mientras algunas compañías como la italiana Chicco retiraron sus mordedores para bebés de los mercados europeos, Mattel, fabricante de la muñeca Barbie, respondió con una intensa campaña de relaciones públicas.
Los juguetes peligrosos importados ya están a la venta en India e incluyen productos de algunos de los principales fabricantes del mundo, así como de China, Tailandia y otros fabricantes asiáticos.
El mercado indio es uno de los más promisorios para los interesados en este negocio, pues por ahora el gasto por habitante en juguetes es de apenas un centavo de dólar, con mucho por crecer antes de competir con los 35 dólares de Estados Unidos.
Greenpeace, que hace dos años inició la campaña "jugar seguro", recogió muestras de juguetes en Asia, Europa y América y comprobó que una gran cantidad contenían suavizantes de PVC.
Mordedores, Barbies fabricadas en Holanda, cascabeles, juguetes para la hora del baño y animalitos contenían entre 10 y 40 por ciento de aditivos peligrosos.
Greenpeace consideró que el peligro es mayor si se considera que no existe ninguna agencia gubernamental encargada de vigilar los juguetes para verificar su toxicidad.
La Oficina de Normas de India emitió normas relacionadas con la seguridad de la parte mecánica, física y química de los juguetes, pero su aplicación no es estricta y los fabricantes ni siquiera se preocupan de obtener un certificado.
"No estamos en condiciones de detectar la composición del PVC, por lo tanto nos limitamos a buscar mercurio, cadmio y arsénico", dijo el director de la Oficina, Lajinder Singh.
Por otra parte, India no tiene capacidad para retirar los juguetes una vez que han sido vendidos, un problema develado en el caso de un cascabel de Lego que se quedaba pegado en la boca de los bebés.
Como no había base de dato de los clientes, la empresa debió recurrir a avisos en los diarios para recomprar los 200 cascabeles vendidos en este país.
Jayaraman consideró que la mejor manera de prevenir problemas con el PVC blando es alertar a los padres. "Ninguno de ellos compraría un juguete que dañó el hígado de un mono en un experimento de laboratorio", supuso.
Otros tipos de plásticos diferentes al PVC blando son seguros, pero los activistas de Greenpeace consideran que lo mejor es preferir materiales tradicionales: madera, goma y tela. (FIN/IPS/tra-en/nk/rdr/lc-ml/he/98