Unos 20 millones de habitantes de Bangladesh amenazados por las inundaciones requieren con urgencia de ayuda internacional para asegurar su superviviencia, anunció la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La situación alimentaria en Bangladesh es muy desesperada y en el plano sanitario "aún se espera lo peor", resumieron funcionarios de la institución internacional.
Inundaciones y sequías se han convertido en los últimos tiempos en los fenómenos más recurrentes entre los desastres naturales con graves consecuencias humanitarias, como en los casos de China, Bangladesh, Sudán, Cuba, México y América Central, dijeron.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU estimó el lunes pasado que en Bangladesh se necesitan contribuciones por unos 220 millones de dólares para las operaciones de socorro de los próximos cuatro meses.
Ese monto excluye las inversiones superiores que harán falta después de ese período para reemprender el desarrollo, previno Ross Mountain, director de la OCHA en Ginebra.
El país más densamente poblado del mundo afronta la inundación de mayor gravedad que se recuerde, extendida a cuatro quintas partes de su territorio de apenas 144.000 kilómetros cuadrados, que alberga a 120 millones de personas.
La inundación, que ha causado unas 600 muertes de pobladores, adquiere más gravedad porque se prolonga desde hace 60 días y ha cubierto un área sin precedentes, explicó Michael Elmquist, funcionario de la OCHA.
Hasta ahora, la inundación más arrasadora abatida sobre Bangladesh había sido la de 1988, que cobró unas 6.000 víctimas fatales pero duró solo 10 días y anegó una superficie menor.
Llevará por lo menos otras dos semanas hasta que las aguas bajen, si no vuelve a llover, pronosticó Elmquist, quien regresó este fin de semana del país asiático.
La inusual duración de la inundación de este año ocasionó la pérdida de dos de las tres cosechas agrícolas que se obtienen en esas tierras tropicales.
En consecuencia, la necesidad real más apremiante para Bangladesh es actualmente de "alimentos, alimentos y más alimentos", demandó Elmquist. Inmediatamente después se requieren cuidados médicos e instalaciones sanitarias.
Unos 100 millones de dólares, casi la mitad de la suma solicitada por la ONU a gobiernos y entidades donantes, se destinarán a atender las necesidades alimentarias de la población de Bangladesh.
La prensa de Bangladesh ha criticado al gobierno de Dacca por "no hacer lo necesario" en la distribución de alimentos a las poblaciones necesitadas.
Sin embargo, Elmquist dijo que había consultado sobre el problema con funcionarios no oficiales encargados de la distribución, quienes atestiguaron a la ONU que recibían los volúmenes de alimentos necesarios.
Miles de damnificados viven en condiciones primitivas, relató el enviado de la OCHA a Bangladesh. En las pocas aldeas que todavía no han sido evacuadas, muchos pobladores trataban de sobrevivir en los pisos superiores de los edificios o en los techos de las viviendas que aún resistían.
El monto de la ayuda solicitada por la ONU a la comunidad internacional, de 223 millones de dólares, alcanzará justo para asegurar la supervivencia de la población en un corto plazo.
Las necesidades financieras a largo plazo sólo podrán justipreciarse cuando las aguas hayan bajado, indicó Elmquist. La ONU y el gobierno de Bangladesh podrán hacer entonces un nuevo pedido de apoyo para obtener esos fondos.
Las autoridades de Bangladesh mencionaron la cifra de 600 millones de dólares para encarar la fase de reconstrucción de la infraestructura.
"Pero en la ONU creemos que ese monto sólo alcanza para la etapa inicial". La rehabilitación final "debería costar mucho más que eso", dijo el funcionario internacional.
Dacca sólo cursó el pedido formal de ayuda internacional el 26 de agosto, cuando la inundación llevaba ya unas seis semanas, admitió Elmquist. El llamamiento posterior de la ONU tomó estado público el día 4.
Las autoridades demoraron porque creían que la inundación había comenzado a ceder, explicó. Sin embargo, "eso no significa que el gobierno o la ONU hayan reaccionado con tardanza porque este es un desastre de desenvolvimiento muy lento", justificó.
"No podemos afirmar que alguna persona haya muerto como consecuencia de la dilación en emitir el pedido de ayuda internacional", insistió.
Las inversiones en obras preventivas realizadas anteriormente en Bangladesh, como la elevación de rutas y vías férreas, han demostrado ser de gran utilidad para contener las aguas.
El hecho de que sólo una tercera parte de Dacca se encuentre inundada es consecuencia de los nuevos terraplenes levantados, que aún resisten. De lo contrario, toda la ciudad estaría bajo las aguas, como ocurrió en 1988, afirmó Elmquist.
También en las zonas rurales el sistema de terraplenes se mantiene firme y mucha gente se encuentra viviendo en esas elevaciones porque sus aldeas fueron cubiertas por las aguas.
En el plano médico, el incremento de las enfermedades diarreicas "es grave pero aún no llega a ser catastrófico", describió la ONU.
Los expertos de la organización internacional temen que con el retroceso de las aguas se formen estanques que constituirán un terreno fértil para la propagación de las enfermedades diarréicas y de la malaria. (FIN/IPS/pc/ag/en/98