/BOLETIN-AMBIENTE/ AFRICA: Lluvias de La Niña dejan a miles sin hogar

Las lluvias torrenciales que cayeron en las últimas tres semanas en zonas habitualmente secas de Africa occidental mataron al menos a 12 personas, destruyeron miles de viviendas e inundaron miles de hectáreas de tierras de cultivo.

La zona afectada es el cinturón semiárido al sur del desierto de Sahara donde, después de un año muy seco, la lluvia cayó sobre el norte de Benín, Burkina Faso, Malí, Níger y Senegal.

Los meteorólogos atribuyen las lluvias desmedidas al fenómeno climatológico de La Niña, que se caracteriza por temperaturas bajas en el este del océano Pacífico y provocó desastres naturales en América Latina y en Asia, sobre todo en Bangladesh, China y Corea del Sur.

En Níger, ocho personas murieron cuando sus viviendas se derrumbaron por el agua que inundó barrios enteros en Niamey, la capital de este país, y dos niños se ahogaron cuando las lluvias transformaron al lecho de un río seco en un torrente.

El río Níger se desbordó y obligó a los residentes de las cercanías a abandonar sus hogares, muchos de los cuales están construidos con arcilla.

En vecindarios de las afueras de la capital, la gente descubrió repentinamente que sus hogares descansaban sobre lechos de afluentes del Níger que desaparecieron como resultado de décadas de sequía.

La mayor parte de los barrios de Niamey están sin electricidad ni teléfonos. La falta de agua potable es un gran problema para muchas familias cuyas viviendas fueron destruidas por la lluvia. Unas 20.000 personas se quedaron sin hogar en Niamey, según datos del municipio.

Un residente de Niamey dijo a IPS que en el vecindario de Banga Banna más de 2.200 casas se derrumbaron y al menos 8.000 personas fueron declaradas oficialmente sin hogar. Por el momento se encuentran refugiados en 16 escuelas, pero algunas de estas instituciones también corren peligro de derrumbarse.

"Nos hemos convertido en refugiados en nuestro propio barrio", dijo Bibata Amadou, ama de casa alojada en un colegio de Niamey.

De hecho, las escuelas parecen típicos campamentos de refugiados. Un periodista dijo que las familias viven en ellas en condiciones de hacinamiento y con poca privacidad. El gobierno les proporciona cereales, pero estos no alcanzan, agregó.

Los baños de las escuelas superpobladas tampoco alcanzan para la gran cantidad de personas desplazadas y las autoridades de salud pública temen que surja un brote de cólera allí. Ya se denunciaron casos de diarrea, bronquitis, malaria y conjuntivitis.

El río Níger -la frontera entre Níger y su vecino al sur, Benín- también provocó gran daño en los distritos de Banicoara, Karinama y Malanville, en el nordeste de Benín.

Las lluvias en Malanville no causaron pérdida de vidas, pero anegaron 10.000 hectáreas de algodón, la principal exportación de Benín, además de destruir otros cultivos, sobre todo mijo, sorgo y arroz.

Viviendas, puentes y carreteras también resultaron destruidos en Benín. La carretera entre Benín y Níger resultó parcialmente cubierta por el Alibori, un afluente del río Níger.

En Senegal, soldados franceses estacionados en el país por un acuerdo de cooperación militar con París, prestan ayuda en el pueblo septentrional de Saint Louis, que se encuentra inundado por el río Senegal.

La prensa de Burkina Faso informó que dos personas murieron en Bobo Dioulasso, la segunda ciudad del país, a raíz de las inundaciones.

"Le oramos a Dios para pedirle lluvias luego de la larga sequía que padecimos, pero la oferta fue mucho mayor a la demanda", comentó un residente de Malí. (FIN/IPS/tra-en/nrn/kb/aq/en/98

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