Otro sospechoso de paidofilia quedó en libertad en Australia, lo que puso en duda de nuevo la eficacia de una ley creada para castigar a los australianos que violan a niños y niñas en el exterior.
A fines de agosto, un juez de Melbourne se negó a condenar a la cárcel a Harry Ruppert, quien se declaró culpable de intento de armar una organización de proxenetas explotadores de menores en Ghana, país de africa occidental.
Ruppert, de 55 años, envió cartas a residentes de Ghana en las que afirmaba poder "entrenar a niñitas" de hasta cuatro años de edad con ese fin.
A pesar de la admisión de culpabilidad, el juez no condenó a Ruppert a la cárcel porque, puntualizó, el caso se refería a la conducta de personas en el exterior y porque no hubo pruebas de que el plan se hubiera realizado.
La decisión judicial escandalizó a los defensores de los derechos de los niños, que exigen la revisión de la Ley contra el Turismo Sexual Infantil, adoptada en 1994.
La ley fue aprobada debido al clamor provocado por una serie de casos de paidofilia cometidos por australianos en Filipinas y Tailandia a principios de la década del 90.
"Muchos exigieron entonces algún tipo de ley extraterritorial para penar estas actividades", dijo Bernadette McMenamin, de la filial australiana de la organización internacional Acabar con la Prostitución Infantil, la Pornografía Infantil y el Tráfico de Niños con Fines Sexuales (ECPAT).
La Ley contra el Turismo Sexual Infantil habilita a la policía a detener a los australianos que tienen relaciones sexuales en el exterior con menores de 16 años, aun si ese acto no es considerado violación en el país en cuestión. La norma estipula penas de hasta 17 años en la cárcel.
Pero desde que la entrada en vigor de la ley en 1994, el gobierno federal sólo procesó a siete sospechosos. Un residente de Queensland fue enviado a prisión en mayo de 1997 por cometer más de 800 delitos sexuales contra menores de edad en Tailandia. El hombre era maestro de niños sordos en ese país.
Pero los tribunales absolvieron este año a un hombre del estado de Victoria, de 56 años, acusado de fomentar el turismo sexual y el sometimiento de niños en Filipinas, a pesar de la gran cantidad de pruebas audiovisuales obtenida por la policía australiana.
La ley ya fue criticada en 1996 cuando el ex embajador australiano en Camboya, John Holloway, fue acusado de mantener relaciones sexuales con menores de 16 años de edad en Phnom Penh, en 1994.
Holloway fue investigado por la Operación Mandrake de la policía australiana, por la cual se vigiló a varios sospechosos de paidofilia en base a comentarios de niños en situación de calle realizados a trabajadores de un refugio de Phnom Penh.
Holloway se declaró no culpable de los cargos, que fueron retirados después de una audiencia preliminar en Canberra, en 1996. El juez no halló pruebas suficientes para procesar al funcionario y declaró sin validez el testimonio de dos camboyanos de 16 años de edad.
"Más allá de la culpabilidad o inocencia, el caso demostró lo poco práctico que es exponer a dos niños camboyanos, procedentes de las calles de Phnom Penh, a nuestra estructura judicial. La policía se asustó y tendrá reparos en presentar a niños testigos en el futuro", dijo McMenamin.
Un informe de ECPAT halló "deficiencias en la Ley de Turismo Sexual Infantil en lo que se refiere al tratamiento brindado a los niños testigos".
El Ministerio de Justicia australiano considera modificar la ley. En una carta dirigida este año a ECPAT, la ministra Amanda Vanstone dijo que se brindarán garantías a los niños que testifiquen en casos de explotación sexual de menores a manos de turistas.
"Concuerdo en que esos casos se deben realizar de una manera que tome en cuenta la edad de los niños testigos", dijo Vanstone.
Pero McMenamin reconoció que la ley tuvo algunas consecuencias positivas.
"Si la ley se adoptó para disuadir y procesar, entonces tuvo éxito. Ahora se reconoce que la paidofilia es un problema, lo que generó la presión del público para que se detenga a los sospechosos. La industria turística también participa más en campañas contra el turismo sexual", señaló.
La ley tuvo eco en el ámbito internacional, ya que una veintena de países siguieron el ejemplo australiano y adoptaron leyes extraterritoriales.
"La ley fue fundamental para que se tomaran acciones internacionales conjuntas y alentó a los gobiernos extranjeros a detener a los turistas y adoptar leyes, de una manera que nunca hubiera ocurrido hace 10 añoss", opinó un analista.
Los defensores de los derechos de los niños están preocupados por el recorte del presupuesto de la Operación Mandrake, mientras surge la evidencia de que los paidófilos australianos están vinculados, a través de Internet, con redes internacionales de proxenetas en América, Asia y Europa.
Las últimas investigaciones policiales revelaron la actividad de redes de proxenetas australianos en lugares tan diversos como Albania, Guatemala e India.
Un australiano residente en Fiji due detenido en 1997 por su participación en una supuesta red de explotación sexual de niños y niñas en Internet. Ciudadanos de este país también habrían cometido actos paidófilos en Papúa-Nueva Guinea, Samoa e Islas Salomón. (FIN/IPS/tra-en/awn/cb/js/aq-mj/hd ip/98