La recesión económica en el este de Asia hizo salir a la luz viejas tensiones entre países y alimentó enfrentamientos étnicos, políticos y sociales dentro de los estados.
Desde que la crisis golpeó hace más de un año, cayeron gobiernos desde Japón hasta Indonesia, a través de elecciones o protestas populares de ciudadanos indignados ante la peor situación económica en décadas.
En los últimos meses la crisis revivió hostilidades latentes, muchas siguiendo las líneas raciales entre grupos malayos y chinos, y puso a prueba la paciencia de países antes amigos.
El presidente de Indonesia, Bacharuddin Habibie, criticó a Singapur por no lograr, desde su punto de vista, ayudar a su país en los últimos meses.
A la vez, las relaciones entre Singapur, de mayoría étnica china, y Malasia, cuya mayoría es malaya, están en su punto más bajo en décadas.
Los lazos empeoraron después que Kuala Lumpur sostuviera que el ministro de Singapur Lee Kuan Yew publicó sus memorias, en las que critica a viejos dirigentes malasios, para sacar ventaja de la crisis que atraviesa Malasia.
El libro "The Singapore Story: Memoirs of Lee Kuan Yew", se presentó el 16 de septiembre, aniversario del nacimiento del ministro.
Poco después que el primer ministro Mahathir Mohamad dijera que los intentos de Singapur por socavar a su país fueron "demasiado numerosos para ser mencionados", Malasia cerró a comienzos de este mes su espacio aéreo a la fuerza aérea singapurense y sus aviones de rescate.
A esto se agrega el caos causado este mes en los mercados financieros de Singapur por la abrupta imposición de Malasia de controles de capitales este mes.
Aunque los controles monetarios impuestos por Mahathir dieron resultado, su mayor problema es la creciente oposición a su gobierno tras la detención el dia 20 de su ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim.
Anwar fue desplazado por ser "moralmente inapropiado" para el cargo, aunque críticos sostienen que el motivo de su destitución fue su rivalidad con Mahathir.
Este martes, nueve días despúes de su arresto bajo la Ley de Seguridad Interna, Anwar compareció ante una corte de Kuala Lumpur bajo nueve acusaciones, cinco por actos sexuales "no naturales" y cuatro por corrupción. Anwar se declaró inocente.
Miles de manifestantes, algunos con pancartas con la leyenda "Liberar a Anwar", se reunieron fuera de la corte. La policía los dispersó y detuvo a cientos.
Amnistía Internacional considera a Anwar un prisionero de conciencia. Tras enviar un equipo a Malasia entre el 23 y el 27 de septiembre, el grupo de derechos humanos FORUM-Asia, con sede en Bangkok, dijo que "lo que Mahathir está haciendo es instalar un clima de temor para que nadie cuestione sus órdenes".
Aunque es demasiado pronto para decir hacia dónde se encamina la oposición a Mahathir y si su legitimidad será erosionada, se plantean preguntas sobre cuál podrá ser el fin para el primer ministro.
El torbellino político y social tras la crisis de Asia ha cobrado muchas vidas entre los dirigentes de la región.
En muchos de estos alzamientos, un factor clave ha sido la indignación pública ante la corrupción y el nepotismo de líderes que favorecen a familiares mediante paquetes de rescate obtenidos por reactivar la economía.
La ira pública por el colapso del milagro económico tailandés llevó a la caída del gobierno de Chavalit Yongchaiyudh en noviembre de 1997 y su reemplazo por Chuan Leekpai. Corea del Sur desplazó a Kim Young Sam el mes siguiente, en comicios que llevaron al poder al líder opositor Kim Dae Jung.
La caída más espectacular fue la del presidente de Indonesia Alí Suharto en mayo, tras meses de protestas callejeras por corrupción, nepotismo y grandes aumentos de precios.
La peor recesión en Japón desde la guerra del Pacífico no jugó una parte menor en el eclipse del primer ministro Ryutaro Hashimoto, quien fue reemplazado por Keizo Obuchi en julio, aunque las encuestas afirman que Obuchi sigue siendo impopular. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/lp/ip/98