La ópera «Turandot», del compositor italiano Giacomo Puccini, llegó hasta su ambiente original -la mismísima Ciudad Prohibida de la capital china- luego de recorrer los más famosos escenarios del mundo desde los años 20.
«Esta es la última extravagancia operática del milenio», proclamó el director de la Agencia de Artes Escénicas de China, Gao Qi, al referirse a la espectacular puesta en escena concebida por el famoso director de cine Zhang Yimou, con una orquesta liderada por Zubin Mehta.
«Es una experiencia única en la vida», exclamó Michael Fiorenzi, un aficionado a la opera que voló nueve horas desde Israel para asistir al estreno en Beijing, el día 5.
La «obra china» de Puccini, quien nunca visitó este país, está escenificada en un templo de 500 años de antigüedad dedicado al culto de los antepasados, en medio de la Ciudad Prohibida, por un director criticado en China debido a su visión «occidentalizada» del país.
Zhang Yimou, conocido en el mundo por películas como «Sorgo rojo» y «Ju Dou», impresiona a los espectadores de ópera con una avalancha de colores, luces y coreografías, que en su conjunto entregan una versión china de la obra póstuma de Puccini, completada por Franco Alfano.
El espectáculo está respaldado por una orquesta de 120 músicos del Maggio Musicale Fiorentino y de la Orquesta de Opera de Florencia, y por un coro de 200 personas, dirigidos por Mehta, uno de los más famosos conductores de música selecta en la actualidad.
El montaje cuenta con tres elencos de prestigiosos intérpretes de la Opera de Florencia que se alternan en cada una de las partes de las nueve representaciones de «Turandot» programadas por los organizadores.
Las entradas están completamente agotadas, pese al elevado costo para los extranjeros: oscilan entre 150 y 1.500 dólares.
La historia de la glamorosa y gélida princesa china que elimina a quienes la pretenden pero finalmente sucumbe ante el amor se desarrolla al frente de un pabellón rojo que era utilizado por la dinastía Ming para realizar sus ofrendas, en medio del sonido de gongs y tambores.
El estilo de Zhang Yimou es inconfundible. Rojo y dorado, amarillo imperial y azul son predominantes sobre el escenario, que además está adornado con exquisitas muestras de caligrafía china.
Es probable que ésta sea la presentación más exitosa de la ópera de Puccini, que tras su estreno en 1926 fue ignorada por los conocedores del género y montada con poca frecuencia hasta los años 60, cuando revivió y se convirtió en una pieza de gran popularidad.
Sin embargo, en esta oportunidad única se puede contrastar la visión del autor sobre una China que no conocía con el escenario de la Ciudad Prohibida donde habitaron los emperadores. «Vi este mismo espectáculo en Florencia, pero aquí es algo magnífico», dijo Fiorenzi.
«Es verdaderamente impresionante», coincidió el banquero sueco Frederick Cho.
El productor ejecutivo internacional de este montaje es la empresa suiza Opera en el Escenario Original, que anteriormente puso en escena la «Aída» de Verdi en el templo egipcio de Luxor. Más de 1.000 personas trabajaron en Beijing, con un presupuesto superior a 15 millones de dólares.
Mientras los fanáticos de la ópera se sienten atraídos por lo exótico de ver a «Turandot» en China, los espectadores locales quedan impresionados con los elementos chinos, el maquillaje y los movimientos propios de la Opera de Pekín, una de las representaciones más complejas del arte de este país.
«Sigue siendo una ópera occidental, pero gracias a Zhang Yimou tiene muchos elementos chinos», comentó Zhu Hongwen, quien trabaja en el museo de la Ciudad Prohibida.
Pero fueron pocos los chinos que tuvieron la suerte de Zhu, ya que las representaciones están fuera del alcance de los aficionados locales.
Sólo dos representaciones fueron reservadas para el público de Beijing: el ensayo general y una de las funciones programadas. Pero el precio de la entrada es de 120 dólares, en una ciudad donde el trabajador promedio gana 480 dólares al año.
Al mismo tiempo que se presenta la versión de la obra de Puccini, en otro teatro de la capital se escenifica una versión especial de la ópera del compositor italiano en el estilo de szechuán, llamada «La princesa Turandot china».
Las entradas para esta ópera Chuanju, como se conoce al estilo szechuán, cuestan mucho menos: entre 2,4 y 30 dólares. (FIN/IPS/tra-en/ab/lc-ml/cr/98