El ex ministro de Economía Domingo Cavallo es el primer aspirante a presidente de Argentina que formaliza su candidatura, en un acto en el que propuso atacar el desempleo y la inseguridad, tarea pendiente luego de que él mismo controló la inflación.
"Asi como erradiqué la hiperinflación voy a terminar con el desempleo", prometió Cavallo, candidato desde la noche del martes de Acción para la República, el partido centroderechista que él mismo fundó cuando fue separado del gobierno.
El ex ministro, a quien el gobierno de Rusia convocó en septiembre para consultarlo por salidas a la crisis, lanzó su candidatura en Córdoba, su provincia natal.
Cavallo dijo que Argentina debe dar más poder a las pequeñas y medianas empresas, que son las que demandan mayor empleo, en lugar de proponer obras faraónicas que fomentan el excesivo gasto público.
El ex ministro de Economía del presidente Carlos Menem, separado del cargo en 1996 tras cinco años en los que logró reducir a un dígito anual la inflación que golpeaba a la economía, se convirtió así en el primer candidato que oficializa su postulación a las elecciones de diciembre de 1999.
Menem pidió la renuncia a Cavallo tras una serie de choques personales luego de la reelección del presidente en 1995.
Luego de esos comicios, en los que Menem se impuso por más de 50 por ciento de los votos, Cavallo denunció en el parlamento que había funcionarios, jueces y legisladores que amparaban a una mafia encabezada por Alfredo Yabrán, empresario de los sectores postal, hotelero y de seguridad.
Yabrán se suicidó en mayo, cuando estaba prófugo de la justicia en una causa en la que se investiga el asesinato de un reportero gráfico. Cavallo lo había señalado como empresario muy cercano al poder, y tras dejar el gobierno acusó a ministros y secretarios de Estado de ser sus "empleados".
A pesar de que, según las encuestas, tiene apenas 7,6 por ciento de adhesiones entre los votantes, Cavallo confía en que puede ganar la presidencia y reclama a los empresarios que no le pregunten sólo de economía sino también de educación, salud o seguridad.
Sin embargo, por el momento, las encuestas muestran como opciones mayoritarias al oficialista Partido Justicialista (peronista) y a la opositora Alianza, nacida de la convergencia entre la Unión Cívica Radical (UCR), de centro, y el Frente País Solidario (Frepaso), de centroizquierda.
Los aspirantes de la Alianza a la presidencia, que dirimirán la candidatura en elecciones internas el 26 de noviembre, son el alcalde de Buenos Aires Fernando de la Rúa, de la UCR, y la diputada Graciela Fernández Meijide, del Frepaso.
De la Rúa cuenta con 23,6 por ciento de las intenciones de voto y Fernández Meijide, con 21,4 por ciento, según la encuestadora Centro de Estudios de Opinión Pública.
Por el oficialismo se perfilan el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde (15 por ciento), y el ex gobernador de la provincia de Tucumán y ex cantante Ramón Ortega (11,3 por ciento), quienes definirán la fórmula tras una elección interna prevista para abril de 1999.
Cavallo era un técnico sin pertenencia a partido alguno que había llevado una propuesta de gestión económica al ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), de la UCR, quien lo rechazó.
Durante la primera presidencia de Menem (1989-1995) fue nombrado canciller primero, y ministro de Economía en 1991, cuando puso en marcha el "plan de convertibilidad".
La convertibilidad, sancionada por ley, obligó a la tesorería a no emitir moneda sin el consecuente respaldo en dólares en las reservas.
El efecto fue inmediato. De un año para el otro, la inflación, que había llegado a superar 2.000 por ciento anual durante el gobierno de Alfonsín, bajó a dos dígitos y luego a un solo dígito por año.
Además, Cavallo impulsó la apertura de la economía, las privatizaciones pendientes y la desregulación.
Los empresarios lo respaldaron hasta que su competencia con Menem por la "paternidad" del plan económico comenzó a cosechar más inquietud que calma luego de la crisis mexicana (diciembre de 1994) y el llamado "efecto tequila".
Fue entonces que el presidente le pidió la renuncia y designó ministro al entonces presidente del Banco Central, Roque Fernández, que permanece en el cargo.
Pero Cavallo sigue teniendo un fuerte apoyo de los empresarios y de numerosos votantes independientes que confían en su capacidad técnica para resolver problemas.
En el foro del Instituto para el Desarrollo Económico Argentino (IDEA), reunión anual de empresarios y políticos que concentra gran atención de la opinión pública, Cavallo fue el más ovacionado, incluso más que De la Rúa, Fernández Meijide o Duhalde, que cuentan con apoyo popular.
Los empresarios le reconocen la autoría de la estabilidad argentina en la que hoy se apoyan todos los candidatos, aun los que plantean un cambio de rumbo que permita, por ejemplo, acabar con el fuerte desempleo que genera (13,2 por ciento en mayo), o la brecha creciente entre ricos y pobres.
Pero más allá de sus posibilidades de alcanzar la presidencia, Cavallo, que aún no identificó a su compañero de fórmula, puede convertirse en un árbitro en caso de segunda vuelta, si el candidato más votado en la primera ronda no logra la mayoría ni una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre el segundo.
Cavallo se reserva por ahora el derecho de enunciar a quién respaldaría en ese caso.
Cavallo y Duhalde se reunieron el lunes. Muchos analistas advirtieron que el aspirante oficialista a la presidencia acudió a pedirle apoyo, aunque su campaña está basada en una fuerte crítica al modelo económico que no tiene consenso entre los más pobres.
Por el momento, el ex ministro no quiere comprometer sus votos para ningún otro postulante y prefiere seguir confiando en que será él quien llegará a presidir los destinos de Argentina a partir de diciembre de 1999, tras 10 años de gobierno de Menem. (FIN/IPS/mv/mj/ip/98
