ALBANIA: Italia busca ayuda en Europa para acabar con la crisis

El gobierno de Italia se puso en contacto con los del resto de Europa en procura de una acción política común para hacer frente a la crisis en Albania, presa de la violencia política tras el asesinato el sábado de un líder opositor.

Por sus relaciones históricas y su cercanía geográfica (sus costas están separadas por solo 70 millas náuticas, unos 130 kilómetros), Italia actúa para cooperar con el fin de la crisis en Albania, como ya lo hizo el año pasado.

Italia otorgó a Albania en los últimos 24 meses 70 millones de dólares y en la visita que debía realizar este martes a Roma el primer ministro Fatos Nano, postergada por los acontecimientos, se preveía la concreción de una nueva partida de ayuda por un monto aún no precisada.

La crisis albanesa dividió a las fuerzas políticas italianas. Mientras el gobierno de centroizquierda apoya al socialista Nano, la oposición de centroderecha hizo suyas las posiciones del ex presidente Sali Berisha, del derechista Partido Democrático.

El ministro de Relaciones Exteriores de Italia, Lamberto Dini, tras consultar a sus homólogos europeos, informó este martes al parlamento la situación en Albania, a la que calificó de "dramática".

El apoyo de Italia a Albania en los foros internacionales "está estrictamente condicionado por una conducta inspirada en la moderación y el respeto de la ley, tanto del gobierno como de la oposición", afirmó Dini.

Ante las comisiones de Defensa y Relaciones Exteriores del Senado, sostuvo que "la obra de reconstrucción de Albania y los recursos destinados a ésta se justifican solo si se corresponden con un renacimiento de las instituciones del país".

Dini señaló que "no se podrá volver a la legalidad" en Albania "si no se hace justicia" respecto del asesinato de Hazen Ajdari, parlamentario del Partido Democrático.

Italia espera que el gobierno albanés pueda, con la mediación indispensable del presidente de la República Rexhep Mejdani, retomar el control de la situación, agregó.

No se trata de una empresa fácil, dado que los partidos políticos albaneses "avanzan a ultimátum recíprocos y, si se parte de posiciones en las cuales son enemigos unos de otros, no se puede construir un sistema democrático".

El gobierno italiano invitó en las últimas horas, "con constancia y firmeza", a los interlocutores albaneses a emitir señales de un retorno a la legalidad que permita llevar a cabo la reconstrucción democrática y económica de Albania.

La reconstrucción no ha sido hasta ahora una bandera solo de Italia, sino también de Europa y de toda la comunidad internacional, dijo Dini, quien expresó que reiteró a los albaneses, sobre todo a la oposición, la necesidad de que "rechacen la violencia, los chantajes y los ultimátum".

Desde la caída del comunismo en 1991, Albania pasó de una economía estrictamente planificada a un liberalismo sin reglas. Es el país más pobre de Europa, donde el 15 por ciento de la población vive por debajo del nivel de pobreza.

Albania tiene una economía esencialmente agrícola. Más de la mitad de la población trabaja en este sector.

Las industrias principales son las de transformación de productos agrícolas y minerales, que trabajan muy por debajo de su capacidad productiva debido a la obsolecencia de su maquinaria.

Albania tiene una superficie de casi 30.000 kilómetros cuadrados y una población de cerca de 3.200.000 habitantes, 70 por ciento musulmanes, 20 por ciento ortodoxos y 10 por ciento católicos.

En la región de la Puglia, al sur de Italia, donde se producen la mayoría de los desembarcos clandestinos de Albania, se incrementó la vigilancia ante el temor de que se produzca un éxodo de masas.

Según las autoridades italianas, grupos de personas realizaron en los últimos días pequeñas embarcaciones en los principales puertos de Albania con la intención de concretar una huida en masa.

Las condiciones del mar, en particular en el canal de Otranto, por donde llegan los albaneses, habrían desaconsejado el éxodo, pero se prevé que el tiempo mejorará en los próximos días.

En Italia aún recuerdan cuando llegaron a sus costas naves llenas hasta lo inverosímil de emigrantes albaneses, cuyas imágenes provocaron conmoción en todo el mundo.

Ese gran éxodo se produjo en agosto de 1991, tras la caída del régimen comunista. (FIN/IPS/jp/mj/ip/98

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