La ONU y organizaciones de derechos humanos acusaron al movimiento Talibán, que controla Afganistán, de masacrar a miles de integrantes de la minoría étnica hazara.
El portavoz de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), Fred Eckhard, confirmó este martes que se denunciaron matanzas en Bamiyan, la última ciudad en poder del grupo hazara chiíta Hezb-e- Wahdat -que cuenta con respaldo iraní-, capturada el domingo por Talibán.
Talibán, un movimiento radical de musulmanes sunitas impuso su poder en más de 90 por ciento del territorio afgano. El gobierno islámico chiíta de Irán concentró tropas en la frontera común, tras el asesinato de nueve diplomáticos iraniés en Mazar-e- Sharief, una de las últimas ciudades caídas en manos de Talibán.
Las fuerzas de Talibán cerraron en los últimos meses el paso de vehículos cargados de ayuda para Bamiyan y otras zonas de la provincia central de Hazarajat, y la ONU exhortó a Kabul a levantar el bloque, declaró Eckhard.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) pidió a la ONU que tome medidas para acabar con los asesinatos, , tras acusar a Talibán de matar a miles de hazaras en Mazar-e- Sharief, capturada por el movimiento islámico en agosto.
HRW denunció que trabajadores de las organizaciones humanitarias presenciaron la matanza de hombres perteneciente a la etnia hazara, muchos de los cuales fueron asesinados frente a sus familias.
Los combatientes de Talibán degollaron a hombres mayores de 16 años y cortaron las manos a niños y mujeres, aseguraron testigos.
"El mundo exterior ignoró durante demasiado tiempo la crisis en Afganistán. Mientras, países vecinos posibilitan la continuación de la guerra. La intervención de la ONU podría ayudar a que un día las víctimas reciban justicia y se frene el ciclo de violencia", dijo Patricia Gossman, de HRW.
Diplomáticos de la ONU temen que el tiempo para reducir la tensión en Afganistán se esté acabando, ya que Irán amenazó con intervenir en el conflicto afgano.
Irán, de población en su mayoría chiíta y que apoyó a los enemigos de Talibán, exhortó a la ONU a investigar la muerte de sus nueve representantes en Mazar-e-Sharief, y advirtió que podría tomar represalias.
"Todos deben saber que se aproxima un peligro muy grande. No dejen que miles de desheredados de Afganistán se conviertan en víctimas de la maldad de Talibán", dijo el lunes por televisión el líder espiritual de Irán, ayatola Ali Jamenei.
Simultáneamente, Irán concentró más de 70.000 soldados cerca de la frontera con Afganistán y prevé enviar 200.000 más en los próximos días para realizar lo que Teherán califica de "ejercicios militares".
"No queremos la guerra con Irán, pero si Irán ataca, tomaremos todas las medidas necesarias", replicó este martes un portavoz de Talibán, Wakil Ahmed, en declaraciones a la agencia de noticias Prensa Islámica Afgana.
Ahmed consideró las declaraciones de Jamenei una prueba de la "ineptitud mental" del líder iraní.
La guerra de palabras entre ambos países preocupa cada vez más a diplomáticos de la ONU, que no lograron sellar la paz entre Talibán y su enemiga la Alianza del Norte.
Ahora, mientras la Alianza del Norte pierde en el campo de batalla, el éxito de Talibán acentúa la división entre Irán, que respalda a la Alianza, y Pakistán, que apoya a Talibán.
Talibán atribuyó la muerte de los diplomáticos a "elementos renegados" entre sus combatientes y prometió realizar una investigación, dijeron fuentes de Kabul a IPS la semana pasada.
La activista Gossman agregó que algunos combatientes paquistaníes podrían haber participado directamente en la masacre de hazaras.
HRW sostiene que grupos radicales paquistaníes, como el Sipah-i- Sahaba, una organización militante sunita que atacó a chiítas en Pakistán, luchó junto con Talibán en Mazar-e-Sharief.
Pero Pakistán niega estar involucrada en la muerte de los diplomáticos iraníes y en otras atrocidades perpetradas en Mazar-e- Sharief. "Pakistán rechaza esta acusación. No puede ser responsabilizada por hechos en otro país", declaró la cancillería paquistaní.
Talibán prometió respetar a la población civil de Bamiyan, pero funcionarios de la ONU expresaron su inquietud ante las versiones de ataques del movimiento islámico contra hazaras en esa ciudad.
Desde que la ciudad fue capturada el domingo, voceros de Talibán confirmaron que sus milicias buscaban armas casa por casa, pero aseguraron que los habitantes de Bamiyan entregaban sus armas voluntariamente. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq-ff/ip/98