ZIMBABWE: Gobierno homenajea héroes de guerra y llama a la unidad

Zimbabwe celebró el Día de los Héroes enterrando en un sitio oficial los restos de dos rebeldes que murieron hace 20 años en la guerra de liberación, en un intento por reafirmar la unidad étnica del país.

Alfred "Nikita" Mangena y Philemon Takurayi Makonese, quienes murieron en 1978 y 1979 respectivamente, en Zambia, fueron enterrados en el Mausoleo de los Héroes Nacionales.

Mangena era comandante de las fuerzas ZUPRA, que respondían principalmente a la Unión de Pueblos Africanos de Zimbabwe (ZAPU), mayoritariamente ndebele y liderada por Joshua Nkomo, ahora uno de los vice presidentes del país, con 81 años de edad.

El entierro de Mangena en el mausoleo nacional fue interpretado en general como un intento de fortalecer las relaciones entre la mayoría shona y los ndebeles, la más numerosas de las etnias minoritarias.

El presidente Robert Mugabe hizo un llamado a la unidad de la población. "Las metas socioeconómicas que nos hemos fijado no son alcanzables sin unidad", dijo en un discurso pronunciado el martes ante miles de personas, en el Día de Héroes.

El mandatario afirmó que "el histórico acuerdo de unidad del 22 de diciembre de 1987 debe ser defendido celosamente, por el bien de nuestro país y de las futuras generaciones".

"Los héroes que murieron por este país defendían la unidad y lucharon con resolución para erradicar la opresión de los colonizadores", dijo, y agregó que su pueblo nunca debe permitir "que los enemigos del pueblo, cualquiera sea el disfraz que traigan, destruyan esta unidad y paz".

El gobierno demoró 20 años en enterrar a Mangena en el Mausoleo de los Héroes. Sus restos se encontraban en Zambia, donde fue muerto.

Clement Mangena, hermano del fallecido comandante, dijo el martes que él y su familia agradecían que finalmente se reconociera el papel que tuvo "Nikita" en la liberación del país, pero expresó que aún tenía preguntas sobre su "misteriosa y polémica muerte".

"Necesitamos saber qué le pasó. Hay muchas historias, pero nosotros queremos saber la verdad. Le quitaron la vida antes de que pudiera llegar a los círculos de poder", indicó.

Alfred Mangena murió el 28 de junio de 1978 en Zambia, cuando su vehículo detonó una mina cerca de la frontera con Zimbabwe.

El reconocimiento de aquellos que tomaron parte en las luchas por la liberación se ha vuelto polémico. Durante los últimos dos años, varios grupos han afirmado que se les olvidó.

Unas 50 mujeres realizaron una manifestación durante las celebraciones del Día de los Héroes demandando que también se les recompense por el papel que tuvieron sus esposos durante la guerra independentista.

Según Agnes Musiyakurima, presidenta de la Asociación de Viudas y Viudos de los Héroes de la Guerra de la Liberación de Zimbawbe, los cónyuges de los luchadores no han sido declarados héroes o heroínas y por lo tanto no son elegibles para las gratificaciones que se les paga a los ex combatientes.

Las mujeres fueron maltratadas por la policía y alejadas de la ceremonia. Apartándose de su discurso escrito, el presidente Mugabe condenó su manifestación.

"Este no es el foro adecuado para manifestar esos reclamos. Estos son lugares sagrados y debemos asegurarnos que en el futuro no se permita el acceso a los manifestantes. Hay otros lugares donde se pueden hacer manifestaciones, pero por favor, no en el mausoleo", dijo el mandatario, visiblemente molesto.

En las celebraciones del Día de los Héroes el año pasado, en el mismo lugar, cientos de veteranos de guerra ahogaron el discurso de Mugabe al comenzar a cantar, demandando compensación por sus servicios en la lucha independentista.

Pero la mayor amenaza a la unidad es el reclamo de compensación por las miles de personas muertas en Matabeleland en los 80 a manos del ejército, mayormente shona, y las fuerzas de seguridad.

Durante más de una década, los ndebeles, que conforman alrededor de 15 por ciento de la población nacional de 11 millones, han buscado una disculpa oficial por las atrocidades cometidas contra la población civil cuando el gobierno intentaba aplastar una rebelión de ex combatientes ZIPRA.

La rebelión, que duró unos cinco años, terminó con el Acuerdo de Unidad de 1987.

Algunos grupos le han pedido reiteradamente al gobierno que reconozca que existieron violaciones generalizadas a los derechos humanos en Matabeleland y las Midlands durante los 80, y que tome medidas para reparar esos errores.

Los grupos afirman que "un proceso de cicatrización significativo debe contar con la aceptación de los agravios infligidos, y deben tomarse medidas reales para remediar esas acciones".

"Sólo si se toman esas medidas se puede lograr una reconciliación perdurable y verdadera", señalaron las organizaciones defensoras de los derechos humanos en el reporte "Rompiendo el Silencio", sobre las atrocidades de Matabeleland, publicado a inicios de 1998.

El presidente Mugabe, sin embargo, opinó que no es necesario disculparse, pues esos hechos ocurrieron durante un período de guerra. (end/ips/tra-en/lm/di-ml/ip-pr/98

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