El partido obrerista Causa Radical, ala izquierda en la alianza que impulsaba la aspiración presidencial de Irene Sáez en Venezuela, retiró hoy su respaldo a la candidatura de la ex alcaldesa y Miss Universo 1981.
La ruptura se debe a que el partido de Sáez, IRENE (acrónimo de Integración, Renovación, Nueva Esperanza), hizo un pacto para las elecciones regionales en Caracas con los partidos tradicionales, mayoritarios en el parlamento: el socialdemócrata Acción Democrática y el socialcristiano Copei.
"Se rectifica la decisión de apoyar a Irene Sáez, que con ese pacto ya no tiene posibilidades de ofrecer un cambio a los venezolanos", anunció este sábado el secretario general de Causa Radical, Lucas Matheus, en una asamblea de la organización.
Matheus dijo que su partido considerará ahora si permanece en la contienda sin abanderado o si lanza un candidato de entre sus filas, descartando el apoyo a otro de los 12 aspirantes a ganar la presidencia en los comicios del 6 de diciembre.
Un mes antes, el 8 de noviembre, se elegirán los gobernadores de 23 estados y los miembros del Congreso Nacional (46 senadores y 187 diputados), así como las legislaturas estaduales.
La separación de esos comicios -además se elegirán alcaldes y ayuntamientos a mediados de 1999- va camino de convertir a las elecciones de noviembre en una suerte de "primarias" para la presidencial de diciembre.
"No hay mal que por bien no venga, pero el partido IRENE es autónomo para decidir su política de alianzas" replicó Sáez, sin dar su brazo a torcer, al conocer la decisión de Causa Radical.
La ruptura de Causa Radical con el "irenismo" se produce cuando las encuestas sobre intenciones de voto colocan en primer lugar, con amplia ventaja (40 por ciento o más), al ex líder golpista Hugo Chávez.
El segundo lugar, en las más conocidas encuestas, lo ocupa el empresario independiente Henrique Salas, con alrededor de 20 por ciento de los votos. En el tercero se ubica Sáez, con cerca de 15 por ciento.
En cuarto y quinto lugar, con entre cinco y siete por ciento, están Luis Alfaro, de Acción Democrática, y Claudio Fermín, quien fue abanderado de ese partido en los comicios de 1993 -que ganó el presidente Rafael Caldera- pero fue excluido en 1997.
Este panorama era totalmente distinto hace un año, cuando la economía del país respiraba optimismo y se beneficiaba de altos precios del petróleo, que cayeron en 1998: Sáez, alcaldesa de un rico municipio caraqueño, reinaba en las encuestas con un promedio de 40 por ciento de intenciones de voto.
A distancia, con entre ocho y 12 por ciento, le seguían Chavez, Fermín y Salas, todos promocionándose como paladines del independentismo político mientras los partidos, sumidos en el foso de la opinión, carecían de apoyo para sus presidenciables.
En marzo comenzaron las definiciones, y Sáez-IRENE logró el apoyo del grupo de opinión Factor Democrático y de Causa Radical, la facción más modernista de un partido que creció esta década a partir de núcleos sindicales en los sectores acero y telefonía.
Luego vino el apoyo de Copei, segundo partido del país, lo que conformó una "Fuerza del Cambio" que bajo el paraguas de Sáez expresaba desde la derecha hasta la izquierda, con propuestas de cambios políticos sin el populismo y la percepción autoritaria asociadas a la imagen de Chávez.
Pero en vez de crecer en las encuestas, la candidatura de Sáez se desplomó al conformarse la alianza y multiplicar sus apariciones públicas la candidata, hasta entonces deliberadamente apartada de las declaraciones y actos de masas.
Junto con Chávez creció en las encuestas Salas, candidato de su recién creada organización Proyecto Venezuela, y descendió la opción Fermín, del grupo Renovación. Según los analistas, electores independientes que estaban con Sáez y Fermín migran hacia las candidaturas en ascenso.
En medio, los partidos, grupos y figuras se entregaron en las últimas semanas a un complicadísimo cruce de respaldos para las elecciones regionales, considerando la fuerza de unos y otros en los estados: los candidatos presidenciales prestan su figura, los regionales sus aparatajes en sus áreas de influencia.
También se observan tendencias de acercamiento entre Acción Democrática y Copei, guías de la política venezolana desde que se reinstauró la democracia en 1958, sobre la base de defender valores comunes y posiciones amenazadas por el "chavismo".
En ese clima, hace una semana los dos partidos tradicionales, que ya compartían candidatos para algunas gobernaciones, pasaron a integrar una lista común para las elecciones al parlamento en la emblemática circunscripción de Caracas.
"Esa alianza resulta intolerable", dijo Andrés Velásquez, obrero siderúrgico en el pasado candidato presidencial de los radicales. Además, "ese acuerdo marcha directo a la derrota y no los acompañaremos", aseveró.
Matheus dijo que difícilmente el partido apoyará a otro de los aspirantes ya en carrera, "pues en su oportunidad estudiamos esas opciones y las descartamos".
Causa Radical, en los comicios generales de 1993, consiguió la tercera bancada parlamentaria. Pero, además de no tener ya el viento a favor de las encuestas, la mitad por lo menos del partido creó otra organización en 1997, Patria Para Todos, y se unió este año a la candidatura de Chávez. (FIN/IPS/jz/ml/ip/98